ORACIÓN 12-07-15
GUÍA: Padre Dios nos llamas y sales a
nuestro encuentro. Queremos reconocerte aquí en nuestro interior, en
medio de la vida, en la realidad de cada
día. ¡Qué bien sentirnos encontrados por Ti!
Vemos a las personas, a las cosas, las situaciones. Tú estás allí como
Dios Providente. Tu Espíritu lo invade todo. Convierte nuestro corazón hacia tu
presencia y deja que tu Palabra abra nuestros ojos y nuestro corazón. Hacemos
silencio y procuramos que estos sentimientos, dando espacio a cada uno de
ellos, se hagan nuestros. Que los signos de Dios lleguen a nosotros. Silencio
adorador y confiado.
De la profecía de Amós
(7,12-15):
En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.»
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel."»
En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.»
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel."»
GUÍA: La Palabra nos habla de envío. Amós es invitado por Amasías a irse a Judá. Pero siente
el envío de Dios a Israel. Quiere serle
fiel. En nuestra vida seguramente sentimos envíos, reclamos de Dios a favor de
su pueblo. ¿Los descubrimos? Escuchamos otros reclamos más fáciles y
halagüeños? Postrémonos ante Dios y recibamos su fuerza para cumplir su
voluntad.
De la carta del apóstol san
Pablo a los Efesios (1,3-14):
Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.
Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.
GUÍA: En Cristo hemos sido hechos
Hijos de Dios. Por pura iniciativa suya, nos ha destinado a ser sus hijos.
Gocemos de estas palabras, en silencio. Sintamos a Dios Padre, nuestro Padre y Padre de Jesús.
Él nos enriquece con su vida y su presencia. En estos momentos disfrutamos de
ser sus hijos. Adoramos, Damos gracias, Alabamos su grandeza y misericordia
para nosotros y toda la humanidad. En cada frase hacemos nuestro el amor de
Dios. Silencio, espacio acogedor.
Del santo evangelio según san
Marcos (6,7-13):
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
GUÍA: Los envía a predicar el Reino
de Dios: El Reino está cerca. Hoy también somos llamados a anunciar el Reino de
Dios que está cerca. ¿Lo vemos cerca?. Hay tantos anuncios…¿Distinguimos unos
de otros? Será bonito fijarnos en esas realidades que nos rodean y ver cómo
anuncian a Dios. Descubriremos el bien, la belleza, el amor con que Dios se
derrama en las personas, en la naturaleza, en nosotros mismos y en nuestro
alrededor. Hagamos una lista de esas semillas de Dios, que vamos encontrando. Comuniquémoslas
en la medida de lo posible.
COMPARTIMOS alguna frase que nos ha hecho bien.
PRESENTAMOS al Señor, las necesidades de nuestro mundo
PADRE
NUESTRO nos unimos a todos
los hombres y mujeres del mundo con nuestra oración
CANTAMOS
Sois la semilla que ha de crecer,
Sois la estrella que ha de brillar, Sois levadura, sois grano de sal, antorcha que ha de alumbrar. Sois la mañana que vuelve a nacer, sois espiga que empieza a granar. Sois aguijón y caricia a la vez, testigos que voy a enviar. ESTRIBILLO Id, amigos, por el mundo, anunciando el amor, mensajeros de la vida, de la paz y el perdón. Sed, amigos, los testigos de mi Resurrección. Id llevando mi presencia. ¡Con
vosotros estoy!
Sois una llama que ha de encender resplandores de fe y caridad. Sois los pastores que han de guiar al mundo por sendas de paz. Sois los amigos que quise escoger, sois palabra que intento gritar. Sois reino nuevo que empieza a engendrar justicia, amor y verdad. Sois fuego y savia que viene a traer, sois la ola que agita la mar. La levadura pequeña de ayer fermenta la masa del pan. Una ciudad no se puede esconder, ni los montes se han de ocultar. En vuestras obras que buscan el bien los hombres al Padre verán. |
Estamos llamados a un encuentro con Jesús. Hagamos espacio y disfretemos con Él
ResponderEliminar"Padre Dios nos llamas y sales a nuestro encuentro".¡ Qué maravilla! y sales a nuestro encuentro por vías y caminos, a veces por grandes avenidas. Gracias, Padre. Queremos ir por tus caminos. Condúcenos hacia Ti, con mano generosa y fuerte.
ResponderEliminar"llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos"Los llamó y les dio autoridad. Hoy sigue llamando nos llama en ocasiones sencillas y otras más complicadas.Que tengamos su fuerza para salir adelante en las situaciones en que nos encontramos.
ResponderEliminar"Id, amigos, por el mundo, anunciando el amor".Una tarea hermosa. Que anunciemos el amor con la palabra pero sobre todo con los hechos. El Espíritu ha sido derramado sobre nosotros para que lo hagamos. Confiemos en que Él puede más que nuestra debilidad.
ResponderEliminar"El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros," Es verdad. Cuánta gracia, sabiduría y prudencia se derrama sobre cada uno de nosotros y sobre el mundo. Agradecemos, admiramos, adoramos al Señor.
ResponderEliminar"Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban."Hoy también se predica el Evangelio y hace que el mal se desarraigue de nosotros. Pidamos la eficacia de su Palabra para los evangelizadores y catequistas. Jesús dijo: Estaré con vosotros. No faltará a la cita.
ResponderEliminar"Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra." Recapitular todas las cosas en Cristo. En él se unió el cielo y la tierra. y hoy podemos hacer su obra en nosotros. El camino de la salvación para nosotros y para todos los hombres y mujeres de la tierra. Podemos reconocerlo y enviarlo a todos los rincones del mundo.
ResponderEliminar" El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.". ¿Nos sentimos sacados de nuestros rebaños, por el Señor? ¿Nos sentimos enviados al pueblo? Toda la vida es llamada a un más allá. A veces nos sobrepasa pero el Señor cuenta con nosotros.
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