GUÍA: Domingo 17 del Tiempo Ordinario C. Estamos ante Tí, Señor. Un nuevo día nos llama a tu presencia. Tú acompañas nuestras vidas y las sacias de tu misericordia. Acogemos tu presencia y tu palabra. Ven Espíritu de Dios, ilumina nuestra oración, Jesús, contigo invocamos al Padre y nos sentimos hijos. Hagamos nuestros estos sentimientos y nos preparamos para el encuentro con la Palabra. SILENCIO DE ACOGIDA, DE ENCUENTRO FILIAL, DE AMOR AGRADECIDO.
Abrahán se acercó y dijo a Dios: «¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás al lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti hacer tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia?»
El Señor contestó: «Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos.» Abrahán respondió: «Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza. Si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?»
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Abrahán continuó: «Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez?»
Contestó el Señor: «En atención a los diez, no la destruiré.»
GUÍA: Nos hablas de tu misericordia. En atención a los justos no destruirás la ciudad.Gracias, Señor, por tu amor. Tienes en cuenta a los justos aunque eres Tú quien regala la justicia, al ser humano. ¿Con quién nos identificamos? ¿Seremos como Abrahán que immplora perdón para los alejados,los culpables? A veces se habla de faros en la noche como imagen de los inocentes frente a los culpables. Nuestro mundo necesita esos faros que iluminan, que alejan las tinieblas y el mal, por medio de los cuales Dios cambia su ira y perdona.Imaginemos cantidad de faros luminosos que atraen la mirada misericordiosa de Dios y el perdón. Sintámonos perdonados y aportemos algo de luz, para que todos lleguen al conocimiento de la Verdad. SILENCIO AGRADECIDO, ABIERTO A LA LUZ, ILUMINADOR.
De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (2,12-14):
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados. Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz.
GUÍA: Con san Pablo reconocemos la acción de Dios en el creyente. Sepultados con Cristo, somos resucitados con él por la fe en su resurrección, por la fe en la fuerza de Dios. Perdona nuestros pecados y nos llama a la vida del resucitado. Hacemos eco de estos pasos en nuestro interior. EN SILENCIO reconocemos la acción de Dios, dador de plenitud. Adoramos y agradecemos.
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo: «Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."»
Y les dijo: «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: "Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle." Y, desde dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos." Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»
GUÍA: En la oración de Jesús encontramos el amor al Padre, darle gloria, buscar su reino. Se fija en las necesidades de cada día. Nos enseña a reconocer nuestros pecados, pedir perdón y perdonar. Pide que nos libre del mal. Detengámonos en cada una de las partes y sintiéndonos hijos de Dios, hermanos entre nosotros, abramos el corazón a la esperanza. El Padre está dispuesto a dar su Espíritu al que se lo pida. Pidamos ese don tan preciado. SILENCIO CONFIADO, AMOROSO, FIEL.
AGRADECEMOS AL ESPÍRITU
PEDIMOS
PADRE NUESTRO con Jesús y toda la humanidad.
CANTAMOS
Padre nuestro tu que estás
en los que aman la verdad,
has que el reino que por Ti se dio
llegue pronto a nuestro corazón,
que el amor, que tu hijo,
nos dejó, ese amor...
habite en nosotros.
(Se reza la oración tradicional del Padre Nuestro)
Y en el pan de la unidad,
Cristo danos Tu la paz
y olvidate de nuestro mal,
si olvidamos el de los demás,
no permitas, que caigamos
en tentación...
oh señor...
y ten piedad...
del mundo.
Faros que señalan, iluminan y abren camino. ¿Nos comprometemos a ser faros?
ResponderEliminar"Estabais muertos por vuestros pecados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados." En Jesús muerto y resucitado se nos ha dado nueva vida. Aprovechemos el tiempo que tenemos para sembrar alegría y paz en nuestros ambientes. Que Dios nos dé este don.
ResponderEliminar«Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza." Pero Dios se deja convencer, va cediendo en su justicia y vence la misericordia. ¿Qué diálogo tenemos nosotros invocando misericordia para las personas que habitan la tierra hoy? hagámoslo.
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