ORACIÓN EN EL TABOR
GUÍA DE ORACIÓN 06-08-17
GUÍA: Vamos a acompañar a Jesús como Juan, Pedro y Santiago. Es una escuela de oración lo que se va a celebrar. Estamos pendientes de lo que dice y hace. Vamos centrándonos en lo que él nos dirá. Es un camino de palabras y silencios. En nuestro interior se abre camino a la esperanza. Él nos mira a cada uno y explaya su corazón en el nuestro. Todo es esperanza y amistad. En este ambiente, dejamos las preocupaciones exteriores y distintas. El camino de subida al Tabor tiene su dificultad pero el amor supera todo. Jesús, acompaña nuestra oración y enséñanos a orar. SILENCIO DE CONCENTRACIÓN Y AMISTAD.
De la profecía de Daniel (7,9-10.13-14):
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
GUÍA: Daniel contempla el trono de Dios. Contempla al Hijo de hombre ante el trono del Señor. Se le concede poder real, dominio. Las naciones de la tierra lo respetarán. Su reino notendrá fin. El hombre se somete a su poder. Da gloria a su nombre y autoridad. La oración nos hace presentes ante esta trono de Dios. Da firmeza a su actualización y extiende su presencia a todo el universo. Adoramos con el Hijo de hombre y participamos de la acción de Dios a través de los siglos y de los lugares. SILENCIO DE ADORACIÓN, Y ACCIÓNDE GRACIAS.
De la segunda carta de Pedro (1,16-19):
Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: «Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.» Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.
GUÍA: Estamos en oración. Nos encontramos con Jesús reconocido por el Padre: Este es mi Hijo muy amado, escuchadle. En la montaña, escuchamos esta voz. Él brilla como lámpara en lugar oscuro. Lucero que nace en nuestros corazones. Dejemos a nuestro corazón saborear el encuentro y recibir su gracia.SILENCIO DE ADMIRACIÓN, Y ADORACIÓN
Del santo evangelio según san Mateo (17,1-9):
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.»
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis.»
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
GUÍA: El evangelio de San Mateo nos conduce al encuentro con Jesús en este camino hacia el Tabor, en el conocimiento del Padre, el reconocimiento de Jesús y la presencia de la ley y la profecía en la vida del hombre. Vemos a Jesús que ora, que se transforma por la presencia del Padre. Queremos participar como los apóstoles de tan gran encuentro.Acojamos al Padre, al Hijo y al Espíritu. SILENCIO DE ADORACIÓN, Y VUELTA A LA VIDA DE LOS HOMBRES.
RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN
ADORAMOS, AGRADECEMOS, OFRECEMOS.
CON MARÍA HACEMOS LA ORACIÓN
INVOCAMOS AL PADRE CON JESÚS EN EL PADRE NUESTRO
ESTRIBILLO:
Jesús está entre nosotros.
Él vive hoy y su
Espíritu a todos da.
Jesús, razón de
nuestras vidas.
Es el Señor,
nos reúne en pueblos
de amor.
Cambia nuestras vidas
con Tu fuerza.
Guárdanos por siempre
en Tu presencia.
Tú eres verdad,
Tú eres la paz.
ESTRIBILLO.
Rompe las cadenas
que nos atan.
LLénanos de gracia
en Tu palabra.
Gracias Señor,
gracias Salvador.
ESTRIBILLO.
Nuestras existencias
hoy te alaban.
Nuestros corazones
te dan gracias.
Tú eres amor,
eres canción.
Oración en el Tabor nos lleva al encuentro con Jesús y al conocimiento de su intimidad con el Padre Dios. En el monte le vemos a Él y a todas las personas que están con él en su escuela de oración, de ley y profecía, de Moisés y de Elías. Buena semana.
ResponderEliminar"Estamos en oración. Nos encontramos con Jesús reconocido por el Padre: Este es mi Hijo muy amado, escuchadle". El silencio en el Tabor, nos hace escuchar la voz del Padre. Es silencio lleno de amor, de entrega y profecía. El campo de la vida nos espera. Jesús baja con nosotros.
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