jueves, 30 de abril de 2015

MAYO-MARÍA

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GUÍA DE ORACIÓN 03-05-15

GUÍA: Hoy oramos y tenemos presente a María ya que comienza el Mes de Mayo y en algunas regiones este mes está dedicado a María Madre de Dios, Auxiliadora de los cristianos y de todos los que la invocan, Auxiliadora de la humanidad. Ella nos acompaña en la oración y en la acogida a la  Palabra de Dios. Vamos a confiarle este nuestro deseo de conocer a Jesús su Hijo y acoger su Palabra. Hacemos silencio dentro de nosotros. Vemos cómo hemos  pasado la semana. Nos disponemos a la escucha. María, ven con nosotros. Hacemos nuestra cada una de estas frases.
Del libro de los Hechos de los apóstoles (9,26-31):
En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de  que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.
GUÍA: Ahí en nuestro interior vemos a Pablo convertido en apóstol para otros. Jesús ha cambiado su corazón. Nuestros comportamientos pueden ser de fe confiada o de quien no se fía. Abramos el corazón a Jesús y presentemos lo que somos. Dejemos que el Espíritu de Dios nos transforme también a nosotros. Los hermanos le acogieron…¿Acogemos nosotros a todas las personas, sin hacer distinciones?
De la primera carta del apóstol san Juan (3,18-24):


Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.
GUÍA: Ahí en el silencio, escuchamos la Palabra. Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. Veamos cómo amamos. Dejemos que el Espíritu de amor actúe en nosotros y nos ayude a dar respuesta de amor en las ocasiones que se nos presentan. Éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Dejemos que ese mandamiento se haga un poquito vida en nosotros.


                                                                                          
Del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»
GUÍA: Nos vemos sarmientos en esa vid verdadera que es Cristo. Nuestra vida seguramente tiene altos y bajos. Pero Cristo permanece y el Padre está en Él. Permaneced en mi. En nuestro silencio pedimos que permanezcamos en Él y él en nosotros. Unidos a él en el amor y en la vida daremos fruto. María, ¿qué nos dices?. jTú que acogiste la Palabra en ti, enséñanos a acogerla también con humildad y confianza.
SILENCIO
COMPARTIMOS: Si estamos solos, podemos aportar alguna frase en el blog o algún comentario, cuando terminemos.
PETICIONES CONFIADAS: Presentamos al Padre por medio de María y de Jesús, su Hijo, las necesidades del mundo y pedimos el Espíritu de amor y  confianza para todos.
PADRE NUESTRO: Nos unimos a todos los cristianos con la oración de Jesús.
CANTAMOS a María nuestra madre: Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven. (bis) / Aunque digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. Ven./ Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no niegues nunca tu mano al que contigo está./ Ven con. Aunque parezcan tus  pasos  inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros los seguirán. Ven

viernes, 24 de abril de 2015

ORACIÓN 26-04-15

ORACIÓN 26-04-15




GUÍA: Llega el domingo. Día en que resucitó el Señor. Los cristianos nos reunimos para celebrar este hecho. Le reconocemos  presente en la asamblea cristiana, en la Palabra, en la Eucaristía. Hagamos experiencia  de su encuentro y su manifestación en nosotros y en cada uno de los hermanos. La Palabra nos habla y cae sobre suavemente sobre  nosotros. Es el momento de  acogerla en nuestra tierra  para que dé fruto. En nuestro interior, hacemos silencio. Nos preparamos para escuchar y poner en práctica lo  que nos dice. Pedimos perdón por lo que nos aleja de Dios y de los hermanos. SILENCIO MEDITATIVO

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,8-12):

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido en nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo,  no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»

GUÍA: Pedro habla al pueblo y les explica cómo se ha curado el enfermo por el poder de Jesucristo. Se ha convertido en piedra angular. El que fue despreciado ahora vive y tiene el poder de salvarnos. En el silencio dejamos que reposen estas palabras en nosotros y sintamos su presencia viva.

De la primera carta del apóstol san Juan (3,1-2):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

GUÍA: San Juan nos habla del amor que Dios nos tiene. Nos ha llamado hijos suyos. Sintamos esta Palabra hecha realidad. Sintámonos hijos de Dios. Con Jesús somos hijos y hermanos entre nosotros. Descubramos experiencias de hijos de Dios, y descubramos también que somos hermanos. En SILENCIO lo creemos y lo experimentamos. Veamos los retos que se nos presentan día a día para vivir según esta Palabra y cómo llevarla a la práctica. Jesús está con nosotros.

