viernes, 29 de abril de 2022

A LOS QUE LE OBEDECEN

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A LOS QUE LE OBEDECEN

GUÍA DE ORACIÓN 01-05-22, Domingo 3º de Pascua - Ciclo C


GUÍA:
Dios da su Espíritu a los que le obedecen. En oración recibimos esta Palabra. En tu presencia, Señor, guardamos tu voluntad en nuestro corazón. Lo purificamos con la obediencia, lo haces lugar de encuentro. Eres dueño de la vida y nos la das abundante. SILENCIO DE COMPRENSIÓN, DE ENCUENTRO, DE AMISTAD.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,27b-32.40b-41):

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»

Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»

Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

Salmo

Sal 29,2.4.5.6.11.12a.13b  R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Lectura del libro del Apocalipsis (5,11-14):

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en ellos, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

GUÍA:  Juan cuenta una visión. Ve a Dios y al Cordero, Jesús sacrificado. Miles de ángeles adoran y alaban su presencia. También la tierra y las criaturas decían: Gloria y poder por los siglos. Nos unimos a este gran coro de aclamación. Todos alabamos al Dios del universo y a Jesús, cordero inmolado. Visualizamos. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE UNIÓN, DE ADORACIÓN.

Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-19):

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»

Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»

Ellos contestaron: «No.»

Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.

Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»

Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»

Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»

Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»

Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.

Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

GUÍA:  Jesús se aparece a los discípulos. Come con ellos. Pregunta a Pedro si le ama. Tú sabes que te amo, le contesta. Y Jesús le nombra pastor de sus ovejas. Estamos con ellos y nos sentimos parte del grupo. Todos somos interrogados por el amor. Todos damos una respuesta y se nos encarga un mandato. Respondemos. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE CONFIRMACIÓN EN LA FE, DE AMISTAD.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: LAS PALABRAS QUE TE QUEDAN SON…

AGRADECEMOS, ADORAMOS, OFRECEMOS.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.

CON JESÚS, NOS DIRIGIMOS AL PADRE: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS:

Somos un pueblo que camina y juntos caminando,

podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas. ciudad de eternidad.

Somos un pueblo que camina, que marcha por el mundo

buscando otra ciudad. Somos errantes peregrinos

en busca de un destino. destino de unidad.

Siempre seremos caminantes. pues sólo caminando

podremos alcanzar. otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Danos valor para la lucha, valor en las tristezas,

valor en nuestro afán. Danos la luz de tu Palabra,

que guíe nuestros pasos, en este caminar.

Marcha Señor junto a nosotros, pues sólo en tu presencia

podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Dura se hace nuestra marcha, andando entre las sombras

y en tanta oscuridad. Todos los cuerpos desatados.

ya sienten el cansancio, de tanto caminar.

Pero tenemos la esperanza, de que nuestras fatigas

al fin alcanzarán, otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

https://www.youtube.com/watch?v=IVrKSK7l9jY

martes, 26 de abril de 2022

POESÍA En Equipo

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POESÍA  En Equipo

 

Una poesía anónima que nos hace reflexionar.  Inténtalo.

 

 

EN EQUIPO

Todos y cada uno,

Abiertos al sol y a la lluvia.

Que nadie lleve paraguas.

Abiertos al camino para hacerlo juntos.

Abiertos a a la Buena Noticia para acogerla y proclamarla.

Hombro a hombro.

Paso a paso.

En equipo.

Todos y cada uno.

Sólo así la lluvia empapará nuestra tierra y la hará fecunda.

Escribe tu comentario. Gracias.

viernes, 22 de abril de 2022

CRECÍA EL NÚMERO DE LOS CREYENTES

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CRECÍA EL NÚMERO DE LOS CREYENTES

GUÍA DE ORACIÓN  Domingo 2º de Pascua - Ciclo C

GUÍA: Segundo Domingo de Pascua. En Jerusalén, crecía el número de creyentes. Estamos aquí, también nosotros acercándonos a ellos, acogiendo al Señor resucitado. Participamos con la gente y creemos en Jesús. Ven Espíritu Santo, llénanos de tu luz y tu salvación. Padre, enséñanos a vivir, recibiendo tu Palabra y tu bondad. SILENCIO DE ACOGIDA, DE ENCUENTRO, DE SINCERIDAD.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,12-16):

Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los fieles se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacia lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor. La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno. Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén, llevando a enfermos y poseídos de espíritu inmundo, y todos se curaban.

