jueves, 12 de febrero de 2015

ORACIÓN 15-02-15






ORACIÓN 15-02-15        
                       
GUÍA: Hoy nos centramos en nuestro interior y tratamos de encontrar a Dios Padre, Hijo y Espíritu que habita en nosotros. En silencio, hacemos espacio para escuchar el susurro de su voz, Reconocemos su presencia y permanecemos con Él, sintiéndonos portadores de Dios. Le recordamos presente en las acciones de cada día, en el trabajo y en el descanso, en la actividad y en la inacción. Vemos que su presencia es silenciosa y acogedora, que comprende todas nuestras acciones, sentimientos, pensamientos. Todos ellos bajo la mirada de Jesús se transforman en paz interior.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,31–11,1):

Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.


GUÍA: Hemos leído “Hacedlo todo para gloria de Dios, buscando el bien de todos”. Un programa que nos compromete a vivir de cara a Dios y a los hermanos. Preguntémonos si esto se cumple en nosotros. Momentos en que se ha cumplido y demos gracias al Padre porque actúa en nosotros con su poder. Podemos repetir varias veces  la aclamación: Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación, y le damos gracias.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,40-45):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
 «Si quieres, puedes limpiarme.»
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.» Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.


GUÍA: Como el leproso, presentamos a Jesús nuestras situaciones de lepra o alejamiento de Dios, de violencia,  falta de amor, aquello que nos hace daño y daña a nuestros hermanos. Le decimos humildemente «Si quieres, puedes limpiarme.» Esperemos su palabra «Quiero: queda limpio Agradeciéndole, nos alegramos y gozamos con el Señor y nos alegramos con corazón sincero.

SILENCIO AGRADECIDO

Presentamos nuestra oración de perdón, de acción de gracias, de alabanza y adoración, de petición para nosotros y todas las necesidades que conocemos.

PADRE NUESTRO: Nos unimos a todos los creyentes en la oración que Jesús nos enseñó.

GUÍA: Hacemos presente a María y la imploramos en esta canción:

Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven. (bis) / Aunque digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. Ven./ Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está./ Ven con. Aunque parezcan tus  pasos  inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros los seguirán. Ven



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