ORACIÓN 5-07-15
GUÍA: Estos días, Dios llamaba a Abrahán y él respondía: Aquí estoy Señor. ¿Qué
quieres, Señor?...Hoy se nos llama por nuestro nombre también y respondemos con
nuestras palabras. Aquí estoy, Señor. ¿Qué quieres, Señor?. En nuestro interior
reconocemos esa voz y escuchamos su llamada a la interioridad y a la acción. En
silencio dejamos que la paz de Dios nos llene.
De la profecía de Ezequiel (2,2-5):
En aquellos días, el espíritu entró en mí, me
puso en pie, y oí que me decía: «Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a
un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han
ofendido hasta el presente día. También los hijos son testarudos y obstinados;
a ellos te envío para que les digas: "Esto dice el Señor." Ellos, te
hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un
profeta en medio de ellos.»
GUÍA: El profeta Ezequiel
encuentra que el Espíritu entra en él, le pone en pie. En nuestro silencio
reconocemos que el Espíritu nos convoca y quiere algo de nosotros. Le
escuchamos. Ezequiel es enviado a los
israelitas. Le escuchen o no, sabrán que hay un profeta en Israel enviado por
el Señor. Dejemos espacio para que esta palabra cale en nosotros. Nos damos cuenta que el Señor nos llama, que nos envía, que
tenemos una tarea donde Él se manifiesta. Todos somos responsables de ese envío
de Dios. Descubramos nuestro envío, en
silencio adorador.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los
Corintios (12,7b-10):
Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.» Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
GUÍA: Pablo es enviado, ve sus
éxitos y sus dificultades. La fuerza de Dios reside en Él. La reconoce, se deja
llevar por ella, se siente enviado. Reconoce que en medio de las dificultades
la fuerza de Dios actúa en él. Confía y está seguro de que no será abandonado.
Estos sentimientos y seguridades ¿son también nuestros?. Ampliemos la mirada y
los sentimientos de confianza y seguridad en aquel que nos ama. Dejemos espacio
para la confianza. Silencio confiado.
Del santo evangelio según san Marcos (6,1-6):
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?»
Y esto les resultaba escandaloso.
Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.»
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.
GUÍA: Jesús está con los
suyos y ellos no reconocen la obra de
Dios. No pudo hacer allí ningún milagro. ¿Qué nos dice a nosotros esta Palabra
de Dios?. Nos habla de falta de fe. ¿Se da en nosotros esta situación? Veamos
el aspecto de nuestra tierra interior. ¿Es acogedora, sensible, creyente? Él se
extrañó de su falta de fe. Pero impuso las manos y curó a algunos. Señor
aumenta nuestra fe. Confiamos en Ti.
COMPARTIMOS alguna frase que nos ha hecho bien.
PRESENTAMOS al Señor, las necesidades de nuestro mundo
PADRE NUESTRO nos unimos a todos los hombres y mujeres
del mundo con nuestra oración
SENTIMOS A MARÍA, nuestra madre, a nuestro lado, en el
camino de la vida. ”Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás,
contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María,
ven”
Hoy se los habla de llamada y envío. veamos cuál es el nuestro.
ResponderEliminarUn camino sencillo o complicado, pero dios está ahí en medio de las olas o el asfalto. Abramos nuestros oídos a la escucha y a la confianza. Seguimos rezando por los cristianos perseguidos. Que el corazón de todas las personas haga la paz y el respeto a cada ser humano.
ResponderEliminar"Hoy se nos llama por nuestro nombre también y respondemos con nuestras palabras". Desde cada uno de nosotros escuchamos y descubrimos el susurro de su voz en las criaturas y en la vida. ¿Qué respuesta damos?
ResponderEliminar"sabrán que hubo un profeta en medio de ellos.» El mensaje es de Dios. y cuida de que la semilla dé su fruto..
ResponderEliminar«Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.» Nos llama a la confianza. El poder de Dios está más allá de nuestra debilidad. Intensificamos la oración por las necesidades de nuestro mundo.
ResponderEliminar"Pablo es enviado, ve sus éxitos y sus dificultades." Dios se manifiesta en la debilidad y donde somos pequeños allí el poder de Dios es grande. ¿Lo hemos comprobado alguna vez? ¿Hoy?
ResponderEliminar"Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando." Algunos crecen el la fe. Otros se olvidan. ¿Entre quienes estamos?. Señor aumenta nuestra fe y enséñanos a compartirla.
ResponderEliminar”Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás" Santa María ven. Contamos contigo. El mundo te necesita.
ResponderEliminar"Reconoce que en medio de las dificultades la fuerza de Dios actúa en él". Un ejercicio muy bonito el reconocer la fuerza de dios en nosotros.Reconocer las obras de Dios en nuestra vida ahora pero también en tantos momentos. Eso es lo que hizo María en su Magnificat.
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