GUÍA: Se adherían a Jesús. Quería que les curasen los apóstoles. Sacaban a sus enfermos. ¿Cómo hacemos nosotros? Recorremos momentos  importantes en la escuela del Maestro. Nos damos cuenta del proceso de nuestra fe. Presentamos nuestras dificultades, pedimos fe, esperanza, amor. SILENCIO DE CONFIANZA, DE REFLEXIÓN, DE PROMESA.

Sal 117,2-4.22-24.25-27a

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

Lectura del libro del Apocalipsis (1,9-11a.12-13.17-19):

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la constancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra, Dios, y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente que decía: «Lo que veas escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete Iglesias de Asia.» Me volví a ver quién me hablaba, y, al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho. Al verlo, caí a sus pies como muerto. Él puso la mano derecha sobre mí y dijo: «No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo. Escribe, pues, lo que veas: lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.»

GUÍA: Juan escribe el Apocalipsis. Irá presentando sus visiones y enseñanzas. Soy el primero y el último, el que vive. Con Juan recibimos la Palabra, vive por los siglos.  Nuestra oración nos abre a esta Palabra y su presencia se hace don para nosotros y para otros. SILENCIO DE APERTURA, DE FIDELIDAD, DE FUTURO.

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.

Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.

Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados! quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»

Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.»

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.»

Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.»

Contestó Tomás: «¡Señor Mío y Dios Mío!»

Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.»

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo tengáis vida en su nombre.

GUÍA:  Paz a vosotros nos dice Jesús. Nos enseña sus manos y su costado. Lo reconocemos y también como entonces nos llenamos de alegría. Quizás, como Tomás, estamos ausentes, o no creemos. Recibamos su presencia y con Tomás confesemos nuestra fe.  Pedimos perdón por las veces que somos débiles al hacerlo. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE CONFESIÓN, DE PERDÓN.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: LAS PALABRAS QUE TE QUEDAN SON…

AGRADECEMOS, ADORAMOS, OFRECEMOS.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.

CON JESÚS, NOS DIRIGIMOS AL PADRE: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS:

Mirad, Jesús resucita hoy

Mirad, la tumba esta vacía

El padre ha pensado en el

De los hombres es señor,

De la vida, salvador

Mirad, Jesús resucita hoy

Mirad, vive a nuestro lado

La muerte no tiene poder

Proclamad por la fe

Que esta vive y somos libres porque

El resucita hoy el vive entre nosotros es cristo el señor

Aleluya… aleluya (bis)

Mirad, Jesús resucita hoy

Nos da la paz con su palabra

El gozo vuelve al corazón

Con su espíritu de amor

Nuestra vida cambiara

Mirad Jesús resucita hoy

Su amor no nos dejara

Su fuerza nos empujara

El será guía y luz

Esperanza y fortaleza porque…

https://www.youtube.com/watch?v=VMml7Xh8Sds

martes, 19 de abril de 2022

POESÍA: ¿Y si todos nos unimos?

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POESÍA:  ¿Y si todos nos unimos?

 

Hoy vamos a reflexionar con esta Poesía de María Navarro: ¿Y si todos nos unimos?.  Unirnos para la paz, unirnos para vivir en libertad, siendo todos diferentes. Respetar a los demás.  Es momento de sembrar esfuerzo para que los hechos reales no apaguen la vida, y la ilusión de tantas gente.

¿Y SI TODOS NOS UNIMOS..."

 

Suenan cañones de muerte

mientras muchos preguntamos:

¿Por qué sembrar el terror,

entre tanta buena gente?

¿Qué culpa tienen los niños

los enfermos y sufrientes?

¿Por qué tiene tanta fuerza

el poder de un hombre solo?

¿Cómo es posible que alguien

le apoye en la barbarie?

 

Nuestra pobre HUMANIDAD

grita dolores de muerte,

porque hay quien no valora

el esfuerzo de la gente,

por hacer de este mundo

un hogar más habitable,

donde todos convivamos,

siendo TODOS diferentes.

 

El ser humano está hecho

para vivir en la paz,

buscando lo que más une

y donde puede ayudar.

