martes, 31 de octubre de 2017

TODOS LOS SANTOS



TODOS LOS SANTOS

GUÍA DE ORACIÓN 01-11-17

GUÍA: Día de Todos los Santos. Día de la Iglesia Triunfante. Nos unimos a ellos en el momento de alabanza y admiración de la gloria de Dios  en Jesús, en María y en todas las personas que forman esa casa del cielo. Nos unimos a la Iglesia que se purifica y la Iglesia que actúa en este mundo. Nos sentimos parte de la Comunidad humana y abrimos nuestro corazón a la Palabra de Dios. SILENCIO DE ADMIRACIÓN Y UNIÓN

Del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14):

Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar: «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.»
Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel. Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.»

GUÍA: El Apocalipsis nos presenta a la humanidad salvada que aclama bendición y gloria para el Dios de la vida, Señor del universo y del tiempo. Una muchedumbre inmensa de todos los pueblos lo aclama. Sus vestiduras son blancas. Nos invita a la admiración, la gloria  y la alabanza para Dios y el cordero. Como cristianos, sin divisiones y purificados, nos enrolamos en esa gran marcha de la humanidad. SILENCIO DE ADORACIÓN PURIFICACIÓN Y GLORIA

De la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purificará a sí mismo, como él es puro. 

GUÍA: Somos hijos de Dios. Todo el que tiene esperanza en Él, se hace puro como Èl. Nuestra oración es tiempo de de reconocer lo que somos, reconocer  nuestros dones por parte del Padre, del Hijo y del Espíritu. Tomamos conciencia de nuestro ser hijos. SILENCIO DE IDENTIDAD, DE SER HIJOS, DE CONVERSIÓN

Del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.» 

GUÍA: Dichosos porque seréis saciados, vuestro será el reino de los cielos, alcanzaréis misericordia… Como hijos de Dios, llamados a participar de su santidad.
Acogemos la felicidad, la dicha de la paz, de la misericordia, de la visión de Dios. Imaginamos un mundo feliz con todos estos dones. SILENCIO DE PRESENCIA, DE PROMESA, DE REALIZACIÓN.

SINTETIZAMOS LO QUE ES NUESTRA ORACIÓN. UNA FRASE NOS LA RECUERDA.

ACOGEMOS, DAMOS GRACIAS, PEDIMOS, ALABAMOS

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS


Todos unidos formando un solo cuerpo, 
un pueblo que en la Pascua nació, 
miembros de Cristo en sangre redimidos, 
Iglesia peregrina de Dios 

Vive en nosotros la fuerza del Espíritu 
que el Hijo desde el Padre envió, 
Él nos empuja, nos guía y alimenta, 
Iglesia peregrina de Dios 

SOMOS EN LA TIERRA 
SEMILLA DE OTRO REINO 
SOMOS TESTIMONIO DE AMOR: 
PAZ PARA LAS GUERRAS 
Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS 
IGLESIA PEREGRINA DE DIOS 

Rugen tormentas, 
y a veces nuestra barca, 
parece que ha perdido el timón, 
miras con miedo y no tienes confianza, 
Iglesia peregrina de Dios 


viernes, 27 de octubre de 2017

GRITAN Y ESCUCHARÉ




GRITAN Y ESCUCHARÉ

GUÍA ORACIÓN 29-10-17

GUÍA: Te amo, Señor. Tú eres mi fortaleza, dice el salmo. Venimos a ti, esperando tu amor y misericordia. Sólo tú eres santo. Confiamos en ti. Dejamos que todo esto sea una realidad en nosotros. Tu Espíritu y Jesús nos acercan a la verdad de tu ser y nos llenan de esperanza. En silencio te escuchamos y conocemos tu rostro. SILENCIO DE ATENCIÓN, DE CONOCIMIENTO Y AMOR.

 Del libro del Éxodo (22,20-26):

Así dice el Señor: «No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos. Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.»

GUÍA: Aquí estamos, Señor, a veces como oprimidos y otros como opresores. Como oprimidos clamamos a ti, te buscamos, te necesitamos. Guárdanos, Señor, Mira nuestra causa. Te esperamos.
Si somos opresores, convierte nuestro corazón y nuestra mente. No nos dejes caer en la tentación. SILENCIO DE PRESENCIA, ENCUENTRO, CONFIANZA

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,5c-10):

Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Desde vuestra Iglesia, la palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro.

