lunes, 8 de mayo de 2017

MES DE MARÍA 2 semana







MES DE MAYO- MES DE MARÍA 2ª semana

GUÍA: Hemos recorrido la primera semana de este mes dedicado a María. Ha habido una buena acogida a la iniciativa. El post primero ha sido visitado bastante y esperamos que éste siga acompañando vuestro saludo y oración a nuestra Madre del cielo. Como el día 13 de mayo es el centenario de las apariciones de María a los Pastorcitos de Fátima, vamos a unirnos a la canción Ave María de Fátima.

Ave de Fátima
Ave, Ave, Ave María (bis)
-El trece de mayo, la Virgen María, bajó de los cielos, a Cova de Iría.
-A tres pastorcitos, la Madre de Dios, descubre el misterio, de su Corazón.
-Vestida de blanco, más bella que el sol, la Reina del cielo, así apareció
-Del cielo ha bajado, la Madre de Dios, El Santo Rosario, rezar nos mandó.
-El Santo Rosario, constantes rezad, y la paz al mundo, el Señor dará.
-Haced penitencia, haced oración, por los pecadores, que imploran perdón.

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45
(39) En aquellos días se puso María en camino y con presteza fue a la montaña, a una ciudad de Judá, (40) y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. (41) Así que Isabel oyó el saludo de María, exultó el niño en su seno, e Isabel se llenó del Espíritu Santo, (42) y clamó con fuerte voz: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! (43) ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? (44) Porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, exultó de gozo el niño en mi seno. (45) Dichosa la que ha creído que se cumplirá lo que se le dijo de parte del Señor: (46) Dijo María: Mi alma magnifica al Señor (47) y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador,(48) porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada, (49) porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo. (50) Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen. (51) Desplegó el poder de su brazo, y dispersó a los que se engríen con los pensamientos de su corazón. (52) Derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes. (53) A los hambrientos los llenó de bienes, y a los ricos los despidió vacíos. (54) Acogió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia. (55) Según lo que había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre. (56) María permaneció con ella como unos tres meses, y se volvió a su casa.


GUÍA: Un gran momento: el encuentro de María e Isabel. Se comunican su alegría. Isabel al ver a María se alegra con ella porque ha venido a su casa, porque ha creído, porque el Espíritu la llena de su gracia.

María se alegra con Isabel y se alegra en Dios Salvador.  Se alegra porque ha mirado la humildad de su sierva, Porque ha hecho en ella maravillas el Todopoderoso.
Porque ha desplegado su brazo a favor del pueblo, acordándose de su misericordia y su promesa.

·         Lee despacio desde el principio de este post. Irás calentando el corazón en el amor a María como lo hicieron los pastorcitos de Fátima.

·         La lectura del Evangelio te ayudará a conocer los sentimientos de María e Isabel. Repásalos y hazlos tuyos. María te visita. ¿Cómo reaccionas tú?

·         El canto del Magníficat, respuesta de María al saludo de Isabel, es bellísimo. Entresaca en cada párrafo las acciones de Dios a favor de su pueblo y a favor de María.

·         Vete reflexionándolo y rezándolo, distribuido a lo largo de la semana. Te envolverán los mismos sentimientos que a María, ofréceselos al Padre Dios, Agradece, únete a María en su canto y oración.






viernes, 5 de mayo de 2017

BUEN PASTOR








GUÍA DE ORACIÓN 07-05-2017

GUÍA: Es el domingo del Buen Pastor. Pedro y los apóstoles iban creciendo en la fe y en la entrega al Resucitado. Hoy en nuestro interior encontramos a Jesús que se nos presenta y conmueve con su mirada y sus palabras. Está para nosotros, para ti y para mí. Dejamos que su figura, nos estimule, que su resurrección cale nuestra existencia y cambie todo lo que nos aleja de él. Su luz nos ilumina, amplía la mirada a nuestro mundo necesitado de paz, de luz y de amor. SILENCIO ILUMINADO, AGRADECIDO, EXPANSIVO.


Del libro de los Hechos de los apóstoles (2,14a.36-41):

EL día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y declaró: «Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó:
«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Salvaos de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas.

GUÍA: La multitud escucha a Pedro, siente el dolor de haber condenado a Jesús, siente la promesa del Espíritu Santo y desea convertirse, bautizarse. Estos pasos se dan también hoy en los cristianos y en los tocados por el Espíritu. Veamos cómo se dan en cada uno de nosotros. En silencio descubrimos el poder de Dios en los cambios y conversión  de nuestro ser a vivir conforme Jesús indica. SILENCIO REFLEXIVO, ADMIRATIVO Y DE ADHESIÓN. 

