ORACIÓN 29-03-15
GUÍA: Estamos en Domingo de Ramos. Los
cristianos comenzamos la Semana Santa, semana de la Pasión de Jesús y su
Resurrección. Hoy la Liturgia presenta el
hecho de la Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. El Hijo de Dios
entra en la Ciudad Santa montado en un asno. No como los poderosos sino en un
humilde borriquillo. Pero el pueblo y los apóstoles le aclaman como Rey, Hijo de David. Bendito el que viene en
nombre del Señor. Se sienten dichosos de
esta llegada y aclaman la gloria de Dios. Nosotros nos unimos a esta
admiración, a estas aclamaciones y compartimos con ellos la alegría de su
presencia.
SILENCIO
Del libro de Isaías
(50,4-7):
Mi Señor me ha dado una lengua de
iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me
espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el
oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me
apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante
ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por
eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.
GUÍA: Jesús está identificado con las palabras
de Isaías. Descubrimos a Jesús que se prepara para lo que Dios quiera pero en la esperanza de que no será engañado por el Padre. Acompañemos a Jesús en sus sentimientos de angustia pero también de confianza.
Podemos acompañarlo a través de las calles de Jerusalén. Junto a los discípulos. En su tiempo de
oración. En su confianza en el Padre Dios.
SILENCIO
De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):
Cristo, a pesar de su condición
divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su
rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así,
actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la
muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió
el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
GUÍA: San Pablo explica a los Filipenses cómo Jesús dejando todo
signo de poder pasa por uno de tantos, como un hombre cualquiera se somete a la
muerte y una muerte de cruz. El tormento mayor de aquel tiempo. Pero Dios le
glorificó y se eleva sobre la misma muerte. Para gloria de Dios Padre. En otro
pasaje, Pablo dice: si morimos con él
resucitaremos con Él. Es momento de
unirnos a su muerte para unirnos también a su exaltación. En nuestro silencio
dejemos que el Padre, Jesús y el Espíritu nos introduzcan en tan gran
acontecimiento. SILENCIO
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (15,1-39):
GUÍA: EL Evangelio nos narra la muerta de Jesús. Podemos seguirlo
por el mismo texto y acercarnos a ese momento con toda la fe y el amor posible.
Sentimos su dolor al verse abandonado, injuriado y entregado a la muerte. Que seamos capaces de decir con el centurión
Verdaderamente éste era el Hijo de Dios.
SILENCIO
COMPARTIMOS alguna frase que nos
acerca a la experiencia de Jesús.
PETICIONES CONFIADAS /PADRE NUESTRO
Pedimos a María que nos acompañe
en esta vía dolorosa y en nuestro caminar
DOLOROSA DE
PIE JUNTO A LA CRUZ, TU CONOCES NUESTRAS PENAS, PENAS DE UN PUEBLO QUE SUFRE TU
CONOCES NUESTRAS PENAS, PENAS DE UN PUEBLO QUE SUFRE.
1.Dolor de
los pueblos que sufren enfermos, el hambre de gente que no tiene pan silencio
de aquellos que callan por miedo la pena del triste que esta en soledad.
2.El drama
del hombre que fue marginado tragedias de niños que ignorar reír la burda
comedia de huecas promesas la farsa de muertos que deben vivir.
3.Dolor de
los hombres sin tregua oprimidos, cansancio de brazos en lucha sin fin,
cerebros lavados a base de slogan el rictus amargo del pobre infeliz.
4.El llanto
de aquellos que suman fracasos la cruz del soldado que mata al amor pobreza de
muchos sin libro en las manos derechos del hombre truncados en flor....
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