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viernes, 31 de agosto de 2018

ESCUCHA LOS MANDATOS

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 ESCUCHA LOS MANDATOS

GUÍA DE ORACIÓN 02-09-18

GUÍA: Ven Espíritu de Dios. Ilumina nuestra mente y corazón. Estamos ante ti y queremos reconocerte en nuestra vida. Tu Palabra nos conduce. Con el pueblo  oímos lo que quieres de nosotros. Fortalece nuestra voluntad para seguir el bien y ponerlo en práctica. SILENCIO DE CONSCIENCIA, PETICIÓN, ENCUENTRO 

Del libro del Deuteronomio (4,1-2.6-8):

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?»

GUÍA: Moisés habla al pueblo. Les da los mandatos del Señor para entrar en la tierra hacia la que caminan. Guardadlos y cumplidlos. Ellos son vuestra sabiduría, entre todos los pueblos. Tu ley es nuestra sabiduría. Queremos cumplir tus  mandatos y queremos que tu sabiduría modele nuestras acciones. Confiamos en ti. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, ACEPTACIÓN, DISPONIBILIDAD.


De la carta del apóstol Santiago (1,17-18.21b-22.27):

Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

GUÍA: Todo don viene de Dios. Nos sentimos favorecidos por el Padre. Aceptamos su Palabra, capaz de salvarnos. Agradecemos su don y le pedimos llevarlo a la práctica. Jesús, tú que acogiste el Padre y llevaste a la vida su palabra, transforma nuestro pensar y nuestro hacer, par que seamos dignos de tal Padre. SILENCIO DE PRESENCIA, DE PETICIÓN, DE DONACIÓN

Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,1-8.14-15.21-23):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»
Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.»
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»


GUÍA: Estamos contigo, Padre. Queremos estar no sólo con palabras sino con corazón puro. Danos fuerza para ser esa persona nueva que te reconoce como Dios y Señor. Que seamos capaces de estar con el hermano, en verdad, justicia y amor. SILENCIO DE PETICIÓN, DE IDENTIFICACIÓN CON LA PALABRA.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN EN UNA FRASE.

AGRADECEMOS, PEDIMOS, NOS HACEMOS DISPONIBLES

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE

CLAMAMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS

CÓMO LE CANTARÉ AL SEÑOR, CÓMO LE CANTARÉ, CÓMO LE CANTARÉ AL SEÑOR, HOMBRE DE BARRO SOY.
Él está en los montes y en el mar, Él llena el silencio de la noche en calma, y camina en la ciudad.
No mira en el hombre su color, ni mira el dinero, es Padre de todos y a todos quiere el Señor.
Un mandato nuevo nos da Dios: que todos amemos a nuestros hermanos, como nos ama el Señor. Vamos a su mesa de bondad: Él nos alimenta con su propio cuerpo, que es el pan de la unidad.