viernes, 31 de enero de 2020

ENVÍO A MI MENSAJERO

REZA Y COMPARTE

ENVÍO A MI MENSAJERO

GUÍA DE ORACIÓN 02-02-20

GUÍA: En esta oración nos fijamos en la frase: “Yo envío a mi mensajero”. Nos sentimos   ante él y acogemos su presencia. El Padre lo envía y nosotros aceptamos su venida. Padre, haznos capaces de comprender tu llegada y cumplir tu voluntad. Acerca nuestro corazón a tu luz y derrámala sobre nosotros y nuestra oración. SILENCIO DE ACOGIDA, DE PRESENCIA Y DE ÁNIMO.

 Del libro de Malaquías (3,1-4):

Así dice el Señor: «Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.»

GUÍA: Envío a mi mensajero…será como fuego … lejía   purificadora. Refinará a los hijos de Leví.  Somos pobres, necesitamos tu misericordia. Límpianos de  todo pecado, sana nuestro corazón. Sólo tú puedes ofrecer una ofrenda digna para Dios. Nos unimos a tu pureza para que todo quede limpio ante ti. Líbranos de  mal. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE ADHESIÓN, DE PERDÓN.

De la carta a los Hebreos (2,14-18):

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

GUÍA:  Hijos de la misma familia. Jesús participa de ella, somos hermanos. Tenía que parecerse a nosotros y ser fiel a Dios. Expía los pecados del pueblo. Nos libera de toda esclavitud. Estamos en tus manos, confiamos en ti. Agradecemos tu entrega al Padre y a nosotros. SILENCIO DE LIBERACIÓN, AGRADECIMIENTO, PERDÓN.

 Del santo evangelio según san Lucas (2,22-40):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.

 GUÍA: Presentación de Jesús en el templo. Mis ojos han visto a tu salvador. Simeón lo sabe. Luz para alumbrar a todos los pueblos. Contemplamos la escena: El don de Dios a la humanidad y el don de Jesús al Padre. Gloria a Dios en el cielo y gloria a Dios en la tierra. SILENCIO DE ADORACIÓN, CONFIANZA, AGRADECIMIENTO.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, UNA FRASE PARA REPETIR Y HACER 
NUESTRA.

PRESENCIA, CONFIANZA, PURIFICACIÓN, PERDÓN.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE Y MAESTRA.

NOS DIRIGIMOS  AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO.

CANTAMOS:
Cantando la alegría de vivir/lleguemos a la Casa del Señor;
marchando todos juntos como hermanos,/andemos los caminos hacia Dios.
Venid, entremos todos dando gracias./ Venid, cantemos todos al Señor.
Gritemos a la roca que nos salva./ Cantemos la alabanza a nuestro Dios.
Cantando la alegría de vivir…

La paz del Señor sea con nosotros, la paz que llena sola el corazón,
la paz de estar unidos como hermanos, la paz que nos promete nuestro Dios.
Cantando la alegría de vivir…

Entremos por las puertas dando gracias./Pidamos al Señor también perdón:
perdón por nuestra falta a los hermanos,/perdón por nuestro pobre corazón.
Cantando la alegría de vivir…

Sabed que Dios nos hizo y somos suyos./Sabed que el Señor es nuestro Dios.
Nosotros somos pueblo y las ovejas,/ovejas del rebaño del Señor.
Cantando la alegría de vivir…

martes, 28 de enero de 2020

EVENTO Vio una gran luz


REZA Y COMPARTE

EVENTO Vio una gran luz



“Vio una gran luz” es el título del Evento que nos ocupa hoy. Oración Grupo Reza y Comparte. Nos centramos en la oración. Dejamos fuera toda dispersión. Pedimos al Espíritu su presencia, su luz y su amor.


          1.   REZA Y Comparte
Hola, amigos/as. Vamos preparando nuestro momento de encuentro: Oración Grupo Reza y Comparte. Bienvenidos y adelante.

         2.   REZA Y Comparte 

Es un tiempo de interiorizar la Palabra de Dios, ir haciéndola nuestra y aplicándola a la vida. A ver si conseguimos las tres palabras: Interiorizar, hacer nuestra, y aplicarla a la vida. Pedimos al Espíritu Santo que nos acompañe con su luz y su presencia.
          3.   REZA Y Comparte compartió un enlace. 

Aquí podéis encontrar los textos del día. El Pueblo vio una gran luz. En un mundo que nos rodea y nos distrae podemos descubrir la luz de Dios. En el silencio tratamos de vislumbrarlo.


REZAYCOMPARTE.BLOGSPOT.COM


          4.   REZA Y Comparte

"una luz les brilló." También brilla hoy y comunica una realidad tocada por ella. ¿Qué descubrimos en la realidad, pequeñas o grandes cosas que nos lleva a ese Dios Padre que nos ama? Hacemos ejercicio de búsqueda y agradecemos.

         5.   REZA Y Comparte
        
Nos encontramos contigo en el corazón. Esperamos tu bondad y misericordia. Vemos las dificultades que existen alrededor pero tú avanzas por el sendero del bien. Deja que te veamos en el día a día y caminemos contigo. Silencio de gracia, de perdón, de acogida.


