Mostrando entradas con la etiqueta #Había visto al Señor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #Había visto al Señor. Mostrar todas las entradas

viernes, 30 de abril de 2021

HABÍA VISTO AL SEÑOR






REZA Y COMPARTE

HABÍA VISTO AL SEÑOR

GUÍA DE ORACIÓN  02-05-21 Domingo 5º de Pascua - Ciclo B

GUÍA: Estamos aquí para la oración. El Padre nos convoca, el Espíritu nos impulsa, Jesús está en medio de nosotros. ¿Qué podemos decir en este momento? Los problemas nos agitan, la pandemia nos ataca, la oscuridad se hace densa a veces.  Solos no podemos avanzar. Necesitamos de tu luz, Padre.  Vuelve a nosotros tu mirada y haz que te veamos en el camino. SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE PERDÓN, DE DESCUBRIMIENTO.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (9,26-31):

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.

R/. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea

GUÍA: Pablo te vio en el camino. Le sorprendiste con tu voz, tu persuasión y tu misericordia. Hoy te queremos descubrir en nuestro camino. Conocerte, en la Escritura, en el partir el pan. Que podamos decir como Pablo le he visto en mi camino. Él cambió de rumbo y se une a los que antes perseguía. La Iglesia se iba construyendo, crecía en fidelidad al Señor. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE TRANSFORMACIÓN, DE CONVERSIÓN.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,18-24):


Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

GUÍA: Hemos visto al Señor en el camino. Amemos de verdad y con obras. La conversión ha de ser en verdad. El cambio es la novedad de Jesús, que hace nuevas todas las cosas. Visualizamos nuestro camino, el encuentro con al Señor, nuestra respuesta. Creer en el nombre de su Hijo y amarnos los unos a los otros. Confiamos en ti, Señor. SILENCIO DE VISIÓN, DE CAMBIO, DE OBEDIENCIA.

Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

GUÍA: Yo soy la vid verdadera, mi Padre es el viñador. Te reconocemos, Señor, como vid y savia de nuestra vida. Tú que recorres la vid, que la das vida riega también nuestra vida. Permanecer en ti y tú en nosotros es lo que nos hace dar fruto abundante.  Glorifica a tu Padre  en esos frutos y en esa vida de discípulos que nos das. SILENCIO DE ESCUCHA, DE UNIÓN, DE FRUTO GENEROSO.

RECOGEMOS LA ORACIÓN CON UNA FRASE PARA RECORDAR.

PRESENCIA, PETICIÓN, CONFIANZA, ESCUCHA.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE, QUE NOS ENSEÑE SU HUMILDE SABIDURÍA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE, DICIENDO CON JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS    El viñador  Emilio Vicente Mateu
Por los caminos sedientos de luz/Levantándose antes que el sol
Hacía los campos que lejos están/Muy temprano se va el viñador

No se detiene en su caminar/No le asusta la sed ni el calor
Hay una viña que quiere cuidar/Una viña que es todo su amor

Dios es tu amigo el viñador/ El que te cuida de sol a sol
Dios es tu amigo el viñador/El que te pide frutos de amor

El te protege con un valladar/Levantado en tu derredor
Quita del alma las piedras del mal/Y ha elegido la cepa mejor

Limpia los surcos con todo su afán/Y los riega con sangre y sudor
Dime si puede hacer algo más/Por su viña el viñador

Dios es tu amigo el viñador

Por los caminos sedientos de luz/Levantándose antes que el sol
Hacía los campos que lejos están/Muy temprano se va el viñador

Solo racimos de amargo sabor/Ha encontrado en tu corazón
Dime si puede esperar algo más/De su viña, el viñador

Dios es tu amigo el viñador

https://www.youtube.com/watch?v=DAcIxnDMyzM