viernes, 8 de marzo de 2024

¡SEA SU DIOS CON ÉL, Y SUBA!

 

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¡SEA SU DIOS CON ÉL, Y SUBA!

GUÍA DE ORACIÓN 10-03-24 ,  Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo B

 

GUÍA: Sea su Dios con él, y suba. Es Ciro que quiere construir un templo al Dios de Israel. Da permiso a todos para que lo hagan. Dios se vale de un extranjero para realizarlo. Ponemos nuestra oración ante el dilema de seguir al Señor, construir su templo o no. Dejamos fuera otros intereses y buscamos los deseos de Dios. Sigamos sus inspiraciones. SILENCIO DE TOMA DE CONCIENCIA, DE COMPRENSIÓN, DE DECISIÓN.

 

Lectura del segundo libro de las Crónicas (36,14-16.19-23):

En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los gentiles, y mancharon la casa del Señor, que él se había construido en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio. Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: «Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años.»
En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: «Así habla Ciro, rey de Persia:
"El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba!"»

 

GUÍA: Pertenecer a su pueblo, al pueblo de Dios, tiene unos requisitos y obligaciones. Nos sentimos su pueblo, su heredad. Hemos fallado y estamos invitados a seguir su camino, recorrer sus sendas, construir su templo. Crecer en una vida con signos de providencia y misericordia. ¿Hacemos eco de esta invitación? ¿Qué pasos hemos de dar para  llevar a cabo la obra del Señor? SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE CLARIDAD, DECISIÓN.

Salmo

Sal 136,1-2.3.4.5.6

R/.
 Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti


Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R/.

Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión.» R/.

¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R/.

Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,4-10):

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo –por pura gracia estáis salvados–, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.

 

GUÍA: Dios nos ha hecho vivir con Cristo, así muestra la inmensa riqueza de su gracia. San Pablo está convencido del don de Dios, de la gracia que se nos ha concedido, del encargo que se nos ha dado. Estamos en tu presencia, Padre. Reconocemos tu amor para nosotros. Queremos ser testigos de tu  gracia. Lo visualizamos y acogemos. SILENCIO DE APERTURA, DE VERDAD, DE DISPONIBILIDAD.



Lectura del santo evangelio según san Juan (3,14-21):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»

 

GUÍA: Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Una Palabra para contemplar y admitir en el corazón, en la vida. Somos portadores de ese amor, esa entrega y esa tarea. Ponemos en sus manos nuestros deseos, la acción de su Espíritu, y su benevolencia para toda la humanidad. SILENCIO DE CERCANÍA, DE CONOCIMIENTO, DE ACCIÓN.

 

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, LOS SENTIMIENTOS Y LOS DESEOS.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS MUESTRE A JESÚS SU HIJO.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.

 

CANTAMOS:


1. Tú eres el Dios que nos salva,

la luz que nos ilumina,

la mano que nos sostiene

y el techo que nos cobija. bis


TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR,

TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR.

[BIS TODO]


2. Te damos gracias, Señor,

porque has depuesto la ira

y has detenido ante el pueblo

la mano que lo castiga. bis


3. Y sacaremos con gozo

del manantial de la vida

las aguas que dan al hombre

la fuerza que resucita. bis


4. Entonces proclamaremos:

"Cantadle con alegría.

El nombre de Dios es grande,

Su caridad infinita. bis


5. Que alabe al Señor la Tierra

Contadle las maravillas.

Qué grande en medio del pueblo

el Dios que nos justifica. bis

https://www.youtube.com/watch?v=U7ZEZS_-n_g

2 comentarios:

  1. Construir el templo del Señor. En todo momento podemos colaborar. Lo adoramos en el interior de nuestro ser, en las criaturas y en la vida. Gloria al Señor.

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  2. "Pertenecer a su pueblo, al pueblo de Dios, tiene unos requisitos y obligaciones. Nos sentimos su pueblo, su heredad." Nos unimos a él y seguimos sus mandatos. Ayuda nuestro camino.

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