De la primera carta del apóstol san Pedro (2,20-25):


Queridos hermanos: Que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien, eso es una gracia de parte de Dios. Pues para esto habéis sido llamados, porque también Cristo padeció por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca. Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban;
sufriendo no profería amenazas; sino que se entregaba al que juzga rectamente.
Él llevó nuestros pecados en su cuerpo hasta el leño, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia.
Con sus heridas fuisteis curados. Pues andabais errantes como ovejas, pero ahora os habéis convertido al pastor y guardián de vuestras almas.
GUÍA: Pedro da consejos a los creyentes. Imitar a Jesús es el camino. Sus heridas nos han curado. El programa de seguir a Jesús necesita constancia, entrega. Andabais como ovejas sin pastor. Ahora Jesús es el pastor y guardián de vuestras almas. Ahí en el interior recibimos al Espíritu que nos hace conocer más al pastor y seguir sus huellas. SILENCIO ACOGEDOR, CONTEMPLATIVO, ENTREGADO.

Del santo evangelio según san Juan (10,1-10):

En aquel tiempo, dijo Jesús: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».
GUÍA: La palabra pastor ha salido en las tres lecturas. Nuestro corazón se halla envuelto en el ambiente que Jesús, buen Pastor, que prepara a sus ovejas. Jesús se compara con el pastor que se preocupa y cuida a las ovejas. Él es la puerta por donde han de entrar. Nos introducimos  en los elementos de la comparación y observamos nuestro lugar, nuestra situación, el seguimiento que hacemos. Padre enséñanos a ser tus ovejas y que sigamos los silbos del Pastor. SILENCIO DE ENCUENTRO, Y DEDICACIÓN.

RECOGEMOS LAS FRASES MÁS IMPORTANTES.

OFRECEMOS, PEDIMOS, DAMOS GRACIAS,

INVOCAMOS A MARÍA especialmente por este mes de Mayo.

PADRE NUESTRO con Jesús y toda la humanidad.

CANTAMOS:

EL SEÑOR ES MI PASTOR NADA ME FALTA
EL SEÑOR ES MI PASTOR. 
1. En praderas reposa mi alma,
en su agua descansa mi sed.
El me guía por senderos justos
por amor, por amor de su nombre.
2. Aunque pase por valles oscuros
ningún mal, ningún mal temeré
porque sé que el Señor va conmigo
su cayado sostiene mi fe.
3. Tú preparas por mi una mesa
frente a aquellos que buscan mi mal
Con aceite me ungiste, Señor
y mi copa rebosa de ti.
4. Gloria a Dios, Padre omnipotente
y a su hijo Jesús, el Señor
y al Espíritu que habita en el mundo
por los siglos eternos. Amén.
Nico Montero



domingo, 30 de abril de 2017

MES DE MARÍA 1 semana






MES DE MAYO- MES DE MARÍA
 


                               


Comenzamos el Mes de Mayo, dedicado a María.
Cada semana tendremos una cita para reflexionar y orar con un fragmento del Evangelio.

Os convocamos a recoger una 
frase y comentarla  en la sección de Comentarios.
 O podéis introducir una oración a María.




CANTAMOS

Tomad, Virgen pura nuestros corazones,
no nos abandones jamás, jamás,
no nos abandones jamás, jamás.
 

1. Mil querubes bellos ornan tu dosel,
quiero estar con ellos, Virgen, llévame
contigo en el Cielo, colmada de anhelo,
qué feliz seré.

Tomad, Virgen pura nuestros corazones,
no nos abandones jamás, jamás,
no nos abandones jamás, jamás.
 



                   
Lucas 1:26-38Nueva Versión Internacional (NVI)
Anuncio del nacimiento de Jesús
26 A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, 27 a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María. 28 El ángel se acercó a ella y le dijo:
―¡Te saludo,[a] tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo.[b]
29 Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo.
30 ―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. 31 Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, 33 y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin.
34 ―¿Cómo podrá suceder esto —le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen?[c]
35 ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. 36 También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. 37 Porque para Dios no hay nada imposible.
38 ―Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho.
Con esto, el ángel la dejó.
―¡Te saludo,[a] tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo.[b]
29 Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo.
30 ―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. 31 Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David, 33 y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin.
34 ―¿Cómo podrá suceder esto —le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen?[c]
35 ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. 36 También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. 37 Porque para Dios no hay nada imposible.
38 ―Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho.
Con esto, el ángel la dejó.

