viernes, 31 de julio de 2015








ORACIÓN 02-08-15

GUÍA: Hacemos silencio en nosotros. Dejamos fuera lo que nos preocupa. Pero también podemos ponerlo ahí ante el Señor. Le presentamos nuestra preocupación. Se lo contamos. Lo que pasa y lo que necesitamos. Le pedimos que cuide de todo y que nos enseñe el camino, lo que quiere que hagamos. En silencio, hagamos ejercicio de confianza, abramos el corazón a la Palabra de Dios que seguro nos impulsará para hacer lo que Dios quiere.

Del libro del Éxodo (16,2-4.12-15):

En aquellos días, en el desierto, comenzaron todos a murmurar contra Moisés y Aarón, y les decían: «¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne, y comíamos hasta hartarnos; pero vosotros nos habéis traído al desierto para matarnos a todos de hambre.»
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva comida del cielo. La gente saldrá a diario a recoger únicamente lo necesario para el día. Quiero ver quién obedece mis instrucciones y quién no.» 
Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: "Al atardecer comeréis carne, y por la mañana comeréis hasta quedar satisfechos. Así sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios."» 
Aquella misma tarde llegaron codornices, las cuales llenaron el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto. 
Los israelitas, no sabiendo qué era aquello, al verlo se decían unos a otros: «¿Y esto qué es?» 
Moisés les dijo: «Éste es el pan que el Señor os da como alimento.»

GUÍA: La Palabra nos habla de necesidad. El Pueblo se queja a Moisés y a Dios. Hasta desean haber muerto en Egipto. Descubrir el plan de Dios en cada situación y confiar en Él nos dará nuevas fuerzas. Seguro que hoy tenemos espacios dudosos en los que podemos confiar en Dios. Hagamos lo que está de nuestra parte y confiemos que el Señor siempre acude en nuestro auxilio. SILENCIO confiado

Salmo 77

R/.
 El Señor les dio un trigo celeste

Lo que oímos y aprendimos,

lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R/.

Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R/.

Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R/.

De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,17.20-24):

En el nombre del Señor os digo y encargo que no viváis más como los paganos, que viven de acuerdo con sus vanos pensamientos. Pero vosotros no conocisteis a Cristo para vivir de ese modo, si es que realmente oísteis acerca de él; esto es, si de Jesús aprendisteis en qué consiste la verdad. En cuanto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos de vuestra vieja naturaleza, que está corrompida por los malos deseos engañosos. Debéis renovaros en vuestra mente y en vuestro espíritu, y revestiros de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se manifiesta en una vida recta y pura, fundada en la verdad.

GUÍA: Debéis renovaros en vuestra mente y en vuestro espíritu. ¿Qué vemos que necesita renovación en nosotros? Pero se subraya la renovación de la mente y del espíritu. Una mente sana, recta, confiada en la verdad del Señor, alejada de toda maldad, que busca el bien y lo positivo. Vencer el mal a fuerza de bien. El Espíritu impulsa al bien. Aportemos palabras de bien, acciones de bien. Pidamos al Espíritu nos haga comprender sus caminos y nos ayude a recorrerlos. Silencio acogedor y confiado. Dejemos que cada frase cale nuestra tierra.

Del santo evangelio según san Juan (6,24-35):



En aquel tiempo, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas y se dirigió en busca suya a Cafarnaún. 
Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?» 
Jesús les dijo: «Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Ésta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.»
Le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?» 
Jesús les contestó: «La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado.» 
«¿Y qué señal puedes darnos –le preguntaron– para que, al verla, te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: "Dios les dio a comer pan del cielo."» 
Jesús les contestó: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo. ¡Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo.»
Ellos le pidieron: «Señor, danos siempre ese pan.» 
Y Jesús les dijo: «Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed.»

GUÍA: Aquí estamos, Jesús. Te buscamos. ¿Qué buscamos? Dejemos que nuestro ser vaya desgranando la respuesta de lo que buscamos. Jesús, llénanos de Ti. El pan de vida eterna eres Tú. Aumenta nuestra fe. Fortalece nuestra esperanza. Aviva nuestro amor. Que creamos más en Ti. Que te reconozcamos en la Palabra, en la Eucaristía, en los hermanos. Silencio meditativo y confiado.

HACEMOS NUESTRAS PETICIONES

COMPARTIMOS la oración

Nos unimos a todos los cristianos en el rezo del PADRE NUESTRO

INVOCAMOS  a nuestra madre, a nuestro lado, en el camino de la vida.

”Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”

domingo, 26 de julio de 2015

ORACIÓN 26-07-15 


GUÍA: Buenos días, Señor. Aquí estoy. Me esperas y he venido. Me reconozco ante ti,. Envía tu Espíritu, Señor. Dame luz para conocerte y conocer tu presencia en mí y en la vida que me toca recorrer. Callar para que Tú hables. El ahora es el lugar donde te manifiestas, el punto donde nos encontramos. La consciencia nos va descubriendo el “Yo soy” que dijiste a Moisés. Silencio acogedor. Un silencio acogedor en el que quiero acogerte. Un silencio en que Tú me acoges, nos acoges.

Del segundo libro de los Reyes (4,42-44):

En aquellos días, uno de Baal-Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. 
Eliseo dijo: «Dáselos a la gente, que coman.» 
El criado replicó: «¿Qué hago yo con esto para cien personas?» 
Eliseo insistió: «Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.» 
Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor.

GUÍA: ¿Qué me dice la Lectura? Veamos lo que nos dice a cada uno personalmente. Eliseo recibe un don. Al donante, le dice que lo dé al pueblo. Al donante le parece que es muy poco para toda la gente. Pero el Señor dice: Comerán y sobrará. Un camino nuevo que abre Dios a través de nuestras manos y nuestras personas. Aunque parezca poco, Dios lo multiplica. Aplicando esto a nuestra vida miremos cómo ofrecemos nuestro don  y cómo se multiplica por la fuerza de Dios. 

 De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,1-6):

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. 

GUÍA: “Os ruego que andéis según la vocación a la que habéis sido llamados” Nuestros oídos se abren a estas palabras. Andar en la vocación a la que hemos sido llamados. Un solo Espíritu nos une, nos transforma, Nos llama a la paz, a la unidad con el Padre. Pidamos fortaleza para transformar nuestro mundo. Ser instrumentos en sus manos, en su acción salvadora.



Del santo evangelio según san Juan (6,1-15):

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. 
Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.»
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?» 
Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo.» 
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. 
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.» 
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. 
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.» 
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

GUÍA: Nuevamente Jesús ante la gente. Nuevamente Jesús cuenta con lo que tenemos cada uno de nosotros, aunque pensemos como entonces: ¿Qué es esto para tanta gente?. Pero también aprovechando lo que tenemos, hace el milagro y todos se sacian. ¿Qué ponemos nosotros en el cesto de la multiplicación? Confiemos en que Jesús puede también hoy multiplicar nuestro don y colmar el hambre de pan y de Dios,  que encuentra en el mundo. Silencio de ofrenda y adoración.

COMPARTIMOS algo de lo el Espíritu nos hace ver.

PETICIONES:

PADRE NUESTRO con Jesús y con todos los habitantes del mundo

INVOCAMOS a María nuestra madre, a nuestro lado, en el camino de la vida.
 ”Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”



viernes, 17 de julio de 2015

ORACIÓN 19-07-15







ORACIÓN 19-07-15

GUÍA: Estamos ante Ti Señor. Nos llamas de nuevo a tu presencia. No queremos desviar tu llamada. Habla, Señor. Como aquel día nos invitas a estar contigo un rato, pasar la mañana o la tarde en tu compañía. Aceptamos tu invitación. Estamos en tu casa, en el lugar preferido para Ti. Ayúdanos a escuchar tu voz, tus consejos e insinuaciones, Dejar que tu paz entre en nosotros, en nuestra vida. Nuestro primer momento es reconocerte como Dios y Señor de la vida y del tiempo. Adorarte en lo más profundo de nuestro ser. Presentarte nuestra semana, nuestros pasos en tu camino y nuestros desvíos. Por toda tu obra en nosotros te damos gracias.(Silencio agradecido.)