GUÍA: Acogisteis la Palabra entre lucha y alegría en el Espíritu. Hoy también recibimos la Palabra y nos alegramos en el Espíritu. Confórtanos, Padre. Haz fuerte nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor. Que nuestro actuar pueda ser modelo para otros. SILENCIO DE ESPERANZA Y ALEGRÍA.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,34-40):

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»
Él le dijo: «"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»

GUÍA: Amarás al Señor tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Repasamos en silencio nuestra fe, y en la confianza hacia Dios Padre.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. ¿Cómo desbordamos el amor hacia nuestro prójimo. ¿Como a nosotros mismos? En paz valoramos nuestros encuentros con los demás.  SILENCIO DE CONFIANZA Y DE AMOR

REPASAMOS NUESTRA ORACIÓN, DESTACAMOS UNA FRASE

OFRECEMOS, PEDIMOS, ADORAMOS

PEDIMOS A MARÍA SU PRESENCIA

INVOCAMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS

CANTAMOS

Cerca está el Señor, cerca está el Señor.
Cerca de mi pueblo,
cerca del que lucha por amor.
Cerca está el Señor, cerca está el Señor,

es el peregrino que comparte mi dolor.

También está el Señor, le conoceréis,
en el que lucha por la igualdad.
También está el Señor, le conoceréis,
en el que canta la libertad.
También está el Señor, no olvidéis su voz,
sufre el dolor del oprimido.

También está el Señor, le conoceréis,
en el obrero en su taller.
También está el Señor, le conoceréis,
en el anciano en su vejez.
También está el Señor, no olvidéis su voz,
en el hospital junto al enfermo.

También está el Señor, le conoceréis,
Él es la vida, es la verdad.
También está el señor, le conoceréis,
en el camino de libertad.
Jesús es el Señor, no olvidéis su voz,
es el Redentor de nuestro pueblo.

(Erdozaín)



martes, 24 de octubre de 2017

PAPA FRANCISCO, DOMUND




MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2017

Queridos amigos de Reza y comparte: ¿Habéis leído el mensaje del Papa Francisco para el DOMUND?  Aquí está, para vosotros.
El corazón del Papa se explaya en su ardor misionero y en su amor a Jesucristo. La misión pertenece a la naturaleza de la Iglesia, a la esencia del cristiano.

La misión en el corazón de la fe cristiana
 Queridos hermanos y hermanas:
Este año la Jornada Mundial de las Misiones nos vuelve a convocar entorno a la persona de Jesús, «el primero y el más grande evangelizador» (Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 7), que nos llama continuamente a anunciar el Evangelio del amor de Dios Padre con la fuerza del Espíritu Santo. Esta Jornada nos invita a reflexionar de nuevo sobre la misión en el corazón de la fe cristiana. De hecho, la Iglesia es misionera por naturaleza; si no lo fuera, no sería la Iglesia de Cristo, sino que sería sólo una asociación entre muchas otras, que terminaría rápidamente agotando su propósito y desapareciendo. Por ello, se nos invita a hacernos algunas preguntas que tocan nuestra identidad cristiana y nuestras responsabilidades como creyentes, en un mundo confundido por tantas ilusiones, herido por grandes frustraciones y desgarrado por numerosas guerras fratricidas, que afectan de forma injusta sobre todo a los inocentes. ¿Cuál es el fundamento de la misión? ¿Cuál es el corazón de la misión? ¿Cuáles son las actitudes vitales de la misión?

¿Cómo vivimos la misión? ¿Estamos comprometidos con lo que decimos que creemos?