·         Lee despacio y escucha lo que el Espíritu dice en tu corazón. 

¿    Qué lección te da María para tu vida?

·         ¿Cómo contestas tú a las situaciones que se te presentan como mensaje de Dios?

·         Ofrece y presenta a Dios tu oración. 

       Habla con él en la intimidad.





viernes, 28 de abril de 2017

RESUCITA PARA TI




GUÍA DE ORACIÓN 30-04-17       
                                                    
GUÍA: Vamos recorriendo las apariciones estos días. Jesús, hoy te haces presente resucitado a cada uno de nosotros. ¿Qué nos dices? ¿Cómo lo haces? Centremos nuestra mente y corazón en Jesús que nos pregunta a dónde vamos y de qué hablamos. En el interior demos la respuesta: a dónde nos dirigimos y cuáles son nuestras preocupaciones más profundas. SILENCIO DE ENCUENTRO CON JESÚS Y DE RESPUESTA A SUS INTERROGANTES.


Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,14.22-33):

EL día de Pentecostés Pedro, poniéndose en pie junto a los Once, levantó su voz y con toda solemnidad declaró: «Judíos y vecinos todos de Jerusalén, enteraos bien y escuchad atentamente mis palabras.
A Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que esta lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
“Veía siempre al Señor delante de mí, pues está a mi derecha para que no vacile.
Por eso se me alegró el corazón, exultó mi lengua, y hasta mi carne descansará esperanzada.
Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos, ni dejarás que tu Santo experimente corrupción.
Me has enseñado senderos de vida, me saciarás de gozo con tu rostro”.
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: el patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios “le había jurado con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo”, previéndolo, habló de la resurrección del Mesías cuando dijo que “no lo abandonará en el lugar de los muertos” y que “su carne no experimentará corrupción”. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo».


GUÍA: Escuchamos a San Pedro que explica la victoria de Jesús sobre la muerte y cómo ha sido resucitado por el Padre. Jesús ha recibido el Espíritu Santo y lo ha derramado sobre los discípulos. Esto es lo que estáis viendo: su acción en el grupo de la primitiva iglesia. ¿Podemos decir también nosotros lo mismo: Mirad lo que estáis viendo, su acción entre nosotros? SILENCIO DE CONSTATACIÓN Y AGRADECIMIENTO.

De la primera carta del apóstol san Pedro (1,17-21):

Queridos hermanos: Puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios.


GUÍA: San Pedro habla a los presentes de la imparcialidad del Padre frente al proceder de cada persona. Habéis sido redimidos con la sangre de  Cristo. Por Cristo, creéis en Dios. Habéis puesto vuestra fe y esperanza en Él. Nos lo dice también a nosotros.   Asumamos este mensaje, hagámoslo nuestro. SILENCIO DE ATENCIÓN AL MENSAJE, DE RESPUESTA EN LA FE.

Del santo evangelio según san Lucas (24,13-35):

Aquel  mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios;
iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido, Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: «Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les dijo: «¿Qué?».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea a donde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.


GUÍA: Vamos de camino, como los discípulos de Emaús. ¿Discutimos y no reconocemos al que nos acompaña? Descubrimos en las Escrituras la llamada a fe. ¿Somos capaces de constatar, como aquellos discípulos: Es verdad, el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Pedro? SILENCIO DE  ACLARACIÓN  Y CONFIRMACIÓN EN LA FE. DE DESCUBRIMIENTO DEL JESÚS RESUCITADO EN LA FRACCIÓN DEL PAN, EN LA COMUNIÓN
   
SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN. Una frase para recordar.

PEDIMOS, OFRECEMOS,  AGRADECEMOS, ADORAMOS.

PADRE NUESTRO  con Jesús.

INVOCAMOS A MARÍA, nuestra madre.    