Del libro de Jeremías (23,1-6):
Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño –oráculo del Señor–.
Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones –oráculo del Señor–. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá –oráculo del Señor–. Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia.»
GUÍA: Jeremías expresa la responsabilidad de los pastores y a la vez nos da un grito de esperanza: Un vástago de David reinará como rey prudente. Es imagen de Jesús que dirige su rebaño. ¿Nos sentimos dentro de este rebaño y compañeros del buen cuidador de las ovejas? En nuestro corazón distinguíos los momentos buenos y los malos. Repasamos nuestra acción en el pueblo de Dios. Agradecemos la presencia de Dios que salva en cada momento de nuestra existencia y del rebaño del mundo. Adoramos, imploramos su presencia para todos, que nos convierta a sus caminos.
GUÍA: Decimos con el salmista
Sal 22

R/.
El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:                   

tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,13-18):
Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu

GUÍA: La Palabra nos empuja en el camino de la confianza, la unión, la paz. Estáis en Cristo. Ahora estáis cerca los que estabais lejos. Recojamos cada frase y digámosla varias veces. Nos convenceremos de la verdad que nos comunica. Jesús en la cruz reconcilia al mundo con el Padre. Un solo pueblo glorificando a Dios. Nos unimos a Cristo para ser elementos de unión y de activación de la realidad que Jesús trae al mundo.
Del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma

GUÍA: Los apóstoles habían sido enviados de dos en dos. Han ido a predicar y a curar. Y Jesús los recibe e invita a descansar. Escucha sus comunicaciones. Hoy también somos enviados y volvemos de la acción al encuentro con Jesús. Le contamos cómo nos ha ido. Estamos aquí. Señor, ya ves lo que hacemos, lo que encontramos, lo que conseguimos. Tú eres quien impulsa toda nuestra acción y oración. Bendice el campo, la siembra, el fruto. Hoy también encuentras una gran multitud que andamos como ovejas sin pastor. Envía trabajadores a tu campo, para extender tu Palabra.
SILENCIO de reconocimiento de la acción de Dios. Le damos gracias, pedimos ayuda.

COMENTARIO de alguna de las ideas que consideramos importantes.

ORACIÓN CONFIADA DE PETICIÓN por todas nuestras necesidades y las necesidades del mundo.

CANTO a María. Necesitamos tu compañía.


Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven. (bis) / Aunque digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. Ven./ Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está./ Ven con. Aunque parezcan tus  pasos  inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros los seguirán. Ven

viernes, 10 de julio de 2015

ORACIÓN 12-07-15









ORACIÓN 12-07-15

GUÍA: Padre Dios nos llamas y sales a nuestro encuentro. Queremos reconocerte aquí en nuestro interior, en medio  de la vida, en la realidad de cada día. ¡Qué bien sentirnos encontrados por Ti!  Vemos a las personas, a las cosas, las situaciones. Tú estás allí como Dios Providente. Tu Espíritu lo invade todo. Convierte nuestro corazón hacia tu presencia y deja que tu Palabra abra nuestros ojos y nuestro corazón. Hacemos silencio y procuramos que estos sentimientos, dando espacio a cada uno de ellos, se hagan nuestros. Que los signos de Dios lleguen a nosotros. Silencio adorador y confiado.

De la profecía de Amós (7,12-15):

En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.»
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel."»
GUÍA:  La Palabra nos habla de envío. Amós es  invitado por Amasías a irse a Judá. Pero siente el envío de Dios a Israel.  Quiere serle fiel. En nuestra vida seguramente sentimos envíos, reclamos de Dios a favor de su pueblo. ¿Los descubrimos? Escuchamos otros reclamos más fáciles y halagüeños? Postrémonos ante Dios y recibamos su fuerza para cumplir su voluntad.

De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-14):

Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.

GUÍA: En Cristo hemos sido hechos Hijos de Dios. Por pura iniciativa suya, nos ha destinado a ser sus hijos. Gocemos de estas palabras, en silencio. Sintamos a  Dios Padre, nuestro Padre y Padre de Jesús. Él nos enriquece con su vida y su presencia. En estos momentos disfrutamos de ser sus hijos. Adoramos, Damos gracias, Alabamos su grandeza y misericordia para nosotros y toda la humanidad. En cada frase hacemos nuestro el amor de Dios. Silencio, espacio acogedor.






Del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

GUÍA: Los envía a predicar el Reino de Dios: El Reino está cerca. Hoy también somos llamados a anunciar el Reino de Dios que está cerca. ¿Lo vemos cerca?. Hay tantos anuncios…¿Distinguimos unos de otros? Será bonito fijarnos en esas realidades que nos rodean y ver cómo anuncian a Dios. Descubriremos el bien, la belleza, el amor con que Dios se derrama en las personas, en la naturaleza, en nosotros mismos y en nuestro alrededor. Hagamos una lista de esas semillas de Dios, que vamos encontrando. Comuniquémoslas en la medida de lo posible.