Del santo Evangelio según san Juan (10,11-18):

En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»

GUÍA: Jesús se llama a si mismo, Buen Pastor. Conoce a sus ovejas y ellas le conocen a Él. No las deja solas, no huye cuando viene el lobo. Da hasta la vida. El Padre le ama. En este momento nos vemos como rebaño de Jesús. Guiados por Él, amados y conocidos plenamente, por Él y por el Padre. Dejemos espacio en nosotros para este convencimiento y esta fe en lo que Jesús dice. Está con nosotros. Como buen Pastor. Somos llamados a acoger su don y a cuidar de los que son parte de nuestro mundo. Necesita nuestras manos, nuestro corazón para acompañarle.

COMPARTIMOS  una frase que vemos importante.

ORAMOS  por las necesidades que conocemos, las personas que lo pasan mal. Se lo presentamos al Padre por medio de Jesús.

SALMO 23
El Señor es mi pastor,
nada me faltará
 En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.                                       
                                                                         

El restaura mi alma;
me guía por senderos de justicia
por amor de su nombre.
 Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento

Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
has ungido
 mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por largos días.


GUÍA: Nos dejamos impregnar de la oración del salmo y de su llamada a la confianza en el Señor. Con María hacemos el camino del día y de la semana. Le pedimos que nos acompañe. Y agradecemos su presencia.

viernes, 17 de abril de 2015

ORACIÓN 19-04-15









ORACIÓN 19-04-15

GUÍA: Entramos en nuestro aposento interior.  En silencio vemos cómo estamos. Nos encontramos con nosotros mismos, nos reconocemos presentes ante el Dios de la vida y le damos gracias por su presencia, su amor y su compañía a lo largo de la semana. Nos disponemos a abrir el corazón a la luz de su Palabra. Escuchamos lo que nos dice por medio de fragmento de los Hechos de los Apóstoles que se proclama  hoy.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (3,13-15.17-19):

 En aquellos días, Pedro dijo a la gente: «El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.»

GUÍA: ¿Qué nos dice este texto? Lo que destacamos y que queda como llamada en nuestro interior es….Reflexionamos sobre: Lo entregasteis, el Padre lo resucitó, nosotros somos testigos, convertíos…SILENCIO

De la primera carta del apóstol san Juan (2,1-5):

 Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.  En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.
GUÍA: En nuestro interior, vamos recogiendo palabras, sentimientos que aparecen con las palabras de san Juan: Tenemos a uno que intercede por nosotros ante el Padre. Saboreemos lo que esto significa. Jesús el defensor de cada uno de nosotros ante el Padre. ¿Te sientes apoyado/a por Jesús?
Le conocemos cuando cumplimos sus mandamientos… Entonces el amor de Dios ha llegado a su plenitud en él…Gracias Padre y gracias Jesús por las veces que  habéis hecho realidad la Palabra en nosotros. Perdón por otras veces que no hemos sido acogedores de todo lo que nos propone.

Del santo evangelio según san Lucas (24,35-48):

 En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.  Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros.» Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma.
 Él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies.  Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo que comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.
 Y les dijo: «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.» Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.  Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»

GUÍA: No acababan de creer por la alegría. Se les presenta y casi no lo reconocen. Les abre el entendimiento para que comprendan las Escrituras: Resucitará y en su nombre se predicará la conversión…a todos los pueblos. Vosotros sois testigos. Repasamos estas palabras, escuchamos su eco en nosotros. Dejamos que se vayan haciendo realidad en nosotros ¿Cómo podemos ser también ser testigos de Jesús con las palabras y los hechos? ¿Tenemos alguna ocasión?

COMENTARIO de alguna de las ideas que consideramos importantes. O frases que subrayamos
ORACIÓN CONFIADA DE PETICIÓN por todas nuestras necesidades y las necesidades del mundo.
INVOCACIÓN a María. Ella nos acompaña y nos ayuda a conocer a Jesús, su Hijo.


CANTAMOS Y REFLEXIONAMOS
UNA CIUDAD PARA TODOS.


1. Una ciudad para todos:

¡LEVANTAREMOS!
Un gran techo común:
¡LA CIUDAD!
Una mesa redonda como el mundo:
¡LEVANTAREMOS!
Un pan de multitud.
Un lenguaje de corazón abierto.
Una esperanza:
¡VEN, SEÑOR JESUS!



