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viernes, 24 de junio de 2016

ENCUENTRO CON DIOS







GUÍA: Nos disponemos a hacer nuestra oración, encuentro con Dios, amistad con el amigo. Aquí estamos, Señor. Te encontramos y reconocemos tu presencia en nuestro interior. Sabemos que nos acompañas paso a paso. Nos olvidamos a veces y volvemos a Ti. Nos conoces hasta el fondo de nuestro ser y nuestras sendas te son familiares, como dice el Salmo. Recibe nuestro espíritu humilde y abre nuestro corazón a tu Palabra. SILENCIO PREPARATORIO, CREYENTE Y CONFIADO

 Del primer libro de los Reyes (19,16b.19-21):

En aquellos días, el Señor dijo a Elías: «Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.»
Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto. 
Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: «Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»
Elías le dijo: «Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?»
Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.

GUÍA: Una llamada a ser profeta. Elías llama a Eliseo de parte del Señor. Eliseo no pone reparos y deja todo y se va con Elías. Dios actúa en él, no cabe duda.  La respuesta es de totalidad. Pidamos al Espíritu que ilumine nuestra mente para conocer lo que Dios quiere de nosotros y  dé fuerza a nuestra voluntad para llevarlo a cabo. ¿Nos imaginamos invitados por Elías, por Jesús…y cómo reaccionaríamos? Expresemos nuestro diálogo. SILENCIO DE ESCUCHA Y ADORACIÓN

De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (5,1.13-18):

Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud. Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la Ley se concentra en esta frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo.» Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente. Yo os lo digo: andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais. En cambio, si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la Ley.

GUÍA: Llamados a la libertad. Guiados por el Espíritu. Nos lo dice a cada uno de nosotros. Sentimos esa libertad. Fuera  del mal, del egoísmo, de la violencia, del orgullo. ¡Cuánta luz y belleza!  Guiados por el Espíritu en este mundo que nos rodea. Todo es posible para Dios. Si os dejáis guiar por el Espíritu. SILENCIO DE PRESENCIA Y COMPROMISO



Del santo evangelio según san Lucas (9,51-62):

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. 
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: «Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?»
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo: «Sígueme.»
Él respondió: «Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.»
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»


GUÍA: Distintas reacciones, la de Santiago y Juan que quieren hacer bajar fuego del cielo. La del que quiere seguirle pero todavía no. La de Jesús, que lo da todo. ¿A cuál nos parecemos? Jesús envía mensajeros por delante. En nuestra oración ¿nos sentimos sus mensajeros alguna vez? Sin duda que Jesús resucitado va con nosotros, si nos ponemos en camino. Él prepara lo necesario pero cuenta con nuestras manos y nuestro corazón. Veamos cómo lo hacemos, qué nos pide. SILENCIO REFLEXIVO, DE AMIGO, CREYENTE, COMPROMETIDO.

HACEMOS SÍNTESIS de la oración. ¿Qué nos queda de ella?

OFRECEMOS, AGRADECEMOS.

PEDIMOS

INVOCAMOS A MARÍA Le confiamos nuestra semana.

PADRE NUESTRO con todas las personas del mundo.

TU ME LLAMAS, SEÑOR, Y ME QUIERES



Tú me llamas, Señor, y me quieres mandar,
 a llevar tu palabra por tierra y por mar,
pero yo no podré anunciar tu verdad,
porque soy como un niño que no sabe hablar.

Ya, antes que hubieras nacido
por siempre pensaba yo en ti,
no habías nacido y ya eras profeta,
no habías nacido y te consagré.
No, no digas que eres un niño, 

un niño que no sabe hablar,
no sientas tristeza; no temas al mundo, 
pues siempre en la lucha contigo estaré.

Tú, serás mi antorcha radiante
que lleve a los hombres la luz.
Serás mi profeta que hable a las gentes
y que lleve en sus labios palabras de amor.

Yo te doy poder sobre el mundo,

 poder sobre toda nación. 
Extirpa y destruye, prepara la siembra 
y planta en los hombres semillas de amor.