           7.   REZA Y Comparte

Hacer ejercicio de confianza en el Señor que nos ama y nos ha unido a él. Abrimos nuestras manos ofreciendo nuestra fe agradecida.


          8.   REZA Y Comparte

«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Escuchamos nuestro nombre. ¿Qué dice para nosotros?. La misión del  cristiano es seguir los pasos de Jesús, Nuestros pequeños pasos en su camino nos conducen al Padre y al Espíritu. ¿Que reacciones se producen en nosotros al oír su Palabra? Visualizamos el momento y dejemos que el corazón dé una respuesta.
  
         9.   REZA Y COMPARTE

Con Jesús queremos cumplir nuestra misión en nuestro mundo. Aquí estamos y Jesús la hará real poco a poco. Cada día ver lo que se nos presenta y aceptar lo mejor que podamos con su gracia. Ofrecemos nuestra oración, necesidades. Agradecemos todo el bien que podemos llevar a cabo, Alabamos y damos gloria al Dios que nos ama en Jesús.



Hacemos síntesis de lo hecho. Damos gracias, alabamos y proyectamos pequeños gestos para expresar nuestro compromiso.



viernes, 24 de enero de 2020

VIO UNA GRAN LUZ


REZA Y COMPARTE

VIO UNA GRAN LUZ

GUÍA DE ORACIÓN 26-01-20

GUÍA: La oración nos acerca a ti. Tu Palabra se hace fuerza, confianza, amor. Renueva todas las cosas. Nuestra renovación nos centra en ti. Silenciamos todo lo que distrae nuestra mente. Nos abrimos al silencio donde tú moras, llamas y conoces. SILENCIO DE TOMA DE CONCIENCIA, DE ACOGIDA, DE BÚSQUEDA.

Del libro de Isaías (8,23b–9,3):

EN otro tiempo, humilló el Señor la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, pero luego ha llenado de gloria el camino del mar, el otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, el yugo de su carga,
el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.

R/. El Señor es mi luz y mi salvación

GUÍA:  El pueblo que caminaba en tinieblas, vio una gran luz. Esa luz alegra su existencia. La luz del Señor nos ilumina y aleja las tinieblas, nos conforta en su presencia. Te buscamos y tú nos buscas. Alienta nuestros pasos y conduce nuestras sendas. Todo es posible para ti. Confiamos en tu misericordia. SILENCIO DE ILUMINACIÓN, DE POBREZA, DE OFRENDA.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,10-13.17):

OS ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que digáis todos lo mismo y que no haya divisiones entre vosotros. Estad bien unidos con un mismo pensar y un mismo sentir.
Pues, hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros. Y os digo esto porque cada cual anda diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Cefas, yo soy de Cristo».
¿Está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿Fuisteis bautizados en nombre de Pablo?
Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

 GUÍA: Poneos de cuerdo y no andéis  divididos. Se lo dice Pablo a los Corintios. Y nos lo puede decir a nosotros. Es una situación que se repite.  Divididos ¿por qué?. Paremos para  reconocer las diferencias. Acojamos la Palabra. Que ella nos una en Cristo. El poder, el orgullo dan motivo para  las diferencias pero la humildad y el amor permiten la unidad en Cristo. Veamos nuestras separaciones, discordias… busquemos la paz. SILENCIO DE PERDÓN, DE UNIÓN, DE OFRENDA.

Del santo evangelio según san Mateo (4,12-23):

AL enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retirá a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

GUÍA: Jesús anuncia el reino de Dios. Está cerca. Va buscando amigos. Llama a Pedro y a otros. Venid conmigo, os haré pescadores de hombres. Jesús se dedica a su misión: Dios, mujeres y hombres de este mundo. Abrimos el corazón a su Palabra, nos dejamos atraer  por la invitación: Ser pescadores de hombres, para el Reino de Dios.  En silencio escuchamos la Palabra. SILENCIO DE ESCUCHA, DE CONOCIMIENTO, DE DECISIÓN.
RECOGEMOS LA ORACIÓN: UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDAR.

PAZ, BÚSQUEDA, ACOGIDA, OFRENDA.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE Y AMIGA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE Y LE DECIMOS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS:
Señor, Tú que brillas en las tinieblas,
danos tu luz.
Mi corazón está sangrando,/ me siento lejos, lejos de ti.
La  vida es triste, si Tú nos dejas/ si Tú nos dejas solos sin luz.
Señor, Tú que brillas en las tinieblas,
danos tu luz.
En esta noche sigo tus pasos/ aunque no vea clara tu luz,
guíanos Tú por esta vida,/ por esta vida hasta la luz.
Señor, Tú que brillas en las tinieblas,
danos tu luz.
Pronto vendrá el nuevo día/ amanecer de eterna luz,
nace en nosotros paz y esperanza,/ juntos veremos la luz sin fin.
Señor, Tú que brillas en las tinieblas,
danos tu luz.( Bis)




martes, 21 de enero de 2020

POESÍA Los besos de Dios


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POESÍA


Una poesía y una sorpresa: Los besos de Dios. Los recibimos y los podemos transmitir a otras personas que los necesitan. Analiza de dónde vienen. María Navarro los presenta con facilidad.