CANTAMOS
Letra de Resucitó, de Kiko Arguello
Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
Aleluya, aleluya, aleluya, ¡Resucitó!
La muerte, dónde está la muerte,
 dónde está mi muerte, dónde su victoria.
Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
Gracias, sean dadas al Padre, que nos pasó a Su Reino,
 donde se vive de Amor.
 Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
 Alegría, alegría, hermanos,
que si hoy nos queremos, es que Resucitó.
 Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
Si con Él morimos, con Él vivimos,
 con Él cantamos: ¡Aleluya! Aleluya, aleluya, aleluya,
 ¡Resucitó! Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!





miércoles, 26 de abril de 2017

APARICIONES DEL RESUCITADO




El  catecismo nos presenta las apariciones de Jesús Resucitado. Las citas se pueden confrontar y leer sobre los textos. 

Al repasar estos puntos afianzas tu fe en la resurrección.


Las apariciones del Resucitado

641 María Magdalena y las santas mujeres, que venían de embalsamar el cuerpo de Jesús
(Cf. Mc 16,1; Lc 24, 1) enterrado aprisa en la tarde del Viernes Santo por la llegada del
Sábado (Cf. Jn 19, 31. 42) fueron las primeras en encontrar al Resucitado (Cf. Mt 28, 9-
10;Jn 20, 11-18). Así las mujeres fueron las primeras mensajeras de la Resurrección de
Cristo para los propios Apóstoles (Cf. Lc 24, 9-10). Jesús se apareció enseguida a ellos,
primero a Pedro, después a los Doce (Cf. 1 Co 15, 5). Pedro, llamado a confirmar en la fe a
sus hermanos (Cf. Lc 22, 31-32), ve por tanto al Resucitado antes que los demás y sobre su
testimonio es sobre el que la comunidad exclama: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se
ha aparecido a Simón!" (Lc 24, 34).

642 Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los
Apóstoles - y a Pedro en particular - en la construcción de la era nueva que comenzó en la
mañana de Pascua. Como testigos del Resucitado, los apóstoles son las piedras de
fundación de su Iglesia. La fe de la primera comunidad de creyentes se funda en el
testimonio de hombres concretos, conocidos de los cristianos y, para la mayoría, viviendo
entre ellos todavía. Estos "testigos de la Resurrección de Cristo" (Cf. Hch 1, 22) son ante
todo Pedro y los Doce, pero no solamente ellos: Pablo habla claramente de más de
quinientas personas a las que se apareció Jesús en una sola vez, además de Santiago y de
todos los apóstoles (Cf. 1 Co 15, 4-8).

643 Ante estos testimonios es imposible interpretar la Resurrección de Cristo fuera del
orden físico, y no reconocerlo como un hecho histórico. Sabemos por los hechos que la fe
de los discípulos fue sometida a la prueba radical de la pasión y de la muerte en cruz de su
Maestro, anunciada por él de antemano(Cf. Lc 22, 31-32). La sacudida provocada por la
pasión fue tan grande que los discípulos (por lo menos, algunos de ellos) no creyeron tan
pronto en la noticia de la resurrección. Los evangelios, lejos de mostrarnos una comunidad
arrobada por una exaltación mística, los evangelios nos presentan a los discípulos abatidos
("la cara sombría": Lc 24, 17) y asustados (Cf. Jn 20, 19). Por eso no creyeron a las santas
mujeres que regresaban del sepulcro y "sus palabras les parecían como desatinos" (Lc 24,
11; Cf. Mc 16, 11. 13). Cuando Jesús se manifiesta a los once en la tarde de Pascua "les
echó en cara su incredulidad y su dureza de cabeza por no haber creído a quienes le
habían visto resucitado" (Mc 16, 14).



644 Tan imposible les parece la cosa que, incluso puestos ante la realidad de Jesús
resucitado, los discípulos dudan todavía (Cf. Lc 24, 38): creen ver un espíritu (Cf. Lc 24,
39). "No acaban de creerlo a causa de la alegría y estaban asombrados" (Lc 24, 41). Tomás
conocerá la misma prueba de la duda (Cf. Jn 20, 24-27) y, en su última aparición en Galilea
referida por Mateo, "algunos sin embargo dudaron" (Mt 28, 17). Por esto la hipótesis según
la cual la resurrección habría sido un "producto" de la fe (o de la credulidad) de los
apóstoles no tiene consistencia. Muy al contrario, su fe en la Resurrección nació - bajo la
acción de la gracia divina - de la experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado.

Reflexionamos y nos ponemos ante Jesús resucitado para visualizarle, dejarnos mirar por él y escuchar su palabra que como a los discípulos, nos dice: ¡Paz a vosotros!. 

Su paz se derrama en cada uno de los creyentes y recrea su interior.