COMPARTIMOS alguna frase que nos ha hecho bien.

PRESENTAMOS al Señor, las necesidades de nuestro mundo

PADRE NUESTRO  nos unimos a todos los hombres y mujeres del mundo con nuestra oración


CANTAMOS
Sois la semilla que ha de crecer, 
Sois la estrella que ha de brillar,
 
Sois levadura, sois grano de sal,
 
antorcha que ha de alumbrar.
 

Sois la mañana que vuelve a nacer,
 
sois espiga que empieza a granar.
 
Sois aguijón y caricia a la vez,
 
testigos que voy a enviar.
 

ESTRIBILLO
 
Id, amigos, por el mundo, anunciando el amor,
 
mensajeros de la vida, de la paz y el perdón.
 
Sed, amigos, los testigos de mi Resurrección.
 
Id llevando mi presencia.    ¡Con
 
vosotros estoy! 

Sois una llama que ha de encender
 
resplandores de fe y caridad.
 
Sois los pastores que han de guiar
 
al mundo por sendas de paz.
 

Sois los amigos que quise escoger,
 
sois palabra que intento gritar.
 
Sois reino nuevo que empieza a engendrar
 
justicia, amor y verdad.
 

Sois fuego y savia que viene a traer,
 
sois la ola que agita la mar.
 
La levadura pequeña de ayer
 
fermenta la masa del pan.
 

Una ciudad no se puede esconder,
 
ni los montes se han de ocultar.
 
En vuestras obras que buscan el bien
 
los hombres al Padre verán.

viernes, 3 de julio de 2015



ORACIÓN 5-07-15

GUÍA: Estos días, Dios llamaba a Abrahán y él respondía: Aquí estoy Señor. ¿Qué quieres, Señor?...Hoy se nos llama por nuestro nombre también y respondemos con nuestras palabras. Aquí estoy, Señor. ¿Qué quieres, Señor?. En nuestro interior reconocemos esa voz y escuchamos su llamada a la interioridad y a la acción. En silencio dejamos que la paz de Dios nos llene.

 De la profecía de Ezequiel (2,2-5):

En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía: «Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envío para que les digas: "Esto dice el Señor." Ellos, te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos.»

GUÍA: El profeta Ezequiel encuentra que el Espíritu entra en él, le pone en pie. En nuestro silencio reconocemos que el Espíritu nos convoca y quiere algo de nosotros. Le escuchamos. Ezequiel es enviado a  los israelitas. Le escuchen o no, sabrán que hay un profeta en Israel enviado por el Señor. Dejemos espacio para que esta palabra cale en nosotros.  Nos damos cuenta  que el Señor nos llama, que nos envía, que tenemos una tarea donde Él se manifiesta. Todos somos responsables de ese envío de Dios. Descubramos  nuestro envío, en silencio adorador.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,7b-10):

Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.» Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

GUÍA: Pablo es enviado, ve sus éxitos y sus dificultades. La fuerza de Dios reside en Él. La reconoce, se deja llevar por ella, se siente enviado. Reconoce que en medio de las dificultades la fuerza de Dios actúa en él. Confía y está seguro de que no será abandonado. Estos sentimientos y seguridades ¿son también nuestros?. Ampliemos la mirada y los sentimientos de confianza y seguridad en aquel que nos ama. Dejemos espacio para la confianza. Silencio confiado.



Del santo evangelio según san Marcos (6,1-6):

En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. 
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?» 
Y esto les resultaba escandaloso. 
Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.» 
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

GUÍA: Jesús está  con los suyos y ellos no reconocen  la obra de Dios. No pudo hacer allí ningún milagro. ¿Qué nos dice a nosotros esta Palabra de Dios?. Nos habla de falta de fe. ¿Se da en nosotros esta situación? Veamos el aspecto de nuestra tierra interior. ¿Es acogedora, sensible, creyente? Él se extrañó de su falta de fe. Pero impuso las manos y curó a algunos. Señor aumenta nuestra fe. Confiamos en Ti.

COMPARTIMOS alguna frase que nos ha hecho bien.

PRESENTAMOS al Señor, las necesidades de nuestro mundo

PADRE NUESTRO  nos unimos a todos los hombres y mujeres del mundo con nuestra oración

SENTIMOS A MARÍA, nuestra madre, a nuestro lado, en el camino de la vida. ”Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”