LOS BESOS DE DIOS


Dios te besa con ternura,

en los besos de los padres,
de las personas queridas
y de aquellos que lo hacen.
Hay besos que te da el sol,
en los rayos de la tarde, 
acariciando tu vida,
porque tú eres importante.



Besos que se reciben,
en la mirada penetrante,
que tocan  el corazón,
aunque sea en un instante.
El beso de la ternura

en la sonrisa del niño,
que en sus ojos sólo ves,

un abrazo de cariño.



El beso que da la lluvia
que desciende por tu rostro,
cuando cae mansamente,
regalándose en el gozo.



Para hallar tanta hermosura
hay que prestar atención,
pues el andar despistados,
hace perder la ocasión,
y nos privamos del gozo,
que renueva el corazón,
haciendo que nuestra vida,
sea de un solo color.



Abramos de par en par,
nuestros  ojos a la vida,

y recibamos los besos
que en abundancia nos llegan.
María

ACCIÓN
Busca  algún momento en que descubres tú, los besos de Dios. Escríbelos en los comentarios y hacemos una lista.


viernes, 17 de enero de 2020

DIOS ES MI FUERZA


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DIOS ES MI FUERZA

GUÍA DE ORACIÓN 19-01-20

GUÍA:  Aquí estamos, Padre Dios. Queremos abrir nuestros oídos y corazón a tu Palabra, conocerte un poco más y unirnos a lo que tú quieres para nosotros y para el mundo. Tú eres la fuerza que sostiene nuestra vida, nuestra fe. Te esperamos en nuestro ser y en la humanidad que te busca. Somos buscadores de tu realidad y te conocemos como buscador de nuestro bien y nuestra felicidad. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN, PRESENCIA Y FE.

 Del libro de Isaías (49,3.5-6):

ME dijo el Señor: «Tu eres mi siervo, Israel, por medio de ti me glorificaré».
Y ahora dice el Señor, el que me formó desde el vientre como siervo suyo,
para que le devolviese a Jacob, para que le reuniera a Israel; he sido glorificado a los ojos de Dios.
Y mi Dios era mi fuerza: «Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de vuelta a los supervivientes de Israel.
Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

2. GUÍA: Isaías nos habla del siervo  de Yahvé.                                                                                         Dice: Eres mi siervo, de quien estoy orgulloso. Se le atribuye a Jesús . Queremos captar sus sentimientos hacia el Padre y mutuamente. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance el confín de la tierra. Nos paramos en estas palabras y su significado. El siervo, Jesús, es amado por el Padre y le encomienda su misión de salvación. Nosotros, hijos, nos unimos a su acción de adoración al Padre y de salvación para la humanidad. SILENCIO DE ACOGIDA, DE IDENTIFICACIÓN, DE CONFIANZA.

 De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,1-3):

PABLO, llamado a ser apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados por Jesucristo, llamados santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: a vosotros, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

GUÍA: Pablo escribe a los corintios. Se presenta como apóstol de Jesucristo para la iglesia de Dios en Corinto. Acogemos el don de su palabra, su comunicación al pueblo de dios y a los que invocan a Jesucristo.
Nos sentimos pueblo de Dios por el Bautismo, invocamos a Jesucristo desde la fe. Recibimos l agracia y la paz desde el Padre y desde Jesucristo, su Hijo. SILENCIO PARA AGRADECER, CREER, DAR RESPUESTA.

Del santo evangelio según san Juan (1,29-34):

EN aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
“Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”.
Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».

GUÍA: Juan ve a Jesús y dice: éste es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Nos unimos a él, Jesús, para participar de su ser salvador y de su misión entre los hombres y mujeres de hoy. El Bautismo nos ha unido a Cristo, nos ha injertado en su ser Hijo y hermano. El agua nos ha limpiado. Tomamos conciencia de ello. Valoramos hasta dónde lo somos. Confiemos en su presencia y acción. SILENCIO DE UNIÓN, CONFIANZA, Y ACCIÓN.

RECOGEMOS LA ORACIÓN. UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA.

CONFIAMOS, AGRADECEMOS, PEDIMOS, ADORAMOS

INVOCAMOS A MARÍA QUE NOS ACOMPAÑA EN NUESTRO CAMINO.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE. CONFIAMOS EN ÉL  Y DECIMOS CON JESÚS: PADRE NUESTRO.
 CANTAMOS

Siempre confío en mi Dios, (2)
Él me conduce, no temo. Me acompaña al caminar
Aunque sin luz camine yo en la noche, aunque el temor me impida avanzar.
Aunque perdido yo vaya por las calles,
Sin encontrar amor y amistad.
Aunque yo inquieto me mueva todo el día,
Sin encontrar la paz del corazón.
Aunque las fuerzas me falten en la vida,
Y la ilusión se apague frente a mí.
Aunque el camino se oculte en las tinieblas.
Aunque no vea tu sombra avanzar