REZA Y
COMPARTE
OBEDECER
A DIOS
GUÍA DE
ORACIÓN 04-04-25, III Domingo de Pascua
GUÍA: Hay que obedecer a Dios antes que a
los hombres, dicen los apóstoles ante el mandato del sumo sacerdote de no
predicar más en nombre de Jesús. La fuerza de la Palabra de Dios actúa en ellos
y en los que oyen su discurso. Sigue actuando en nuestro mundo, en los que
escuchan con corazón abierto y aceptan el mensaje y a su persona. Abramos la
mente y el corazón y pidamos el don del espíritu Santo. SILENCIO DE
CONOCIMIENTO, DE VERDAD, DE ACEPTACIÓN.
Lectura
del libro de los Hechos de los apóstoles (5,27b-32.40b-41):
En aquellos
días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os hablamos
prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado
Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de
ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los
hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros
matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo
jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los
pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los
que le obedecen.»
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los
apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por
el nombre de Jesús.
GUÍA: La diestra de Dios exaltó a Jesús y
lo hizo jefe y salvador. Ellos están convencidos y lo anuncian a la gente. Nos
unimos a tan buena noticia, la hacemos nuestra y la transmitimos a otros. Ser
testigos del resucitado nos enriquece y llena de alegría. Resucitamos con él. SILENCIO
DE ADMIRACIÓN, DE CONFIANZA, DE UNIÓN.
Salmo
Sal
29,2.4.5.6.11.12a.13b
R/. Te ensalzaré, Señor, porque
me has librado
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.
Tañed para
el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.
Escucha,
Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.
Lectura
del libro del Apocalipsis (5,11-14):
Yo, Juan, en
la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor
del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente:
«Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que
hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en
ellos, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el
honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro
vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.
GUÍA:
Digno es el cordero de recibir el
poder, el honor y la gloria…En torno al cordero, cantamos y reconocemos su
poder y gloria. El bien, triunfa gracias
a él y su acción. Desde el corazón de
todo mortal elevamos la gloria y la alabanza, rendimos homenaje con todas las
criaturas. SILENCIO DE AGRADECIMIENTO, DE OFRENDA, DE UNIÓN.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (21,1-19):
En aquel
tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de
Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás
apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos
discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya
amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel
discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se
echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban
de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar
a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces
grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían
bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el
pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos,
después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más
que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le
contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú
mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las
manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la
muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
GUÍA: El señor se presenta a los suyos,
Echad las redes a la derecha y encuentran cantidad de peces. Almuerza con
ellos. Habla con Pedro sobre su amor y le confirma en el encargo de apacentar
la ovejas, los corderos. Le llama de nuevo a seguirle. Esta manifestación,
confirmación, llamamiento se produce también para nosotros. Descubramos la
llamada y confirmemos nuestro amor. SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE CONFIRMACIÓN,
DE SEGUIMIENTO.
HACEMOS
SÍNTESIS DE LO ESCUCHADO Y ORADO. AGRADECEMOS SU PRESENCIA Y PALABRA.
PEDIMOS A
MARÍA QUE ACOMPAÑE EL CAMINO DEL ADVIENTO Y NOS FORTALEZCA EN LA FE.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.
CANTAMOS:
Estrella y camino prodigio de amor, de tu mano madre, hallamos a Dios
Obedecar a Dios. La oración de hoy nos hace recordar esta frase de los apóstoles ante la persecución. Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Nos disponemos a hacer la oración abriendo el corazón al Espíritu Santo que nos ilumina con su luz y gracia.
ResponderEliminarEchad las redes. Jesús nos invita hoy. Las echamos con ánimo y confiamos en su presencia. I
ResponderEliminar"La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador" Jesús hecho jefe y salvador para el perdón de los pecados. Estamos ante ti, Señor, guárdanos en tu presencia y salva lo que está perdido.
ResponderEliminarApacienta mis ovejas. Se lo dice Jesús a Pedro. También nos lo dice a nosotros. Salir a donde se nos necesita es signo de fe y amor. Vayamos.
ResponderEliminarS 29 "Te ensalzaré, Señor, porque me has librado" El salmista se siente agradecido y alegre porque ha sido librado de su situación. Confiamos, reconocemos nuestro camino y lo que Dios hace por nosotros.
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