GUÍA: Es Jueves Santo. Primer día del Triduo Pascual. Vamos a hacer
nuestra oración con las lecturas de este día. Nos ponemos ante el Señor
haciendo silencio y ambientando nuestro corazón ante la celebración del día de
hoy.
Jesús con los discípulos se
preparan para la Pascua. Jesús ve que se acerca su hora. Nos metemos en el
grupo para vivir más cerca este acontecimiento. Dejamos un espacio de silencio
interior y exterior para sensibilizarnos ante la situación.
·
Del
Libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14.
En aquellos días, dijo el
Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
—Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el
primer mes del año. Di a toda la asamblea de Israel: el diez de este mes cada uno
procurará un animal para su familia, uno por casa…Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor…Este será un día memorable para vosotros y lo celebraréis como fiesta en honor del Señor, de generación en generación. Decretaréis que sea fiesta para siempre.
—Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el
primer mes del año. Di a toda la asamblea de Israel: el diez de este mes cada uno
procurará un animal para su familia, uno por casa…Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor…Este será un día memorable para vosotros y lo celebraréis como fiesta en honor del Señor, de generación en generación. Decretaréis que sea fiesta para siempre.
GUÍA:
La lectura nos pone en situación. Los judíos están celebrado su Pascua.
Conmemoran el paso del Señor por Egipto
y la liberación de los israelitas de la esclavitud de Egipto. Estos
sentimientos estaban presentes en el grupo de Jesús. En nuestro silencio
interiorizamos el paso de Dios, su acción
en esa liberación. Podemos rememorar esa salvación y liberación de
nuestras opresiones y esclavitudes.
·
De la primera carta del Apóstol San Pablo a
los Corintios 11, 23-26.
Hermanos, Yo he recibido una tradición, que
procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.»
Lo mismo hizo con la copa, después de cenar, diciendo:
«Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa, proclamáis la
muerte del Señor, hasta que vuelva.
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.»
Lo mismo hizo con la copa, después de cenar, diciendo:
«Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis de la copa, proclamáis la
muerte del Señor, hasta que vuelva.
GUÍA: Pablo anuncia a los Corintios algo que ha
recibido y que transmite. Ya en la noche que iban a entregarlo, Jesús toma el
pan y pronunciando la Acción de Gracias de la liturgia de la cena, dijo: Esto
es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.
Observamos, admiramos, queremos comprender lo que Jesús está haciendo. Ahí en
silencio damos gracias por esas palabras y lo que significan. Queremos captar
el momento de la entrega. Recogemos el Haced esto en memoria mía.
Los primeros cristianos lo repitieron, lo
transmitieron, lo vivieron como presencia de Jesús. La Iglesia a través del
tiempo ha hecho esto en su memoria. Nosotros
lo seguimos haciendo. ¿Nos dice algo el gesto de Jesús? ¿Qué significa
para nosotros? En silencio, nos unimos a aquellos momentos y a los que a través del tiempo han repetido todos los cristianos.
·
Del santo Evangelio según San Juan 13, 1-15.
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de
pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el
mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando (ya el diablo le había metido
en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara) y Jesús,
sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a
Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se
la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los
discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro y éste le dijo:
—Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?
Jesús le replicó:
—Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.
Pedro le dijo:
—No me lavarás los pies jamás.
Jesús le contestó:
—Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.
Simón Pedro le dijo:
—Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo:
—Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos. (Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.»)
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
—¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis «El Maestro» y «El Señor», y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.
GUÍA: El fragmento del Evangelio de Juan nos cuenta el Lavatorio de los pies. Podemos tomar posiciones. ¿Dónde nos colocamos? Estamos en la sala y vemos la escena. Jesús quitándose el manto, se dispone a lavarles los pies. Deja todo rasgo de autoridad y se pone a sus pies, para hacer una labor de los siervos. Escuchamos el diálogo con Pedro y sus palabras. Os he dado ejemplo para que vosotros también lo hagáis. ¿Qué gestos hacemos para acercarnos a los que viven cerca? ¿Cuáles nos quedan por hacer?
¿Qué aprendemos de esta escena? Pidámosle a Jesús que nos acompañe en el día a día y siembre en nuestro camino los gestos de amor que él sabe dar. Agradezcamos su entrega, su amor incondicional.
CANTAMOS:
El pan que
compartimos al comer,
el vino que compartimos al beber.
Son símbolos de unión,
son símbolos de amor,
son símbolos, de lo que tú,
nos enseñaste a ser.
el vino que compartimos al beber.
Son símbolos de unión,
son símbolos de amor,
son símbolos, de lo que tú,
nos enseñaste a ser.
SILENCIO
COMPARTIMOS alguna frase que nos
acerca a la experiencia de Jesús.
PETICIONES CONFIADAS
PADRE NUESTRO
Pedimos a María que nos acompañe
en esta vía dolorosa y en nuestro caminar
DOLOROSA DE
PIE JUNTO A LA CRUZ, TU CONOCES NUESTRAS PENAS, PENAS DE UN PUEBLO QUE SUFRE TU
CONOCES NUESTRAS PENAS, PENAS DE UN PUEBLO QUE SUFRE.
1.Dolor de
los pueblos que sufren enfermos, el hambre de gente que no tiene pan silencio
de aquellos que callan por miedo la pena del triste que esta en soledad.
2.El drama
del hombre que fue marginado tragedias de niños que ignorar reír la burda
comedia de huecas promesas la farsa de muertos que deben vivir.
3.Dolor de
los hombres sin tregua oprimidos, cansancio de brazos en lucha sin fin,
cerebros lavados a base de slogan el rictus amargo del pobre infeliz.
4.El llanto
de aquellos que suman fracasos la cruz del soldado que mata al amor pobreza de
muchos sin libro en las manos derechos del hombre truncados en flor....
Llamados a compartir. Enviados a anunciar a Jesús de Nazaret. Toda una misión.
ResponderEliminarQue podamos decir sí a esas ocasiones de hacer el bien.
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