DOMINGO 18 TIEMPO ORDINARIO, Ciclo C
GUÍA: Estamos ante Ti,
Señor. Sabemos que nos buscas y quieres la paz para todos. Guárdanos en tu paz.
Nuestro corazón está inquieto hasta encontrarte. Confiamos en tu presencia. La
paz es tu don. Todo se mueve decían los antiguos. Nosotros somos un continuo
cambio y necesitamos de ti. Hacemos SILENCIO SERENO, CONFIADO.
Del libro del Eclesiastés
(1,2;2,21-23):
¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave desgracia. Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.
¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave desgracia. Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.
GUÍA: La lectura nos repite varias veces todo es vanidad. El paso del tiempo y de la vida nos enseña a reconocernos como
cambiantes. Aprovechar el tiempo es importante pero dándole el sentido de Dios.
Ocio o trabajo pueden hacer presente al
Padre creador, a su Hijo y al Espíritu
de amor. Dejemos que ellos actúen en nuestro ir y venir. En SILENCIO ACOJAMOS SU PRESENCIA. Y ACCIÓN EN
LA VIDA
De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-5.9-11):
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.
GUÍA: ¿Qué nos dice
la lectura de la Palabra de Dios? Habéis resucitado con Cristo. Lo decimos y
oímos muchas veces. Confiemos que se vaya realizando en cada uno de nosotros.
Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Sintamos esta vida de Dios en
nosotros y vayamos reconociéndole.
Cristo está en todos, es la síntesis de todo. Nuevo ejercicio de acogida
y encuentro con el Señor que se nos manifiesta. SILENCIO DE COGIDA, DE RECONOCIMIENTO, DE ACEPTACIÓN.
Del santo evangelio según
san Lucas (12,13-21):
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»
GUÍA: También el evangelio nos habla del paso del tiempo, de la
condición humana que ha de presentarse ante el Señor de la vida. Ser rico ante
Dios, en los dones de Dios. No basta agitarse, si no están presentes los dones
de Dios y sabemos aprovecharlos, hacerlos fecundos y productores de nueva vida,
de acuerdo con los planes de Dios. Apliquemos las recomendaciones a nuestro
vivir y tratemos de ver qué es lo que nos hace ricos ante Dios. SILENCIO REFLEXIVO, CREYENTE, CONFIADO.
NUESTRA SÍNTESIS ES…
AGRADECEMOS AL ESPÍRITU
INVOCAMOS a María.
María yo te saludo con gran amor.
Tú eres luz en la noche, faro en el mar. Tú eres puerta del cielo, Madre de
Dios. De ti nació para el mundo la libertad.
Eres estrella, te saludamos, eres
la Madre del mismo Dios. Eres estrella, te saludamos, madre del pueblo que
busca a Dios.
Los hombres andamos ciegos, danos
la luz; el mundo anda entre guerras, danos la paz; los hombres somos esclavos
sin libertad: líbranos de la muerte y de la maldad.
Esta semana nos acogemos a Tí, María, para que nos enseñes a caminar y dar fruto verdadero en nuestra vida. Acógenos bajo tu protección, Santa Madre de Dios.
ResponderEliminar"guardaos de toda clase de codicia." Sed libres para acompañar al que tiene necesidad de vosotros. Vuestra alegría sea notoria ante los que os contemplan. Una alegría que nace de la buena conciencia y de la paz del corazón.
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