sábado, 3 de mayo de 2025

OBEDECER A DIOS

 

REZA Y COMPARTE

OBEDECER A DIOS

GUÍA DE ORACIÓN 04-04-25,  III Domingo de Pascua

 

GUÍA: Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, dicen los apóstoles ante el mandato del sumo sacerdote de no predicar más en nombre de Jesús. La fuerza de la Palabra de Dios actúa en ellos y en los que oyen su discurso. Sigue actuando en nuestro mundo, en los que escuchan con corazón abierto y aceptan el mensaje y a su persona. Abramos la mente y el corazón y pidamos el don del espíritu Santo. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE VERDAD, DE ACEPTACIÓN.

 

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,27b-32.40b-41):

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os hablamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

GUÍA: La diestra de Dios exaltó a Jesús y lo hizo jefe y salvador. Ellos están convencidos y lo anuncian a la gente. Nos unimos a tan buena noticia, la hacemos nuestra y la transmitimos a otros. Ser testigos del resucitado nos enriquece y llena de alegría. Resucitamos con él. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE CONFIANZA, DE UNIÓN.

 

Salmo

Sal 29,2.4.5.6.11.12a.13b

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.

 

Lectura del libro del Apocalipsis (5,11-14):

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en ellos, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

 

GUÍA:  Digno es el cordero de recibir  el poder, el honor y la gloria…En torno al cordero, cantamos y reconocemos su poder y gloria.  El bien, triunfa gracias a él y su acción.  Desde el corazón de todo mortal elevamos la gloria y la alabanza, rendimos homenaje con todas las criaturas. SILENCIO DE AGRADECIMIENTO, DE OFRENDA, DE UNIÓN.

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-19):

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

 

GUÍA: El señor se presenta a los suyos, Echad las redes a la derecha y encuentran cantidad de peces. Almuerza con ellos. Habla con Pedro sobre su amor y le confirma en el encargo de apacentar la ovejas, los corderos. Le llama de nuevo a seguirle. Esta manifestación, confirmación, llamamiento se produce también para nosotros. Descubramos la llamada y confirmemos nuestro amor. SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE CONFIRMACIÓN, DE SEGUIMIENTO.

 

HACEMOS SÍNTESIS DE LO ESCUCHADO Y ORADO. AGRADECEMOS SU PRESENCIA Y PALABRA.

 

PEDIMOS A MARÍA QUE ACOMPAÑE EL CAMINO DEL ADVIENTO Y NOS FORTALEZCA EN LA FE.


 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.

 

CANTAMOS:

Estrella y camino prodigio de amor, de tu mano madre, hallamos a Dios


https://www.youtube.com/watch?v=0kRRpFVdhjM
 

5 comentarios:

  1. Obedecar a Dios. La oración de hoy nos hace recordar esta frase de los apóstoles ante la persecución. Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Nos disponemos a hacer la oración abriendo el corazón al Espíritu Santo que nos ilumina con su luz y gracia.

    ResponderEliminar
  2. Echad las redes. Jesús nos invita hoy. Las echamos con ánimo y confiamos en su presencia. I

    ResponderEliminar
  3. "La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador" Jesús hecho jefe y salvador para el perdón de los pecados. Estamos ante ti, Señor, guárdanos en tu presencia y salva lo que está perdido.

    ResponderEliminar
  4. Apacienta mis ovejas. Se lo dice Jesús a Pedro. También nos lo dice a nosotros. Salir a donde se nos necesita es signo de fe y amor. Vayamos.

    ResponderEliminar
  5. S 29 "Te ensalzaré, Señor, porque me has librado" El salmista se siente agradecido y alegre porque ha sido librado de su situación. Confiamos, reconocemos nuestro camino y lo que Dios hace por nosotros.

    ResponderEliminar