REZA Y COMPARTE
TEMA: Cómo
hacer oración y qué beneficios produce.
¿Cómo hacer oración?, ¿Qué es orar?,
¿Qué beneficios produce? son preguntas que te haces a veces. Vamos a seguir
alguna información sobre las respuestas que
da el Catecismo de la Iglesia
Católica.
2558 “Este es el misterio de la fe”. La Iglesia lo profesa en el Símbolo de
los Apóstoles (primera parte) y lo celebra en la Liturgia sacramental (segunda
parte), para que la vida de los fieles se conforme con Cristo en el Espíritu Santo para
gloria de Dios Padre (tercera parte). Por tanto, este misterio exige que
los fieles crean en
él, lo celebren y vivan de él en una
relación viviente y personal con Dios vivo y verdadero. Esta relación es la oración.
«Para mí, la oración es
un impulso del corazón,
una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de
amor tanto desde dentro de
la prueba como en la alegría (Santa Teresa del Niño Jesús, Manuscrit
C, 25r: Manuscrists autohiographiques [Paris 1992] p.
389-390).
La oración como don de Dios
2559 “La oración es la elevación del alma a Dios
o la petición a
Dios de bienes convenientes”(San Juan Damasceno, Expositio fidei,
68 [De fide orthodoxa 3, 24]). ¿Desde dónde hablamos cuando oramos? ¿Desde la
altura de nuestro orgullo
y de nuestra propia
voluntad, o desde “lo más profundo” (Sal 130, 1) de un corazón humilde y
contrito? El que se humilla es ensalzado (cf Lc 18, 9-14).
La humildad es la base de la oración.
“Nosotros no sabemos pedir como conviene” (Rm 8, 26). La humildad
es una disposición necesaria para
recibir gratuitamente el don de la oración: el hombre es un mendigo de
Dios (San Agustín, Sermo 56, 6, 9).
2560
“Si conocieras el don de Dios”(Jn 4, 10). La maravilla de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo donde vamos a buscar nuestra agua: allí Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su petición llega desde las profundidades de Dios que nos desea. La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él (San Agustín, De diversis quaestionibus octoginta tribus 64, 4).2561 “Tú le habrías rogado a él, y él te habría dado agua viva”
(Jn 4, 10). Nuestra
oración de petición es paradójicamente una respuesta. Respuesta a la queja del Dios vivo: “A mí me dejaron,
manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas” (Jr 2,
13), respuesta de fe a la
promesa gratuita de
salvación (cf Jn 7, 37-39; Is 12, 3;
51, 1), respuesta
de amor
a la sed del Hijo único (cf Jn 19, 28; Za 12,
10; 13, 1).
La oración es el impulso del corazón para elevar el pensamiento y
el ser a Dios. El cómo hacerla es el deseo de cercanía, petición, necesidad que
te impulsa. Es un encuentro con quien sabemos que nos ama. La petición nos abre
a Dios y nos acerca a él. Vamos no desde el orgullo y el propio yo, sino desde
la humildad. Nos da el don gratuito de la oración.
Cristo nos busca como a la samaritana y nos dice: Si conocieras el don de Dios, tú le
habrías rogado y él te habría dado agua viva. Es una respuesta de fe a la promesa de la salvación, una respuesta de amor a la sed del Hijo de Dios que nos busca. La misma oración, encuentro, es el mayor beneficio que podemos recibir.
ACCIÓN
Reflexiona las frases que
más te impresionan, presenta al Padre, al Hijo y al Espíritu lo que piensas,
deseas, buscas. Saca conclusiones y propósito para tu vida.