La misión y el poder transformador del Evangelio de Cristo, Camino, Verdad y Vida
1.    La misión de la Iglesia, destinada a todas las personas de buena voluntad, está fundada sobre la fuerza transformadora del Evangelio. El Evangelio es la Buena Nueva que trae consigo una alegría contagiosa, porque contiene y ofrece una vida nueva: la de Cristo resucitado, el cual, comunicando su Espíritu dador de vida, se convierte en Camino, Verdad y Vida por nosotros (cf. Jn 14,6). Es Camino que nos invita a seguirlo con confianza y valor. Al seguir a Jesús como nuestro Camino, experimentamos la Verdad y recibimos su Vida, que es la plena comunión con Dios Padre en la fuerza del Espíritu Santo, que nos libera de toda forma de egoísmo y es fuente de creatividad en el amor.
Cristo con su Buena noticia nos transmite la vida nueva de resucitados: Camino, Verdad, Vida. Hacemos nuestro su don y agradecemos su estar con nosotros

2.    Dios Padre desea esta transformación existencial de sus hijos e hijas; transformación que se expresa como culto en espíritu y en verdad (cf. Jn 4,23-24), en una vida animada por el Espíritu Santo en la imitación del Hijo Jesús, para gloria de Dios Padre. «La gloria de Dios es el hombre viviente» (Ireneo, Adversus haereses IV, 20,7). De este modo, el anuncio del Evangelio se convierte en palabra viva y eficaz que realiza lo que proclama (cf. Is 55,10-11), es decir Jesucristo, el cual continuamente se hace carne en cada situación humana (cf. Jn 1,14).

Culto en espíritu y verdad. Damos gloria a Dios con Jesús

La misión y el kairos de Cristo
3… A través de la misión de la Iglesia, Jesucristo sigue evangelizando y actuando; por eso, ella representa el kairos, el tiempo propicio de la salvación en la historia. A través del anuncio del Evangelio, Jesús se convierte de nuevo en contemporáneo nuestro, de modo que quienes lo acogen con fe y amor experimentan la fuerza transformadora de su Espíritu de Resucitado que fecunda lo humano y la creación, como la lluvia lo hace con la tierra. «Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 276)….

·         Jesucristo sigue evangelizando y actuando por medio de la Iglesia, por medio de los cristianos. ¿Sí? ¿Cómo lo sientes ?
·         Sentimos la fuerza de su resurrección, agradecemos, nos sumamos a su fuerza transformadora. Nos unimos a él, al Padre, al Espíritu y a toda la Iglesia

Francisco





viernes, 20 de octubre de 2017

YO SOY EL SEÑOR


YO SOY EL SEÑOR
GUÍA DE ORACIÓN 22-10-2017
GUÍA: Es domingo, día de la resurrección de Jesús. Ante el Padre, el Hijo Jesús, y ante el Espíritu, presentamos nuestro ser,  las  ilusiones y temores que estamos viviendo. Abrimos el corazón a la fe, a la presencia de Dios y confiadamente, le exponemos lo que somos y lo que queremos ser. Le pedimos ilumine nuestra mente y corazón para seguir sus indicaciones.
SILENCIO DE PRESENCIA, ESCUCHA, Y CONFIANZA
Lectura del libro de Isaías (45,1.4-6):

Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.»
GUÍA: Yo soy el Señor y no hay otro, dice Dios. Te llamé por tu nombre, aunque no me conocías. Que sepan de Oriente a Occidente que no hay dios fuera de mí. Estas palabras nos abren a la escucha. Dios está de tu parte y serás el signo d esu  presencia. Dejamos que sus palabras nos  envuelvan y sean parte de nuestra realidad. Gracias, Padre, guía nuestros pasos por tus caminos.
SILENCIO DE ACOGIDA, PETICIÓN Y ACCIÓN
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,1-5b):

Pablo, Silvano y Tirnoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.
GUÍA.: “Damos gracias a Dios por todos vosotros, recordamos la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza”. Esto nos lo dice San Pablo de parte de Dios. ¿Vemos reflejada nuestra vida en ellas, en cuanto a la fe, la esperanza, y el amor? Afiancemos nuestra Afianza tu adhesión  al Padre en la fe, tu confianza en Jesús por la esperanza, tu unión a la Trinidad y a la familia humana por el amor.
SILENCIO DE FE , DE CONFIANZA Y DE AMOR, POR LA FUERZA DEL ESPÍRITU.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,15-21):

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.
Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?»
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.»
Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién son esta cara y esta inscripción?»
Le respondieron: «Del César.»
Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.»
GUÍA: Jesús es puesto a prueba por los fariseos. ¿Es lícito pagar impuesto al César? ¿Hay alguna pregunta que le hacemos también nosotros? Jesús contesta: dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Queda la respuesta abierta para que sepamos elegir lo que hay que hacer. Ser justos con Dios y con los hombres. La ley del amor nos llama en las dos direcciones.
SILENCIO DE ENCUENTRO, DE COMPROMISO EN EL AMOR. 

