ORACIÓN
12-02-17
GUÍA: La Liturgia del
domingo sigue explicando el mensaje de Jesús. Nosotros le recibimos con corazón
abierto. La luz y la sal que nos proponía la otra semana, sigue estando
presente en nuestra mente y corazón. ¿Hemos sido luz y sal en medio de nuestro
ambiente? En el interior, escuchamos la Palabra de Jesús, la Palabra de la
escritura, sabiduría escondida y misteriosa que sala nuestro hacer y pensar.
Abrimos el corazón y nos disponemos a orar, a comunicarnos con Dios Padre, Hijo
y Espíritu. SILENCIO DE ENCUENTRO, ADORACIÓN, ACCIÓN DE GRACIAS.
Del libro
del Eclesiástico (15,16-21):
SI quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad. Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras. Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera. Porque grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder y lo ve todo.
Sus ojos miran a los que le temen, y conoce todas las obras del hombre. A nadie obligó a ser impío,
y a nadie dio permiso para pecar.
SI quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad. Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras. Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera. Porque grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder y lo ve todo.
Sus ojos miran a los que le temen, y conoce todas las obras del hombre. A nadie obligó a ser impío,
y a nadie dio permiso para pecar.
GUÍA: Dios conoce todas nuestras acciones. Conoce nuestro corazón, Nada se
pierde de cuanto hacemos con amor. Si somos fieles a Él somos encauzados hacia
el bien y a la verdad. ¿Nos vemos inclinados al bien o buscamos la mentira y el
mal? Ante el Señor nos presentamos en la verdad y con deseos de hacer su
voluntad. Le pedimos fuerza para seguir adelante por los caminos que Él quiere.
SILENCIO DE ATENCIÓN, DE APERTURA, DE
VERDAD.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
Corintios (2,6-10):
Hermanos:
Hablamos de sabiduría entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria.
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido, pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino que, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman».
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.
Hermanos:
Hablamos de sabiduría entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria.
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido, pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino que, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman».
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.
GUÍA: Ahí, en nuestro interior nos encontramos con la sabiduría de Dios. Una
sabiduría que está oculta a los ojos de este mundo. Dios nos cubre con su ser y
con su Espíritu. El Espíritu lo sondea todo. Aquí estamos Padre. Que tu luz nos
ilumine, que nos fortalezca en la fe y la esperanza, que nos asegure y haga
crecer en el amor verdadero. SILENCIO DE
PETICIÓN, DE ILUMINACIÓN, DE GRACIAS, DE
OFRENDA..
Del santo
evangelio según san Mateo (5,17-37):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer —no hablo de unión ilegítima— la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».
GUÍA: Varios puntos: Enseñar a cumplir la ley, repudiar a su esposa, cólera
contra el hermano, hablar en verdad. En cada uno podemos detenernos y valorar
nuestro comportamiento. Amar a Dios y al prójimo se nos dice otras veces. El
tejido de la convivencia y de las relaciones personales, expresado de distintas
maneras. Hablamos con Jesús sobre nuestros comportamientos, y situaciones referentes a estos puntos. SILENCIO DE COMPRENSIÓN, DE CONOCIMIENTO PERSONAL, DE ACCIÓN PARA EL
FUTURO.
PETICIÓN, PERDÓN, ACCIÓN DE GRACIAS, ALABANZA
INVOCAMOS A MARÍA , nuestra Madre
PADRE NUESTRO con Jesús y toda la humanidad.
CANTAMOS
ESTRIBILLO
ESTRIBILLO
Con vosotros está y no lo conocéis
con vosotros está, su nombre es El Señor.(bis)
Su nombre es El Señor y pasa hambre
y clama por la boca del hambriento,
y muchos que lo ven pasan de largo
acaso por llegar temprano al templo.
Su nombre es el Señor y sed soporta
y está en quien de justicia va sediento,
y muchos que lo ven pasan de largo,
a veces ocupados en sus rezos.
Su nombre es El Señor y está desnudo,
la ausencia del amor hiela sus huesos,
y muchos que lo ven pasan de largo,
seguros y al calor de su dinero.
con vosotros está, su nombre es El Señor.(bis)
Su nombre es El Señor y pasa hambre
y clama por la boca del hambriento,
y muchos que lo ven pasan de largo
acaso por llegar temprano al templo.
Su nombre es el Señor y sed soporta
y está en quien de justicia va sediento,
y muchos que lo ven pasan de largo,
a veces ocupados en sus rezos.
Su nombre es El Señor y está desnudo,
la ausencia del amor hiela sus huesos,
y muchos que lo ven pasan de largo,
seguros y al calor de su dinero.