ORACIÓN
20-03-16
GUÍA:
Llegamos
al Domingo de Ramos. La Liturgia presenta la bendición de los ramos,
La procesión con palmas y olivo, nos hace revivir aquel momento de
triunfo de Jesús, aclamado por la multitud. Hoy aclamamos nosotros
al Hijo de David, al Rey que viene. Nos introduce en la Semana Santa.
Jesús triunfa y luego será ajusticiado. Volviendo a nuestro
interior, reconozcamos nuestra aclamación, pero también veamos cómo
participamos en la acción de la condena, con nuestro pecado.
SILENCIO
CONTEMPLATIVO, REVERENTE.
Del
libro de Isaías 50, 4-7
Mi
Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido
una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que
escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no
resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me
apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el
rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no
sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.
GUÍA:
Isaías personifica de lejos, al siervo de Yahvé. Jesús hace suyas
estas palabras en la realidad. Verdadero siervo de Yahvé, siente el
dolor, es ultrajado, toma sobre sí el pecado del mundo, reconcilia a
la humanidad con Dios. No se echa atrás. El Señor me ayuda. No
quedaré defraudado. Cada uno de estos pasos se dan en Jesús.
Contemplémosle con un amor agradecido, vivo, arrepentido, desde
toda la humanidad. SILENCIO
CREYENTE Y DOLORIDO.
De
la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11
Cristo,
a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de
Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de
esclavo, pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el
abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el
abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
GUÍA:
Seguimos
acompañando a Jesús. Ahora la carta de San Pablo hace la reflexión
sobre lo que Jesús es y su actitud redentora. Se sometió incluso a
la muerte y una muerte de cruz. En otro sitio dice: El Padre estaba
en Jesús, reconciliando a la humanidad consigo mismo. Dejemos que
nos calen estas afirmaciones.
Y
Dios le concedió el nombre sobre todo nombre. .. Acojamos el don del
Padre en Jesús. Proclamemos: Jesucristo es Señor, para gloria de
Dios Padre. SILENCIO
ADORADOR, AGRADECIDO.
Pasión
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 22, 14-23, 56
GUÍA:
Seguimos la lectura por el Misal o la Biblia. Despacio vamos
desgranando las frases. Nos sentimos cerca de Jesús, pecadores pero
salvados. Agradecemos al Padre y al Espíritu su presencia en Jesús,
su amor a la humanidad. Gracias Padre, Hijo y Espíritu por vuestra
cercanía, por vuestro don, por el perdón, por la liberación.
SILENCIO
DEL PERDONADO, AMADO Y SALVADO.
PETICIONES
PADRE
NUESTRO con
todos los hombres y mujeres de la tierra.
MARÍA
nos acompaña en el camino de conversión. Invoquémosla.
CANTAMOS
DOLOROSA
DE PIE JUNTO A LA CRUZ, TU CONOCES NUESTRAS PENAS, PENAS DE UN PUEBLO
QUE SUFRE TU CONOCES NUESTRAS PENAS, PENAS DE UN PUEBLO QUE SUFRE.
- Dolor de los pueblos que sufren enfermos, el hambre de gente que no tiene pan, silencio de aquellos que callan por miedo la pena del triste que está en soledad.
- El drama del hombre que fue marginado, tragedias de niños que ignorar reír, la burda comedia de huecas promesas, la farsa de muertos que deben vivir.
- Dolor de los hombres sin tregua oprimidos, cansancio de brazos en lucha sin fin, cerebros lavados a base de slogan, el rictus amargo del pobre infeliz.
- El llanto de aquellos que suman fracasos, la cruz del soldado que mata al amor, pobreza de muchos sin libro en las manos, derechos del hombre truncados en flor....
Vamos a participar en las aclamaciones que los hebreos hicieron a Jesús. Su gloria termina en una semana de dolor. Acompañemos a Jesús y compartamos sus últimos días, antes de la cruz.
ResponderEliminar"Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre." Confesamos a Jesucristo como Dios y Señor.
ResponderEliminarLas aclamaciones del Domingo de Ramos nos mueven a confesar nuestra fe, a acompañar a todos los cristianos que están en dificultades, perseguidos o torturados. Jesús entra en Jerusalén
vitoreado como Hijo de David. Que luego no le traicionemos.
"Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra" Jesús se retira a Betania. Le acompañamos. Luego irá al templo, enseñando de nuevo. Todo se va complicando.
ResponderEliminar"Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios" Avivemos nuestra fe en Jesús. Está muy cerca la Pasión. Se pone a disposición del Padre y de los hombres. Te adoramos Señor y te bendecimos. Acompañemos su día en Jerusalén.
ResponderEliminar"El Padre estaba en Jesús, reconciliando a la humanidad consigo mismo" Qué grande unión el Padre con Jesús. Dios mismo salvando al hombre, uniéndose a él incluso en la muerte. Y una muerte de cruz. Contemplamos esta unión y a Jesús ya próximo al gran día de su Pascua. Gracias, Señor.
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