HACEMOS SÍNTESIS EN UNA FRASE PARA REPETIR

ADORAMOS, DAMOS GRACIAS, PEDIMOS, ACTUAMOS

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE. María ayuda nuestro caminar.

DECIMOS CON JESÚS PADRE NUESTRO



CANTAMOS

No adoréis a nadie, a nadie más que a Él.
No adoréis a nadie, a nadie más que a Él.
No adoréis a nadie, a nadie más.
No adoréis a nadie, a nadie más.
No adoréis a nadie, a nadie más que a Él.

Porque sólo Él nos puede sostener. (bis)

No adoréis a nadie,…


No alabéis a nadie, a nadie más que a Él.

Porque sólo Él nos puede sostener. (bis)







lunes, 16 de octubre de 2017

ALEGRÍA DEL AMOR 2






PAPA FRANCISCO

Capítulo primero
A LA LUZ DE LA PALABRA

Seguimos esta reflexión y oración sobre la Alegría del amor. El objetivo es acercarnos a esa alegría y ese amor que Dios derrama en las familias y en todo grupo de personas a través del don del encuentro y el amor. El Papa Francisco va recorriendo la Biblia y la vida actual. Hoy nos fijamos en el número 11, 12.
La pareja que ama y genera la vida…es capaz de manifestar al Dios creador y salvador. Símbolo de las realidades íntimas de Dios. Es el camino por el cual se desarrolla el camino de la salvación.
 El Dios Trinidad es comunión de amor, y la familia es su reflejo viviente.
San Pablo lo relaciona con el «misterio» de la unión entre Cristo y la Iglesia



11. La pareja que ama y genera la vida es la verdadera «escultura» viviente —no aquella de piedra u oro que el Decálogo prohíbe—, capaz de manifestar al Dios creador y salvador. Por eso el amor fecundo llega a ser el símbolo de las realidades íntimas de Dios (cf. Gn 1,28; 9,7; 17,2-5.16; 28,3; 35,11; 48,3-4). A esto se debe el que la narración del Génesis, siguiendo la llamada «tradición sacerdotal», esté atravesada por varias secuencias genealógicas (cf. 4,17-22.25-26; 5; 10; 11,10-32; 25,1-4.12-17.19-26; 36), porque la capacidad de generar de la pareja humana es el camino por el cual se desarrolla la historia de la salvación. Bajo esta luz, la relación fecunda de la pareja se vuelve una imagen para descubrir y describir el misterio de Dios, fundamental en la visión cristiana de la Trinidad que contempla en Dios al Padre, al Hijo y al Espíritu de amor. El Dios Trinidad es comunión de amor, y la familia es su reflejo viviente. Nos iluminan las palabras de san Juan Pablo II: «Nuestro Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia, puesto que lleva en sí mismo paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor. Este amor, en la familia divina, es el Espíritu Santo»[6]. La familia no es pues algo ajeno a la misma esencia divina[7]. Este aspecto trinitario de la pareja tiene una nueva representación en la teología paulina cuando el Apóstol la relaciona con el «misterio» de la unión entre Cristo y la Iglesia (cf. Ef 5,21-33).

12. Pero Jesús, en su reflexión sobre el matrimonio, nos remite a otra página del Génesis, el capítulo 2, donde aparece un admirable retrato de la pareja con detalles luminosos. Elijamos sólo dos. El primero es la inquietud del varón que busca «una ayuda recíproca» (vv. 18.20), capaz de resolver esa soledad que le perturba y que no es aplacada por la cercanía de los animales y de todo lo creado. La expresión original hebrea nos remite a una relación directa, casi «frontal» —los ojos en los ojos— en un diálogo también tácito, porque en el amor los silencios suelen ser más elocuentes que las palabras. Es el encuentro con un rostro, con un «tú» que refleja el amor divino y es «el comienzo de la fortuna, una ayuda semejante a él y una columna de apoyo» (Si 36,24), como dice un sabio bíblico. O bien, como exclamará la mujer del Cantar de los Cantares en una estupenda profesión de amor y de donación en la reciprocidad: «Mi amado es mío y yo suya [...] Yo soy para mi amado y mi amado es para mí» (2,16; 6,3).



