viernes, 13 de mayo de 2016

ORACIÓN 15-05-16



GUÍA: Todavía en tiempo de Pascua, nos encontramos en este rato de oración. ¿os imagináis a todos los que visitan nuestro blog unidos por el mismo impulso y movidos por el mismo Espíritu?  Dios se vale de pequeña cosas y sabe sacar luz y vida de ellas. En nuestro interior vemos al Padre, el Hijo y el Espíritu que nos convocan e impulsan este momento. Ven Espíritu Santo alienta nuestra fe, fortalece la esperanza, llénanos de tu amor. Nos dejamos iluminar y fortalecer. SILENCIO DE ADORACIÓN Y  ACOGIDA.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Enormemente sorprendidos, preguntaban: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.»
GUÍA.: Se nos narra la experiencia del día de Pentecostés. Hoy ¿Cómo comunicamos la venida del Espíritu a la Iglesia, a cada uno de nosotros? En el silencio de nuestro corazón contemplemos su venida hoy y en el día  a día de las comunidades. Todos entendemos su riqueza de dones, su presencia en la vida, su cambio de mentalidad. SILENCIO DE MANIFESTACIÓN DE DIOS Y TRANSFORMACIÓN 

 De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
GUÍA: Dios se manifiesta en un solo Espíritu, Distintas funciones pero Él es quien hace todo en todos. Con paz, dejemos que venga sobre nosotros. Jesús y el Padre nos lo envían. Vayamos a la calle y sembremos los dones de Dios que se nos han concedido  para el bien común. SILENCIO DE ALABANZA, DE COMPROMISO.

Del evangelio según san Juan (20,19-23):

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

GUÍA: Paz a vosotros. Como Yo he sido enviado así Yo os envío. Descubramos qué quiere decir esto en lo referente a nosotros. ¿A dónde somos enviados? ¿Estamos preparados? Pidamos a María y al mismo Espíritu que nos enseñe el camino y la forma. SILENCIO DE BÚSQUEDA Y PETICIÓN.

PRESENTAMOS  nuestros deseos.

PEDIMOS …

INVOCAMOS A MARÍA.

PADRE NUESTRO con Jesús y la humanidad.

CANTAMOS


Ven, Espíritu de Dios, sobre mí
Me abro a tu presencia
Cambiarás mi corazón. (2)

Toca mi debilidad,
Toma todo lo que soy.
Pongo mi vida en tus manos
Y mi fe.

  Ven, Espíritu de Dios, sobre mí

Me abro a tu presencia
Cambiarás mi corazón. (2)

Poco a poco llegarás
A llenarme de tu luz.
Tú cambiarás mi pasado.
Cantaré.

Ven, Espíritu de Dios, sobre mí
Me abro a tu presencia
Cambiarás mi corazón. (2)

viernes, 6 de mayo de 2016

ORACIÓN 08-05-16



GUÍA: Es el día de la Ascensión de Jesús. Nos reunimos como cristianos para la fiesta litúrgica y para la oración. Queremos tomar conciencia de nuestro estar con los discípulos estos cuarenta días de Pascua.  Hemos vivido con ellos los momentos de la presencia de Jesús resucitado. Y hoy Jesús nos dice que se irá al Padre. Acogemos sus palabras. Recorremos los pasos andados en la fe, Le pedimos que nos fortalezca con su Espíritu para seguir su camino en la entrega al Padre y a los hermanos. SILENCIO CREYENTE, Y ESPERANZADO.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (1,1-11):

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. 
Una vez que comían juntos, les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.» 
Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» 
Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. 
Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»

GUÍA: Jesús estuvo enseñando a los discípulos. Les promete el Espíritu Santo. Recibiréis la fuerza del Espíritu y seréis mis testigos en Jerusalén y hasta los confines del mundo. Nos sentimos continuadores de su obra. Hoy nos toca a nosotros extender el Evangelio. Es el Espíritu quien actúa. Abramos el corazón a la esperanza y a la verdad, confiando en  que está con nosotros,  no estamos solos. Dejémonos empapar de las palabras de Jesús y de su llamada a estar con Él. SILENCIO CONFIADO, ENTREGADO.

De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,17-23):

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.

