ORACIÓN 02-08-15
GUÍA: Hacemos silencio en
nosotros. Dejamos fuera lo que nos preocupa. Pero también podemos ponerlo ahí
ante el Señor. Le presentamos nuestra preocupación. Se lo contamos. Lo que pasa
y lo que necesitamos. Le pedimos que cuide de todo y que nos enseñe el camino,
lo que quiere que hagamos. En silencio, hagamos ejercicio de confianza, abramos
el corazón a la Palabra de Dios que seguro nos impulsará para hacer lo que Dios
quiere.
Del libro del Éxodo (16,2-4.12-15):
En aquellos días, en el desierto, comenzaron todos a murmurar contra Moisés y Aarón, y les decían: «¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne, y comíamos hasta hartarnos; pero vosotros nos habéis traído al desierto para matarnos a todos de hambre.»
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva comida del cielo. La gente saldrá a diario a recoger únicamente lo necesario para el día. Quiero ver quién obedece mis instrucciones y quién no.»
Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: "Al atardecer comeréis carne, y por la mañana comeréis hasta quedar satisfechos. Así sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios."»
Aquella misma tarde llegaron codornices, las cuales llenaron el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto.
Los israelitas, no sabiendo qué era aquello, al verlo se decían unos a otros: «¿Y esto qué es?»
Moisés les dijo: «Éste es el pan que el Señor os da como alimento.»
En aquellos días, en el desierto, comenzaron todos a murmurar contra Moisés y Aarón, y les decían: «¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne, y comíamos hasta hartarnos; pero vosotros nos habéis traído al desierto para matarnos a todos de hambre.»
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva comida del cielo. La gente saldrá a diario a recoger únicamente lo necesario para el día. Quiero ver quién obedece mis instrucciones y quién no.»
Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: "Al atardecer comeréis carne, y por la mañana comeréis hasta quedar satisfechos. Así sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios."»
Aquella misma tarde llegaron codornices, las cuales llenaron el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto.
Los israelitas, no sabiendo qué era aquello, al verlo se decían unos a otros: «¿Y esto qué es?»
Moisés les dijo: «Éste es el pan que el Señor os da como alimento.»
GUÍA: La Palabra nos habla de necesidad. El
Pueblo se queja a Moisés y a Dios. Hasta desean haber muerto en Egipto.
Descubrir el plan de Dios en cada situación y confiar en Él nos dará nuevas
fuerzas. Seguro que hoy tenemos espacios dudosos en los que podemos confiar en
Dios. Hagamos lo que está de nuestra parte y confiemos que el Señor siempre
acude en nuestro auxilio. SILENCIO confiado
Salmo 77
R/. El Señor les dio un trigo celeste
Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R/.
Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R/.
Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R/.
De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
(4,17.20-24):
En el nombre del Señor os digo y encargo que no viváis más como los paganos, que viven de acuerdo con sus vanos pensamientos. Pero vosotros no conocisteis a Cristo para vivir de ese modo, si es que realmente oísteis acerca de él; esto es, si de Jesús aprendisteis en qué consiste la verdad. En cuanto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos de vuestra vieja naturaleza, que está corrompida por los malos deseos engañosos. Debéis renovaros en vuestra mente y en vuestro espíritu, y revestiros de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se manifiesta en una vida recta y pura, fundada en la verdad.
En el nombre del Señor os digo y encargo que no viváis más como los paganos, que viven de acuerdo con sus vanos pensamientos. Pero vosotros no conocisteis a Cristo para vivir de ese modo, si es que realmente oísteis acerca de él; esto es, si de Jesús aprendisteis en qué consiste la verdad. En cuanto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos de vuestra vieja naturaleza, que está corrompida por los malos deseos engañosos. Debéis renovaros en vuestra mente y en vuestro espíritu, y revestiros de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se manifiesta en una vida recta y pura, fundada en la verdad.
GUÍA: Debéis renovaros en vuestra mente y en
vuestro espíritu. ¿Qué vemos que necesita renovación en nosotros? Pero se
subraya la renovación de la mente y del espíritu. Una mente sana, recta,
confiada en la verdad del Señor, alejada de toda maldad, que busca el bien y lo
positivo. Vencer el mal a fuerza de bien. El Espíritu impulsa al bien. Aportemos
palabras de bien, acciones de bien. Pidamos al Espíritu nos haga comprender sus
caminos y nos ayude a recorrerlos. Silencio acogedor y confiado. Dejemos que
cada frase cale nuestra tierra.
Del santo evangelio según san Juan
(6,24-35):
En aquel tiempo, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas y se dirigió en busca suya a Cafarnaún.
Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les dijo: «Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Ésta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.»
Le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?»
Jesús les contestó: «La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado.»
«¿Y qué señal puedes darnos –le preguntaron– para que, al verla, te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: "Dios les dio a comer pan del cielo."»
Jesús les contestó: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo. ¡Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo.»
Ellos le pidieron: «Señor, danos siempre ese pan.»
Y Jesús les dijo: «Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed.»
GUÍA:
Aquí estamos, Jesús. Te buscamos. ¿Qué buscamos? Dejemos que nuestro ser
vaya desgranando la respuesta de lo que buscamos. Jesús, llénanos de Ti. El pan
de vida eterna eres Tú. Aumenta nuestra fe. Fortalece nuestra esperanza. Aviva
nuestro amor. Que creamos más en Ti. Que te reconozcamos en la Palabra, en la
Eucaristía, en los hermanos. Silencio
meditativo y confiado.
HACEMOS
NUESTRAS PETICIONES
COMPARTIMOS
la oración
Nos unimos a todos los cristianos en el
rezo del PADRE NUESTRO
INVOCAMOS a nuestra madre, a
nuestro lado, en el camino de la vida.
”Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino,
Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”
Oración para la semana. La hacemos y compartimos. Extendemos la bendición de Dios para toda la tierra.
ResponderEliminarno viváis más como los paganos, que viven de acuerdo con sus vanos pensamientos.
ResponderEliminar"revestiros de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se manifiesta en una vida recta y pura, fundada en la verdad.". El Señor nos reviste de su imagen. Necesitamos estar preparados para recibirle.
ResponderEliminar¡Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo.! El Padre interesado en darnos el Pan del cielo. Jesús se manifiesta como verdadero pan del cielo. Acojamos este pan. Dispongamos nuestra vida para recibirle, él nos da la fortaleza que necesitamos en nuestro caminar.
ResponderEliminar"Lo que oímos y aprendimos,/ lo que nuestros padres nos contaron,/ lo contaremos a la futura generación:
ResponderEliminarlas alabanzas del Señor, su poder." Somos mensajeros de Dios. Sintamos su protección y su empuje. Dios nos ama.
¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?» Jesús les contestó: «La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado.» Seguro que también hoy hacemos esta pregunta. Y Jesús nos contesta lo mismo. Necesitamos hacer la obra de Dios, creyendo en Hijo de Dios. Pedimos la fe fiel al Padre.
ResponderEliminarNo trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Ésta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.» La comida que permanece, que da la vida eterna, es la que nos da el Hijo del Hombre. Recibamos esta comida y demos el fruto que dura hasta la vida eterna. Veamos los efectos de esa comida en nosotros. Gracias Padre.
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