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viernes, 2 de junio de 2017

ESPÍRITU DE DIOS






GUÍA DE ORACIÓN 04-06-17


GUÍA: Estamos aquí, Señor. Como los discípulos te esperamos. Envía tu Espíritu y transforma nuestras vidas, según tus sueños sobre nosotros. Conviértenos a ti. Padre, hazte presente en nosotros con tu Espíritu.  Esperamos tu manifestación, luz, fortaleza, confianza. ¡Espíritu Santo ven!. SILENCIO DE PETICIÓN, DE TOMA DE CONCIENCIA, DE ESPERANZA.

 Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:
«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».


GUÍA: El narrador cuenta el hecho. Muchos detalles y el resultado: Se llenaron todos del Espíritu Santo. Situaciones distintas, y hoy ¿Cómo viene el Espíritu? Estaban juntos. La unión es valorada, atrae a los habitantes de Jerusalén. El Espíritu hace que oigan las grandezas de Dios en su propia lengua. La unión hace que recibamos al Espíritu y nos haga comprender su manifestación en nuestro interior. SILENCIO DE PRESENCIA DE DIOS, DE UNIÓN, DE ACOGIDA

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

Hermanos: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.


GUÍA: Un mismo Dios que obra todo en todos. Unidos en el mismo Dios. Toda acción de Dios nos une en él. Y todo para el bien común. No sólo para el individuo, el bien común nos une. Agradecemos al Padre, al Hijo y al Espíritu toda su acción y su trabajo de unidad. Calculamos cuánto bien común recibimos y damos. SILENCIO DE RECIBIR Y DAR TODO EL BIEN DE DIOS Y SU UNIDAD PARA TODOS.
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Del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».


GUÍA: Paz, envío, recibir el Espíritu, perdonad los pecados. La presencia de Jesús les da la paz, se llenan de alegría. Recibimos esa paz y alegría, en nuestro interior, la transmitimos.  El Espíritu está en ellos, son enviados. Remueve toda la vida. ¿Cómo nos sentimos inundados de su presencia? Otra constatación: perdonan los pecados. Nos sentimos alcanzados por las palabras de Jesús, SILENCIO DE UNIÓN Y CAMBIO EN EL ESPÍRITU.

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN, para recordar.

ADORAMOS, DAMOS GRACIAS, OFRECEMOS, PEDIMOS

INVOCAMOS A MARÍA que rece con nosotros.

UNIÓN EN EL REZO DE LA SECUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO.


Secuencia

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,

cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequia,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.