Cumpliendo la ley de Dios

en cada pueblo o lugar,

siendo felices amando

y construyendo la PAZ.

 

Si vivimos RESPETANDO

la vida de los demás,

llenaremos nuestro mundo

de alegría y de  bondad,

Sembraremos la ternura,

con gestos de libertad,

donde florezca la vida

y se viva en LIBERTAD.

MARÍA

ACCIÓN:

Admira los gestos que hacen algunos para conseguir la paz. Pedimos a Jesús Resucitado que nos ayude en esta gran tarea. ¿Qué gesto te gustaría hacer para dar paz?

sábado, 16 de abril de 2022

DIOS LO RESUCITÓ AL TERCER DÍA

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DIOS LO RESUCITÓ AL TERCER DÍA

GUÍA DE ORACIÓN 17-04-22, Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

GUÍA:  Vosotros conocéis lo que sucedió en Judea. Jesús ungido por Dios por la fuerza del Espíritu pasó haciendo el bien. Estamos ante el mismo hecho. Nos impregnamos del don del Espíritu y le reconocemos resucitado. Somos sus discípulos y portadores de su anuncio. Padre, deja que recibamos la gran noticia de su resurrección y la anunciemos a nuestro mundo. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, RECONOCIMIENTO, ACEPTACIÓN.

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):

EN aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

«Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos.

Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».

GUÍA: Somos testigos de lo que hizo en vida. Lo mataron pero Dios lo ha resucitado. Jesús, deja que te veamos y te alcancemos. Deja que el poder de su resurrección descanse en nosotros y perdone nuestras culpas. Hemos muerto con él y resucitamos con él. El cambio de nuestra vida será la transformación en hombres y mujeres nuevos. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN, DE TESTIMONIO , DE PROMESA.

Sal 117,1-2.16ab-17.22-23

R/. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-4):

HERMANOS:

Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.

Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

GUÍA: El misterio de la muerte es vencido por tu resurrección. Haber muerto al pecado,  contigo se hace vida nueva. Esperamos que esa resurrección nos fortalezca para renacer en personas capaces de recibirte y anunciar tus maravillas.  Lo interiorizamos y acogemos tus dones. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE RECONOCIMIENTO, DE TRANSFORMACIÓN.

Secuencia

Hoy es obligatorio decir la Secuencia. Los días dentro de la Octava es potestativo.

 

Ofrezcan los cristianos

ofrendas de alabanza

a gloria de la Víctima

propicia de la Pascua.

 

Cordero sin pecado

que a las ovejas salva,

a Dios y a los culpables

unió con nueva alianza.

 

Lucharon vida y muerte

en singular batalla,

y, muerto el que es la Vida,

triunfante se levanta.

 

«¿Qué has visto de camino,

María, en la mañana?»

«A mi Señor glorioso,

la tumba abandonada,

 

los ángeles testigos,

sudarios y mortaja.

¡Resucitó de veras

mi amor y mi esperanza!

 

Venid a Galilea,

allí el Señor aguarda;

allí veréis los suyos

la gloria de la Pascua.»

 

Primicia de los muertos,

sabemos por tu gracia

que estás resucitado;

la muerte en ti no manda.

 

Rey vencedor, apiádate

de la miseria humana

y da a tus fieles parte

en tu victoria santa.

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

EL primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.


Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

GUÍA: María Magdalena fue al sepulcro al amanecer del tercer día. La acompañamos, La sorpresa fue que estaba abierto el sepulcro. Pedro y Juan lo comprueban. No está Jesús. Creyeron. Danos, Señor, la fe que nos afiance en tu resurrección, danos la esperanza de resucitar contigo, danos el amor para caminar tu mismo camino. SIELNCIO DE FE, DE AMOR, DE CONFIANZA.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: LAS PALABRAS QUE TE QUEDAN SON…

AGRADECEMOS, ADORAMOS, DAMOS GLORIA A DIOS.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.

