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viernes, 25 de agosto de 2017

ABISMO DE GENEROSIDAD





ABISMO DE GENEROSIDAD

GUÍA DE ORACIÓN 27-08-2017

GUÍA: Abismo de sabiduría y generosidad, Dios mismo. Nuestra oración hoy quiere introducirse en tan gran presencia. Creados en Dios amor.  
Nos ponemos ante él. Su silencio y plenitud nos cubre y persuade al bien. El Padre, el Hijo y el Espíritu son mirada de amor que recrea todas las cosas. Sólo Él, sólo Dios,  nos atrae con su verdadero amor. Deja espacio en ti para encontrarle, conocerle, adorarle, agradecerle. SILENCIO DE ENCUENTRO, ADORACIÓN, GRACIAS.

Del libro de Isaías (22,19-23):

Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: «Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.»

GUÍA: Llamaré a mi siervo, lo pondré en sitio firme. ¿Te imaginas el corazón de Dios amando a ese siervo suyo? Así amó a Israel, al pueblo de Dios antiguo, y al nuevo pueblo de Dios. Hoy sigue amando con amor eterno y firme. Un reto para el corazón humano. Toda existencia pertenece al Yo soy, En Dios vivimos nos movemos y existimos. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO Y ACEPTACIÓN DEL AMOR ETERNO.

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11,33-36):

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

GUÍA: Abismo de generosidad, de sabiduría y conocimiento el de Dios. Qué irrastreables sus caminos. Nos sentimos en su presencia, en sus caminos. Que sepamos reconocerle en nuestra vida. Jesús, tú estabas ante él, ante el Padre y todo era encuentro, comunicación, amor mutuo. Permite que tu oración se haga nuestra. Que nuestro corazón  se abra a tu amor. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE ENTREGA.


Del santo evangelio según san Mateo (16,13-20):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

GUÍA: ¿Quién decís que soy yo? ¿Qué contestamos? Pedro dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Profundicemos en nuestra respuesta. El Espíritu puede dárnoslo a conocer. El Padre nos comunica también el conocimiento de Jesús: el Hijo de Dios. En silencio, avivamos la fe y confesamos lo que el Padre y el Espíritu nos comunican. Dios se manifiesta. Escucha su voz, su presencia, su amor. SILENCIO AMOROSO Y AGRADECIDO, ENTREGADO.

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS

PRESENTAMOS, PEDIMOS, ENTREGAMOS

MARÍA NOS ACOMPAÑA, SIÉNTELA CERCA

CON JESÚS DECIMOS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

 Jesús está entre nosotros

Jesús está entre nosotros
El vive hoy y su Espíritu a todos da.
Jesús, razón de nuestra vida
es el Señor, nos reúne en pueblo de Amor.

Cambia nuestras vidas con tu fuerza,
guárdanos por siempre en tu presencia.
Tú eres verdad, tú eres la paz.

Rompe las cadenas que nos atan,
llénanos de gracia en tu Palabra.
Gracias, Señor; gracias Salvador.

Nuestras existencias hoy te alaban,
nuestros corazones te dan gracias.
Tú eres amor, eres canción.