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viernes, 11 de agosto de 2017

BRISA TENUE






GUÍA DE ORACIÓN 13-08-17

GUÍA: Elías está en el monte Horeb. Espera al Señor. Una imagen que se repite hoy. Tú y yo esperamos al Señor, queremos descubrirle en nosotros, en la vida, y Él viene. Hoy queremos reconocerle. Su manifestación puede ser en muchas cosas y situaciones. En la paz y el silencio nos dejamos encontrar por su voz, su mirada, por la brisa tenue de su amor. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE PAZ, DE ORACIÓN.

Del primer libro de los Reyes (19,9a.11-13a):

En aquellos días, cuando Elías llegó al Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo: «Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va pasar!» 
Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hizo trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.

GUÍA: De nuevo estamos en el monte. Esta vez con Elías. Dios habla con él. Ponte de pie, el Señor va a pasar. Estamos esperando la voz de Dios y también se nos dice: ponte de pie, el Señor va a llegar. Nos centramos en el silencio de la inmensidad del monte, de nuestro interior y escuchamos. La fuerza, el terremoto son signos pero como Elías esperamos la voz de Dios. Recorramos esa inmensidad que nos rodea y escuchemos. SILENCIO DE ESCUCHA, DE ATENCIÓN, DE ESPERA.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (9,1-5):

Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante, en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.

GUÍA: Pablo piensa en su pueblo, piensa en Jesús que se manifiesta también en los gentiles. Hoy la gracia y el don de Dios de hace presente a muchas gentes, Unos lo acogen otros lo rechazan. ¿Cuál es nuestra oración ante esos hechos? ¿Somos parte de los creyentes o somos indiferentes a su voz? Pedimos al Espíritu que se derrame sobre el mundo y extienda el reino de Dios en la humanidad. SILENCIO DE ACOGIDA, DE PETICIÓN, DE COMPROMISO.

 del santo evangelio según san Mateo (14,22-33):

Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. 
Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!» 
Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.» 
Él le dijo: «Ven.» 
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.» 
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» En cuanto subieron a la barca, amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios.»

GUÍA: Jesús se despide de la gente. Manda a los discípulos delante, en la barca y se retira a orar. el Padre y él son uno, dijo alguna vez. Nosotros le observamos en la oración y nos unimos a ese encuentro personal. Expresamos nuestros sentimientos. 
La barca, de noche se ha alejado. Jesús anda sobre las aguas. Los discípulos tienen miedo. Soy Yo, no temáis. Seguro que te lo dice a ti, a mí, a muchos. Y queremos, como Pedro, asegurarnos. Y como Pedro llegamos a dudar. En nuestra barca, tratamos de reconocer a Jesús que se nos acerca. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE FE, DE CONFIANZA.

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS

OFRECEMOS, PEDIMOS, CONFIAMOS

INVOCAMOS A María nuestra madre

Ante el Padre, Dios presentamos la oración de Jesús, uniéndono a Él.PADRE NUESTRO

CANTAMOS

JESÚS ESTÁ ENTRE NOSOTROS,
ÉL VIVE HOY
Y SU ESPÍRITU A TODOS DA.
JESÚS, RAZÓN DE NUESTRA VIDA,
ES EL SEÑOR,
NOS REÚNE EN PUEBLO DE AMOR.

Cambia nuestras vidas con tu fuerza.
Guárdanos por siempre en tu presencia.
Tú eres verdad, Tú eres la paz.
ESTRIBILLO.

Rompe las cadenas que nos atan.
Llénanos de gracia en tu Palabra.
Gracias, Señor. Gracias, Salvador.
ESTRIBILLO.

Nuestras existencias hoy te alaban.
Nuestros corazones te dan gracias.
Tú eres amor, Tú eres canción.
ESTRIBILLO.




viernes, 7 de julio de 2017

SENCILLEZ, SINCERIDAD, ESPÍRITU DE DIOS





GUÍA DE ORACIÓN 09- 07-17 

GUÍA: Sencillez y sinceridad atraen tu mirada, Padre. Te manifiestas a los humildes y pequeños. En tu presencia, ante Ti, haz que te conozcamos, que conozcamos nuestro corazón, quién eres Tú y quién soy yo, cada uno de nosotros. Ven, Espíritu de Dios y llena nuestro corazón de tu amor. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE HUMILDAD, DE ILUMINACIÓN SINCERA.

De la profecía de Zacarías (9,9-10):

Así dice el Señor: «Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.»

GUÍA: Alégrate Hija de Sión. Tu Rey viene a ti: justo y victorioso. Dictará la paz a las naciones. Dominará de mar a mar. Su venida es  seguridad. Cada persona le recibe y le acoge con su conciencia sencilla y sincera, se empapa de la bendición del Señor. Dejamos que llegue a nosotros. SILENCIO DE ENCUENTRO, PACIFICADOR, TRANSFORMANTE.

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,9.11-13):

Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.