GUÍA: Nuestra oración se hace fe en Dios Padre, en Dios Hijo, en Dios Espíritu Santo. Esperanza en ellos, en su fuerza  de resurrección y transformación de las personas y del mundo. Impregnados del Espíritu de amor que ha sido derramado en nuestros corazones. Dejemos que el torrente de su gracia nos cubra y fecundice. SILENCIO DE PRESENCIA Y ACOGIDA

Del evangelio según san Lucas (24,46-53):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.» 
Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

GUÍA: ¿Qué frase nos dice más? ¿Qué podemos hacer nosotros? Jesús sigue enviando a sus discípulos, sigue revistiéndolos de la fuerza de lo alto. Predicaréis la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos. Bendecían a Dios. Hemos sido tocados por el Espiritu de Jesús. Formamos su familia. Él es la cabeza y nosotros los miembros. Todo tiene un ya pero todavía no. Es así, pero todavía tenemos que hacerlo verdad en nosotros. Jesús, ayúdanos a ser tus discípulos en fidelidad. SILENCIO DE DISCÍPULOS CREYENTES Y COMPROMETIDOS.

PRESENTAMOS nuestra oración al señor.

PETICIONES

PADRE NUESTRO  con toda la humanidad.



CANTAMOS


   ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN / (3)
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.

Acompáñame, ilumíname
toda mi vida.
Acompáñame, ilumíname
Espíritu Santo, ven, ven.
ESTRIBILLO.

Santifícame y transfórmame
toda mi vida.
Santifícame y transfórmame
Espíritu Santo, ven, ven.
ESTRIBILLO.

lunes, 2 de mayo de 2016







 CON  MARÍA






HAZ, SEÑOR,

QUE COMO TU AUXILIADORA 

SEPAMOS PREGUNTARTE: 

¿EN QUÉ PUEDO AYUDARTE? 

Y ESTEMOS DISPUESTOS A HACERLO.






TE INVITAMOS A PARTICIPAR CON TU 

ORACIÓN 

Y COMENTARIOS







viernes, 29 de abril de 2016

ORACIÓN 01-05-16









GUÍA: Jesús, estamos aquí. La semana ha pasado y queremos darnos cuenta de los momentos en que Tú has estado con nosotros. Gracias. La vida es gracia y Tú la renuevas día a día. Ahora con el Padre y el Espíritu queremos hacer nuestra oración. Queremos reconocer vuestro amor y escuchar esa voz que nos habla y nos da vida. ¿Qué quieres de nosotros? SILENCIO DE ENCUENTRO, Y ESCUCHA.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (15,1-2.22-29):

En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. 
Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras.
Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud.»

GUÍA: La Palabra de Dios nos comunica cómo actuaban los primeros cristianos y las dificultades que tenían en la transmisión de la fe. Ahora, aquí, en nuestra oración reflexionamos sobre cómo actuamos nosotros. Ellos consultan a los apóstoles de Jerusalén, la sede primera. Y se les da la respuesta después de rezar, invocar al Espíritu y estudiarlo. Nosotros también tenemos dificultades y ponemos el hecho en manos de Dios, invocando su luz. La Palabra de Dios nos da esa iluminación que necesitamos. SILENCIO DE CONFRONTACIÓN VIENDO NUESTRAS DIFICULTADES Y SITUACIONES

Del libro del Apocalipsis (21,10-14.21-23):

El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero. La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

GUÍA: El Apocalipsis presenta la gloria de Dios en la ciudad santa Jerusalén. Su santuario es  el Señor Dios todopoderoso y el cordero. La gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero, Jesucristo. Una visión de la gloria. Podemos visualizarla, admirarla y formando parte de la ciudad santa. La gloria de Dios se manifiesta en sus criaturas y especialmente en la humanidad. Y Jesucristo es el que da esa gloria y esplendor. SILENCIO ADMIRATIVO, ADORADOR.

Del santo evangelio según san Juan 14,23-29):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

GUÍA: Jesús sigue hablando con sus discípulos. El que me ama guardará mi palabra. Mi Padre lo amará, vendremos a Él y haremos morada en él. Es todo un proyecto de de cómo se lleva a cabo la realización de la Palabra. Hagamos espacio en nosotros para darnos cuenta de su poder y de su realidad en nosotros al escucharla y acogerla. Gocemos de ella, de la  presencia de Dios Padre, de la actuación del Espíritu.