NO RECHAZAREMOS LA PIEDRA ANGULAR;

SOBRE EL CIMIENTO DE TU CUERPO
LEVANTAREMOS LA CIUDAD,
LEVANTAREMOS LA CIUDAD.













2. Suben los pueblos del mundo:
¡LEVANTAREMOS!
Suben a la ciudad:
¡LA CIUDAD!
Los que hablaban en lenguas diferentes:
¡LEVANTAREMOS!
Proclaman la unidad.
Nadie grite: ¿Quién eres o de dónde?
Todos se llaman:
¡HIJOS DE LA PAZ!

GUÍA: Nos unimos con todos los cristianos y personas del mundo y decimos

PADRE NUESTRO…..

sábado, 11 de abril de 2015

lunes, 6 de abril de 2015

ORACIÓN 05-04-15


ORACIÓN 5-04-2015      





GUÍA: Hoy es Pascua. Hoy resucitó el Señor. Hemos vivido la Semana Santa teniendo presente a Jesús en su camino a Jerusalén en su despedida de los apóstoles y en su entrega al Padre. El Padre recoge su vida y nos lo vuelve a dar resucitado. Los apóstoles lo reciben con alegría y nos unimos a su fe, su alegría en el encuentro con Jesús resucitado, su potencia para unir a la comunidad y enviarla a proclamar la resurrección a todos los hombres. Hacemos silencio en nosotros para reconocer al Señor en nosotros, su vida y su envío. SILENCIO MEDITATIVO

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.»

GUÍA: Pedro toma la palabra y con la energía de la fe, anuncia a Jesús, sus obras, su muerte y su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, Los que creen en él reciben por su nombre el perdón de los pecado. Acogemos en nosotros las  palabras de Pedro que aunque le negó y estuvo miedoso con los otros apóstoles, ahora confiesa la resurrección y el perdón de los pecados para los que creen en su nombre. Dejamos que la fe, la confianza en la  entrega de Jesús  y en su perdón nos cubra y fortalezca. en el camino hacia el Padre Dios. SILENCIO MEDITATIVO

Del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-4):

Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

GUÍA:   Como morimos en Cristo, resucitamos con Él. Nuestro pecado ha sido borrado. Podemos recibir el don de la paz interior, con nosotros mismos y con los de fuera. Somos acogidos en el perdón de Dios. y en la vida nueva que nos da Jesucristo., empapados en resurrección. Dejemos que la vida del resucitado viva en cada uno de nosotros y continuemos su obra y camino. Veamos en qué podemos hacerlo. SILENCIO MEDITATIVO

Del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
 

GUÍA: Magdalena ve el sepulcro abierto, se han llevado al Señor. También lo ve Pedro y creyó. Todavía no  habían comprendido las Escrituras. Pero ahora creyó. ¿Cómo es el momento para nosotros? Podemos decir lo mismo y potenciar nuestra fe. La vida de Jesús sigue en cada uno de los creyentes. Hagamos espacio en nosotros a la nueva vida del cristiano. SILENCIO MEDITATIVO 

                                                           SALMO

Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo

                                                                                               

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.

SILENCIO
COMPARTIMOS alguna frase que nos acerca a la experiencia de Jesús. Si hemos rezado solos, podemos escribir una frase en el Blog y comunicar alguna impresión.





PETICIONES CONFIADAS

PADRE NUESTRO

CANTO
1. El Señor resucitó, ¡Alelu-ya! de la muerte nos libró. ¡Alelu - ya! 2. El Señor resucitó, ¡Aleluya! nuestra vida iluminó. ¡Aleluya! 3. Cristo es siempre nuestra luz, ¡Aleluya! que ilumina nuestra fe. ¡Aleluya! 4. Por nosotros se entregó, ¡Aleluya! su dolor nos liberó. ¡Aleluya! 5. Demos gracias al Señor, ¡Aleluya! porque hoy resucitó. ¡Aleluya! 6. A una gran resurrección, ¡Aleluya! nos invita el Señor. ¡Aleluya! 7. Caridad y comprensión, ¡Aleluya! y verdad en el amor. ¡Aleluya! 8. Destruyamos el rencor, ¡Aleluya! amemos de corazón. ¡Aleluya! 9. Entusiasmo en la acción, ¡Aleluya! alegría en la unión. ¡Aleluya! 10. En la entrega debe haber, ¡Aleluya! alegría, gozo y paz. ¡Aleluya!...