viernes, 7 de julio de 2023

ALÉGRATE, HIJA DE SION

 

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ALÉGRATE, HIJA DE SION

GUÍA DE ORACIÓN 09-07-23  Domingo 14º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

 

GUÍA: Comenzamos estos momentos pidiendo al Espíritu Santo venga sobre nosotros, avive la fe y la esperanza, nos envuelva con su amor. Presentamos nuestra mente, nuestro corazón para alabarle, dar pasos en la comprensión de su bondad. Descubrimos su misma bondad en todas las criaturas. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE COMPRENSIÓN, DE APERTURA.

 

Lectura de la profecía de Zacarías (9,9-10):

Así dice el Señor: «Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.»

 

GUÍA: Alégrate, hija de Sion. …tu rey viene a ti justo y victorioso. Llega a ti, dominará de mar a mar. Visualizamos el momento, descubrimos la alegría del pueblo, nos unimos a su alegría y pregonamos su gloria. Padre, Dios, somos tu pueblo, portador de tus obras. Gracias porque estás presente y conduces los caminos y las sendas. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ALEGRÍA, DE APORTACIÓN.

Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14

R/.
 Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R/.

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,9.11-13):

Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.

GUÍA: No estáis sujetos a la carne, sino al Espíritu. Pablo nos lo dice junto a los romanos. El Espíritu vive en nosotros. Su acción se da en cada uno junto con la gracia que el Padre nos envía. Guardamos en el corazón, como María, sus palabras y su acción. Él transforma nuestro camino y alienta la alegría en al alma. Confiamos en ti, Espíritu Santo. SILENCIO DE ATENCIÓN, DE CONSCIENCIA, DE COMUNICACIÓN

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

 

GUÍA: Gracias, Padre, porque te comunicas a través de Jesucristo. Escuchamos tu palabra de confianza y de consuelo: Venid a mí…yo os aliviaré. Jesús nos enseña a confiar, y recibir el consuelo, alejando todo agobio. SILENCIO DE ESCUCHA, DE CONFIANZA, DE ÁNIMO.

 

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS.

TEMORES, ESPERANZAS, PROYECTOS, CONFIANZA.

NOS DIRIGIMOS A MARÍA QUE ENCIENDE LA  LUZ DE LA FE EN SU HIJO RESUCITADO

ELEVAMOS NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

 

Alégrate, Hija de Sión,
que Dios está en medio de ti.

Alégrate, alégrate.
Tú eres la gloria de Jerusalén,
tú la alegría de Israel,
tú eres el orgullo de nuestro pueblo.

Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo.

Bendita eres entre las mujeres,
bendito el fruto de tu vientre.

https://www.youtube.com/watch?v=tdiXz6CqavI

5 comentarios:

  1. "Alégrate, Hija de Sion," Nuestra oración nos lleva a alegrarnos por la belleza y poder de Dios. Él nos colma de ternura y sacia nuestros deseos mejores. Alegrémonos.

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  2. "Canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; "Viene hacia ti. Le recibes y amas. Agradeces su venida.

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  3. "El Espíritu Santo venga sobre nosotros, avive la fe y la esperanza, nos envuelva con su amor." Lo repetimos en silencio y acogemos su presencia. Visualizamos su acción en el mundo.

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  4. «Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén" tu Dios viene a ti. La presencia de Dios nos conduce y ama.

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  5. S. 144 "Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey" Aquí estamos. Alienta la vida y crea nueva fuerza de salvación. Lo visualizamos, interiorizamos y nos unimos a su presencia.

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