CON JESÚS RESUCITADO, NOS DIRIGIMOS AL PADRE: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

Hoy el Señor resucitó y de la muerte nos salvó. Alegría y paz, hermanos, que el Señor resucitó. Porque esperó Dios le libró y de la muerte lo sacó. El pueblo en Él vida encontró, la esclavitud ya terminó. La luz de Dios en Él brilló, la nueva vida nos llevó. Con gozo alzad el rostro a Dios, que de Él nos llega la salvación. Todos cantad aleluya Todos cantad aleluya

https://www.youtube.com/watch?v=POmFIeBb18c


martes, 12 de abril de 2022

POESÍA: Cuaresma 2022

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POESÍA: Cuaresma 2022 

La Cuaresma termina. Pasión y Pascua están llegando. Un nuevo tiempo para la reflexión, la oración y el encuentro con nosotros mismos, con Dios y con los demás. María Navarro nos presenta su reflexión y el panorama que contempla. ¿Cómo lo ves tú?


CUARESMA 2022

Un camino se nos abre

De compromiso y esfuerzo,

Por renovar nuestra vida,

Y descargarla de pesos.

A veces se va cargando,

De situaciones que agobian,

De mentiras y de historias,

De egoísmos y de glorias.

Despojamos dignidades,

Desvestimos la memoria,

Y olvidamos que el poder,

Nos destruye, nos malogra,

Nos hace perder de vista

Que somos esa gran obra,

Que si se olvida de Dios

Todo lo demás le sobra.

No echemos por la ventana

La maravilla que somos,

Si sabemos respetar,

Las diferencias de todos.

¡Qué bonito hoy sería

Que uniéramos nuestras manos,

Sean grandes o pequeñas,

Sean blancas, sean negras,

Porque aquello que nos une

¡Rompería tantas guerras!

Hagámoslo con la mente,

Con los ojos y el corazón

Y aprendamos de una vez

Lo importante del amor.

Tantos siglos, ¿para qué?

¿Si nos seguimos matando?

¿en qué nos diferenciamos,

Si nos seguimos odiando?

¡Cuántas vidas se han perdido

Por no saber entendernos,

Por no mirar con bondad,

Por no intentar querernos1

No perdamos la esperanza,

Y pongamos nuestro esfuerzo

En educar en la paz

En la ayuda y el respeto.

María

ACCIÓN

Entendernos, bondad y respeto son los medios para mejorar, cambiar nuestros malos comportamientos. La vida necesita nuevos resortes para crecer y recrear la buena semilla que dé frutos sanos.

viernes, 8 de abril de 2022

NO ME ECHÉ ATRÁS

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NO ME ECHÉ ATRÁS

GUÍA DE ORACIÓN, 10 de abril de 2022 Domingo de Pasión - Ciclo C

GUÍA: Llega la hora de Jesús. Nos descubre sus sentimientos. Su alma está dispuesta a aceptar esa hora. Vamos a acompañar a Jesús en la celebración y avivamos la fe para acercarnos a su  experiencia de dolor y muerte. Abrimos la mente y el corazón para acoger la Palabra de Dios, reconocer el momento de la entrega, acogerle en sus pasos. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE COMPAÑÍA, DE ENCUENTRO.

Lectura del libro de Isaías (50,4-17):

El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo; para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los discípulos.

El Señor Dios me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro ante ultrajes ni salivazos.

El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

GUÍA: No me eché atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban. Nuestra oración es compañía, adoración, perdón. Compañía que se hace amor, silencio y presencia. Haz que comprendamos tus momentos de pasión, que el ambiente hostil sea transformado para ti y para tantas personas que viven la experiencia de dolor y abandono. SILENCIO DE CERCANÍA, DE CONSCIENCIA, DE PRESENCIA.

Sal 21,2a.8-9.17-18a.19-20.23-24

R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí,

hacen visajes, menean la cabeza:

«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;

que lo libre si tanto lo quiere». R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

Cristo Jesús, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de si mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres.

Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

GUÍA: Estamos ante ti, Jesús. Enséñanos a caminar a tu lado, a aprender tus lecciones de humildad, de solidaridad con toda la humanidad. Haz que te reconozcamos como Dios y Señor. Desde una muerte de cruz, el Padre te recibe como Hijo y defensor de tus hermanos. Contigo vamos descubriendo el perdón del Padre y el amor entre nosotros. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN,  DE IDENTIFICACIÓN, DE UNIÓN.

Evangelio según  san Lucas (22,14–23,56):

En aquel tiempo, los ancianos del pueblo, con los jefes de los sacerdotes y los escribas llevaron a Jesús a presencia de Pilato.