Después de leer estos dos  Números,  dejamos que alguna frase nos cale más. La repetimos varias veces relacionada con nosotros.

Subraya las frases que más te gustan.

 Hazlas tuyas.

 Disfruta con la presencia de Dios en medio de la familia y en todo encuentro positivo de personas.

Habla con Jesús, el Padre Dios y el Espíritu, sobre  tu familia.
Agradece lo bueno que encuentras en ella y pon tu parte para que sea mejor.

Impulsa tu compromiso en el camino del encuentro, del amor cristiano y de la familia





viernes, 13 de octubre de 2017

EN ESTE MONTE


EN ESTE MONTE

GUÍA DE ORACIÓN 15-10-17

GUÍA:  Vamos hacia ti, y tú nos atraes con el amor y la misericordia. Tu presencia se hace viva y acogedora. Nuestra vida se entremezcla con la tuya y goza con tu salvación. Damos gracias, adoramos. Pedimos luz al Espíritu. Luz que ilumina, calienta el corazón, disipa las tinieblas. Visualiza tu situación y preséntala al Padre, a Jesús, al Espíritu.
SILENCIO DE ENCUENTRO, AGRADECIMIENTO Y ADORACIÓN.

 Del libro de Isaías (25,6-10a):

Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. Lo ha dicho el Señor. Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte.»

GUÍA: El Señor de los ejércitos preparará este monte para todos los pueblos. Enjugará todas las lágrimas. La mano del señor se posará sobre este monte. Una visión de la grandeza de Dios y su cercanía. Somos agraciados por su presencia, acariciados por su salvación. Dejemos que os llene su palabra y su acción. En el interior, agradecemos,  avivamos la fe  y la confianza.
SILENCIO CONTEMPLATIVO DE FE Y CONFIANZA.

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,12-14.19-20):

Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
GUÍA:   San Pablo expresa su situación. Está hecho a la pobreza y a la abundancia. Todo lo puede en aquel que le da la fuerza. Hagamos un paralelismo con nuestra vida y la suya. ¿Podemos decir lo mismo? Atravesamos la aridez y la abundancia, confiados en la fuerza de Dios que está con nosotros? Detallemos los sentimientos que surgen en nosotros y demos gloria al Padre Dios en nuestro camino diario.
SILENCIO DE SEGURIDAD Y FE
Del santo evangelio según san Mateo (22,1-14):

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»

GUÍA: Se nos presenta la parábola de los convidados a las bodas. Un ejemplo que puede darse en nosotros, cuando somos invitados con la Palabra de Dios, con los encuentros de cada día. Ponemos disculpas para no atender a la invitación. Siéntete invitado por el Padre Dios. Imagina que estás ante Él y prepara  tu respuesta. ¿Cuál es la invitación que te hace en esta oración?
SILENCIO DE ATENCIÓN, DE ESCUCHA, Y TOMA DE DECISIONES.

RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE LA ORACIÓN

OFRECEMOS, DAMOS GRACIAS, PEDIMOS

INVOCAMOS A MARÍA PARA EL CAMINO

CON LA ORACIÓN DE JESÚS DECIMOS PADRE NUESTRO

CANTAMOS
Nadie hay tan grande como Tú,
nadie hay, nadie hay. (Bis)
¿Quién habrá que haga maravillas
como las que haces tú? . (Bis)
No con la fuerza, ni la violencia,
es como el mundo cambiará. . (Bis).
Sólo el amor lo cambiará,
sólo el amor nos salvará. . (Bis)
Nadie hay tan grande como Tú,
nadie hay, nadie hay. . (Bis)
¿Quién habrá que haga maravillas…
No con las armas, ni con la guerra
es como el mundo cambiará. . (Bis)
Sólo el amor lo cambiará,
sólo el amor nos salvará. . (Bis)
Nadie hay tan grande como Tú,…
¿Quién habrá que haga maravillas
como las que haces tú? . (Bis)

No con los pactos, ni los discursos,
es como el mundo cambiará. . (Bis)




Sólo el amor lo cambiará,
sólo el amor nos salvará. . (Bis).