PRESENTAMOS nuestra oración y damos gracias a Dios por su amor.

PETICIONES

PADRE NUESTRO con toda la Humanidad



ESTRELLA Y CAMINO
(Espinosa)
CORO
Estrella y camino, prodigio de amor.
De tu mano, Madre, hallamos Dios.
Todos los siglos están mirando hacia Tí,
todos escuchan tu voz temblando en un sí.
Cielos y tierra se dan en tu corazón,
como un abrazo de paz, ternura y perdón.
CORO
Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal,
en tu regazo lo ven el rey y el zagal.
Tú nos lo diste en la cruz, altar de dolor,
muerto en tus brazos está un Dios Redentor.
CORO

Toda la Iglesia con fe eleva un clamor,
puestos los ojos en Tí, la Madre de Dios.
Puente y sendero de amor, sublime misión,
la de traernos a Dios en tu corazón.

martes, 26 de abril de 2016

viernes, 22 de abril de 2016

ORACIÓN 24-04-16




GUÍA: Padre, estamos aquí. Queremos encontrarnos contigo y escuchar tu Palabra. Te reconocemos presente en nosotros, en la naturaleza, en la vida. Jesús  resucitado nos acompaña a lo largo de todo este tiempo de Pascua. Vamos reconociendo su presencia a través de las Lecturas de la Palabra, y en la vida. Haced que sintamos vuestra presencia y nuestra fe se acreciente. Que veamos lo que necesitamos para ser vuestros testigos. SILENCIO DE FE, QUE CRECE Y AMA.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (14,21b-27):

En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.

GUÍA: Pablo y Bernabé realizan su encargo de predicar la Palabra a otros pueblos. Los animan a perseverar en la fe. Reconocen que Dios ha actuado por medio de ellos y se han convertido. En nuestro interior recibimos el encargo de anunciar la Palabra allí donde estamos. Nos reconocemos privilegiados y elegidos por el Padre y por Jesús para algunas acciones. Presentemos nuestros sentimientos ante ellos y con María digamos: No tienen vino. Confiemos, expresemos nuestra fe y hagamos lo que Jesús nos diga. Y agradezcamos disponibles. SILENCIO HUMILDE Y CONFIADO.

Del libro del Apocalipsis (21,1-5a): 

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios con los hombres: acamparé entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.» 
Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Todo lo hago nuevo.»

GUÍA: Seguimos ante el Padre  y ante Jesús. Con Juan vemos el cielo nuevo y la tierra nueva, la nueva Jerusalén. Ésta es la morada de Dios con los hombres. Ellos serán mi pueblo. Yo seré su Dios. Somos ese pueblo nuevo y nos sentimos renovados por el Padre. Dejemos que su gracia se extienda a nuestra vida y a la de todos los habitantes del mundo. Él lo hace todo nuevo. Compartamos la novedad de Dios. SILENCIO ACOGEDOR, QUE ADORA.

Del santo evangelio según san Juan (13,31-33a.34-35):

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.»

GUÍA: En este clima de adoración escuchamos la Palabra de Jesús que se despide de los discípulos en la última cena. Nos deja sus deseos: Un mandamiento nuevo. Que os améis, como Yo os he amado. Le expresamos nuestro amor y le decimos cómo es. Seguramente nos falta mucho para amar como Él ama. ¿Qué podemos hacer? Pidámosle que su Espíritu quede con nosotros y nos dé el amor que necesitamos. SILENCIO ESPERANZADO Y FILIAL

OFRECEMOS la síntesis de nuestra oración. Agradecemos.

PETICIONES que nos unen a los hermanos.

PADRE NUESTRO con los hombres y mujeres del mundo.

INVOCAMOS A MARÍA
Aleluya, Aleluya, Aleluya, 
Aleluya, Aleluya, Aleluya. 

Porque Cristo nuestro hermano, 
ha resucitado, María alégrate (bis). 

Porque Cristo nuestro hermano, 
nos ha redimido, María alégrate (bis). 

Porque Cristo nuestro hermano, 
Nos ha redimido, María alégrate (bis).