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viernes, 11 de enero de 2019

ES MI HIJO AMADO


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              ES MI HIJO AMADO

GUÍA DE ORACIÓN: 13-01-19

GUÍA: Tomamos conciencia de nuestro ser  aquí y ahora. Abrimos la mente y el corazón al Padre Creador, a su Hijo Jesús Enviado, al Espíritu Santificador. Dejemos que surjan nuestros sentimientos filiales hacia el Padre, de hermanos con el Hijo y de unión con el Espíritu. Agradecemos tu presencia en nosotros, en nuestro mundo y la acción santificadora en cada persona y en la humanidad. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE RECONOCIMIENTO Y DE GRACIAS.

Del libro del profeta Isaías (42,1-4.6-7):

Mirad a mi Siervo,
a quien sostengo;
mi elegido, en quien me complazco.
He puesto mi espíritu sobre él,
manifestará la justicia a las naciones.
No gritará, no clamará,
no voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará,
la mecha vacilante no la apagará.
Manifestará la justicia con verdad.
No vacilará ni se quebrará,
hasta implantar la justicia en el país.
En su ley esperan las islas.
«Yo, el Señor,
te he llamado en mi justicia,
te cogí de la mano, te formé
e hice de ti alianza de un pueblo
y luz de las naciones,
para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la cárcel,
de la prisión a los que habitan en tinieblas».

GUÍA:
“Mirad, mi siervo a quien sostengo…manifestará la justicia a las naciones” Es Jesús, sostenido por el Padre y enviado como alianza con la humanidad. Su presencia  y acción se actualiza cada día desde la Eucaristía. Unidos a él extendemos su amor y misericordia allí donde estamos. Es la tarea de cada día como cristianos. ¿La hacemos? SILENCIO DE ENCUENTRO, DE CONTEMPLACIÓN Y ESPERANZA SALVADORA.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (10,34-38):

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él».

GUÍA: Pedro dice: Ahora comprendo que Dios no hace acepción de personas, acepta al que lo teme y practica la justicia, la santidad. La experiencia de Pedro se repite en cada uno de nosotros. Descubrimos a Dios misericordioso y dador de misericordia a todos os corazones dolidos y sin esperanza. Nuestro mundo goza y también sufre. Alzamos los corazones afligidos hacia el Padre. Pedimos consuelo, paz, alegría para cada persona necesitada. SILENCIO DE ACOGIDA, PETICIÓN, OFRENDA

Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,15-16.21-22):

EN aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».

GUÍA: Bautismo de Jesús. La acción del Padre se va efectuando en aquella gente por medio de Juan. El pueblo siente su alejamiento de dios y acude a Juan para ser bautizado. También va Jesús. De forma solidaria se une al pecado del mundo y acude para ser lavado con todos.
Nos unimos a Jesús cargado con el pecado del mundo y que es sellado con el agua y el Espíritu. Oye la voz que dice: Tú eres mi Hijo, en ti me complazco. La oímos también nosotros en nuestro interior. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, AGRADECIMIENTO, UNIÓN

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN. ¿CON QUÉ FRASE TE QUEDAS?

SENTIMOS LA PRESENCIA DE DIOS PADRE, ADORAMOS, AGRADECEMOS, OFRECEMOS.

INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA COMPAÑERA DE CAMINO.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO...

CANTAMOS
Bautízame, Señor, con tu Espíritu,
Rem
bautízame, Señor, con tu Espíritu,
LA7  Rem
y déjame sentir
RE7,  Solm              DO7
el fuego de tu amor
FA         LA#7
aquí en mi corazón, Señor,
Solm  LA7  Rem
y déjame sentir
el fuego de tu amor
aquí en mi corazón, Señor.

(Guíame, Señor...
Lléname, Señor...
Transfórmame, Señor...
Ungeme, Señor...)