GUÍA: El Espíritu de Dios habita en vosotros. Sois del Espíritu y seréis restaurados en Él. Estáis en deuda con este Espíritu. Nuestro actuar según el Espíritu, ha de ser quien nos dé vida y transforme nuestras inclinaciones. Inclinados a la vida nueva en Cristo. Vida de hijos con Jesús. Él nos inclina a la sencillez y humildad.
Miramos nuestro ser y actuar. Pedimos luz y vida nueva. SILENCIO DE CONFRONTACIÓN CON LA VIDA DEL ESPÍRITU, SILENCIO DE CAMBIO HACIA JESÚS.

Del santo evangelio según san Mateo (11,25-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

GUÍA: Jesús alaba al Padre porque ha revelado su sabiduría a la gente sencilla. Se la oculta a las sabios y entendidos. ¿Nos sentimos iluminados por la luz de Dios?
Todo me lo ha entregado el Padre. Él es quien comunica ese conocimiento de Jesús, el Hijo. Jesús nos invita a ir hacia el Padre con corazón humilde. La fe nos hace caminar hacia Jesús. Su Espíritu nos libera del cansancio. Venid a mí los que estáis cansados SILENCIO DE  ALABANZA, FE Y ENTREGA

RECOGEMOS EN SÍNTESIS NUESTRO ORACIÓN

OFRECEMOS, PEDIMOS, CONFIAMOS

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE, compañera de camino

PRESENTAMOS AL PADRE LA ORACIÓN DE JESÚS, con toda la familia humana. PADRE NUESTRO

CANTAMOS

Somos un pueblo que camina (E. V. Mateu)

Somos un pueblo que camina,
y juntos caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos
en busca de un destino, destino de unidad.
Siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Sufren los hombres, mis hermanos,
buscando entre las piedras la parte de su pan.
Sufren los hombres oprimidos,
los hombres que no tienen ni pan ni libertad.
Sufren los hombres, mis hermanos,
mas Tú vienes con ellos y en Ti alcanzarán
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Danos valor para la lucha,
valor en las tristezas, valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu Palabra,
que guíe nuestros pasos en este caminar.
Marcha, Señor, junto a nosotros,
pues sólo en tu Presencia podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

Dura se hace nuestra marcha,
andando entre las sombras de tanta oscuridad.
Todos los cuerpos desgastados,
ya sienten el cansancio de tanto caminar;
pero tenemos la esperanza
de que nuestras fatigas al fin alcanzarán
otra ciudad que no se acaba,

sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.



viernes, 2 de junio de 2017

ESPÍRITU DE DIOS






GUÍA DE ORACIÓN 04-06-17


GUÍA: Estamos aquí, Señor. Como los discípulos te esperamos. Envía tu Espíritu y transforma nuestras vidas, según tus sueños sobre nosotros. Conviértenos a ti. Padre, hazte presente en nosotros con tu Espíritu.  Esperamos tu manifestación, luz, fortaleza, confianza. ¡Espíritu Santo ven!. SILENCIO DE PETICIÓN, DE TOMA DE CONCIENCIA, DE ESPERANZA.

 Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:
«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».


GUÍA: El narrador cuenta el hecho. Muchos detalles y el resultado: Se llenaron todos del Espíritu Santo. Situaciones distintas, y hoy ¿Cómo viene el Espíritu? Estaban juntos. La unión es valorada, atrae a los habitantes de Jerusalén. El Espíritu hace que oigan las grandezas de Dios en su propia lengua. La unión hace que recibamos al Espíritu y nos haga comprender su manifestación en nuestro interior. SILENCIO DE PRESENCIA DE DIOS, DE UNIÓN, DE ACOGIDA

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

Hermanos: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.


GUÍA: Un mismo Dios que obra todo en todos. Unidos en el mismo Dios. Toda acción de Dios nos une en él. Y todo para el bien común. No sólo para el individuo, el bien común nos une. Agradecemos al Padre, al Hijo y al Espíritu toda su acción y su trabajo de unidad. Calculamos cuánto bien común recibimos y damos. SILENCIO DE RECIBIR Y DAR TODO EL BIEN DE DIOS Y SU UNIDAD PARA TODOS.
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Del santo evangelio según san Juan (20,19-23):

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».


GUÍA: Paz, envío, recibir el Espíritu, perdonad los pecados. La presencia de Jesús les da la paz, se llenan de alegría. Recibimos esa paz y alegría, en nuestro interior, la transmitimos.  El Espíritu está en ellos, son enviados. Remueve toda la vida. ¿Cómo nos sentimos inundados de su presencia? Otra constatación: perdonan los pecados. Nos sentimos alcanzados por las palabras de Jesús, SILENCIO DE UNIÓN Y CAMBIO EN EL ESPÍRITU.

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN, para recordar.

ADORAMOS, DAMOS GRACIAS, OFRECEMOS, PEDIMOS

INVOCAMOS A MARÍA que rece con nosotros.

UNIÓN EN EL REZO DE LA SECUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO.


Secuencia

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,

cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequia,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.