No encuentro ninguna culpa en este hombre

C. Y se pusieron a acusarlo diciendo

S. «Hemos encontrado que este anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos

al César, y diciendo que él es el Mesías rey».

C. Pilatos le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».

C. El le responde:

+ «Tú lo dices».

C. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente:

S. «No encuentro ninguna culpa en este hombre».

C. Toda la muchedumbre que había concurrido a este espectáculo, al ver las cosas que habían ocurrido, se volvía dándose golpes de pecho.

Todos sus conocidos y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea se mantenían a distancia, viendo todo esto.

C. Pero ellos insitían con más fuerza, diciendo:

S. «Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde que comenzó en Galilea hasta llegar aquí».

C. Pilato, al oírlo, preguntó si el hombre era galileo; y, al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes,

que estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días, se lo remitió.

Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio

C. Herodes, al vera a Jesús, se puso muy contento, pues hacía bastante tiempo que deseaba verlo, porque oía hablar de él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hacía muchas preguntas con abundante verborrea; pero él no le contestó nada.

Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándolo con ahínco.

Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio y, después de burlarse de él, poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos entre sí Herodes y Pilato, porque antes estaban enemistados entre si.

Pilato entregó a Jesús a su voluntad

C. Pilato, después de convocar a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, les dijo:

S. «Me habéis traído a este hombre como agitador del pueblo; y resulta que yo lo he interrogado delante de vosotros y no he encontrado en este hombre ninguna de las culpas de que lo acusáis; pero tampoco Herodes, porque nos lo ha devuelto: ya veis que no ha hecho nada digno de muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».

C. Ellos vociferaron en masa:

S. «¡Quita de en medio a ese! Suéltanos a Barrabás».

C. Este había sido metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.

Pilato volvió a dirigirles la palabra queriendo soltar a Jesús, pero ellos seguían gritando:

S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!».

C. Por tercera vez les dijo:

S. «Pues ¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en él ninguna culpa que merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».

C. Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo su griterío.

Pilato entonces sentenció que se realizara lo que pedían: soltó al que le reclamaban (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su voluntad.

Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí.

C. Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.

Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él.

Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:

+ «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en los que dirán: "Bienaventuradas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado". Entonces empezarán a decirles a los montes: "Caed sobre nosotros", y a las colinas: "Cubridnos"; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿que harán con el seco?».

C. Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen

C. Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Jesús decía:

+ «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».

C. Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suerte.

Este es el rey de los judíos

C. El pueblo estaba mirando, pero los magistrados le hacían muecas diciendo:

S. «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».

C. Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:

S. «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».

C. Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».

Hoy estarás conmigo en el paraíso

C. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:

S. «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».

C. Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:

S. «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada».

C. Y decía:

S. «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

C. Jesús le dijo:

+ «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

C. Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:

+ «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu».

C. Y, dicho esto, expiró.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa

C. El centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios diciendo:

S. «Realmente, este hombre era justo».

GUÍA: Jesús, estamos aquí. Hemos subido contigo al Calvario. Los hechos se suceden y tú estás en la cruz. Todos te miran, y tú haces la ofrenda: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.  Gracias por tu sacrificio, por tu dolor y muerte. Limpia nuestro pecado y llénanos de tu paz.  SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ACOGIDA, DE RESPUESTA.

 ¿QUÉ NOS ATRAE  EN LA ORACIÓN? BUSCAMOS UNA FRASE.

BUSCAMOS PAZ, CONCORDIA, PERDÓN.

DE MARÍA APRENDEMOS A GUARDARLO EN EL CORAZÓN.

INVOCAMOS AL PADRE SINTIÉNDONOS HIJOS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS:

Hacia ti morada santa/ Hacia ti tierra de salvación/Peregrinos, caminantes/ Vamos hacia ti

-Venimos a tu mesa/ Sellaremos tu pacto/Comeremos tu carne/Tu sangre nos limpiará

-Reinaremos contigo/ En tu morada santa/Beberemos tu sangre/ Tú fe nos salvará

´-Somos tu pueblo santo, que hoy camina unido/Tú vas entre nosotros, tú amor nos guiará.

Tú eres el camino, tú eres la esperanza/Hermano de los pobres, amén, aleluya 

https://www.youtube.com/watch?v=pabhzjWsq7A