viernes, 29 de abril de 2022

A LOS QUE LE OBEDECEN

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A LOS QUE LE OBEDECEN

GUÍA DE ORACIÓN 01-05-22, Domingo 3º de Pascua - Ciclo C


GUÍA:
Dios da su Espíritu a los que le obedecen. En oración recibimos esta Palabra. En tu presencia, Señor, guardamos tu voluntad en nuestro corazón. Lo purificamos con la obediencia, lo haces lugar de encuentro. Eres dueño de la vida y nos la das abundante. SILENCIO DE COMPRENSIÓN, DE ENCUENTRO, DE AMISTAD.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (5,27b-32.40b-41):

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»

Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.»

Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

Salmo

Sal 29,2.4.5.6.11.12a.13b  R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

Lectura del libro del Apocalipsis (5,11-14):

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en ellos, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

GUÍA:  Juan cuenta una visión. Ve a Dios y al Cordero, Jesús sacrificado. Miles de ángeles adoran y alaban su presencia. También la tierra y las criaturas decían: Gloria y poder por los siglos. Nos unimos a este gran coro de aclamación. Todos alabamos al Dios del universo y a Jesús, cordero inmolado. Visualizamos. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE UNIÓN, DE ADORACIÓN.

Lectura del santo evangelio según san Juan (21,1-19):

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»

Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»

Ellos contestaron: «No.»

Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.»

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.

Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»

Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»

Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»

Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»

Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.

Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

GUÍA:  Jesús se aparece a los discípulos. Come con ellos. Pregunta a Pedro si le ama. Tú sabes que te amo, le contesta. Y Jesús le nombra pastor de sus ovejas. Estamos con ellos y nos sentimos parte del grupo. Todos somos interrogados por el amor. Todos damos una respuesta y se nos encarga un mandato. Respondemos. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE CONFIRMACIÓN EN LA FE, DE AMISTAD.

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: LAS PALABRAS QUE TE QUEDAN SON…

AGRADECEMOS, ADORAMOS, OFRECEMOS.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.

CON JESÚS, NOS DIRIGIMOS AL PADRE: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS:

Somos un pueblo que camina y juntos caminando,

podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas. ciudad de eternidad.

Somos un pueblo que camina, que marcha por el mundo

buscando otra ciudad. Somos errantes peregrinos

en busca de un destino. destino de unidad.

Siempre seremos caminantes. pues sólo caminando

podremos alcanzar. otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Danos valor para la lucha, valor en las tristezas,

valor en nuestro afán. Danos la luz de tu Palabra,

que guíe nuestros pasos, en este caminar.

Marcha Señor junto a nosotros, pues sólo en tu presencia

podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Dura se hace nuestra marcha, andando entre las sombras

y en tanta oscuridad. Todos los cuerpos desatados.

ya sienten el cansancio, de tanto caminar.

Pero tenemos la esperanza, de que nuestras fatigas

al fin alcanzarán, otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

https://www.youtube.com/watch?v=IVrKSK7l9jY

7 comentarios:

  1. "A los que le obedecen". Te ofrecemos esta guía de oración para que la sigas y veas un posible camino de acercarte a la Palabra de Dios. Donde hay amor allí está Dios. Búscalo y acepta su presencia, Obedécela y sentirás su alegría, su paz y esperanza. Buena semana.

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  2. "Eres dueño de la vida y nos la das abundante". Caminamos en la esperanza contigo.

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  3. "Podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas. ciudad de eternidad."

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  4. "Te ensalzaré, Señor, porque me has librado" Sentimos su mano protectora y buena. Agradecemos. Caminamos en esperanza, Compartimos.

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  5. "Danos la luz de tu Palabra, que guíe nuestros pasos, en este caminar." Nos unimos a esta oración y pedimos luz para la humanidad, en sus dificultades y problemas. Que se abran caminos para la reconciliación.

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  6. "Tú sabes que te amo" La respuesta de Pedro podemos darla también nosotros en ocasiones. Otras veces quizás no nos atrevamos. ¿Qué te parece?

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  7. "Todos somos interrogados por el amor. Todos damos una respuesta y se nos encarga un mandato". Vida en relación, en búsqueda y en respuesta. ¿Te parece Importante? Danos una respuesta. Gracias.

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