GUÍA: Es el domingo 15 Tiempo Ordinario, Ciclo C. El encuentro con Jesús hoy
nos hace acercarnos a la Palabra y dejamos que nuestro ser se impregne
totalmente. En el silencio, avivamos la fe y comprendemos que se entrega a
nosotros para que le reconozcamos y
seamos sus amigos. ¿Nos sentimos creyentes, confiados y obedientes? Preparamos
nuestra escucha. SILENCIO DE ACOGIDA A JESÚS QUE NOS ACOGE.
Lectura del libro del
Deuteronomio (30,10-14):
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma. Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda, ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir: "¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?"; ni está más allá del mar, no vale decir: "¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?" El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.»
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma. Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda, ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir: "¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?"; ni está más allá del mar, no vale decir: "¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?" El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.»
GUÍA: Escuchamos la voz del Señor en este rato de oración ¿Qué nos sugiere? Moisés
dice al pueblo que escuche y guarde sus preceptos y mandatos. El tiempo pasa y nos
lleva tras él. El mandamiento está en tu corazón y tu boca. Cúmplelo. Si oímos
la Palabra de Dios, Pidamos al Espíritu que active nuestro oído, para poder
comprenderlo. Dejemos espacio para la acogida y para estudiar la forma de
practicarlo. Si estáis conmigo, yo estaré con vosotros y el fruto será
verdadero. Analicemos nuestro estar con Jesús y nuestros frutos. SILENCIO DE AMISTAD Y ENCUENTRO.
Cristo Jesús es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
GUÍA: San Pablo escribe a los Colosenses. Presenta lo que ha recibido de
Jesús. Primogénito de toda criatura. Todo se mantiene en él. Dios quiso que
residiera en él toda la plenitud. En él se crean todas las cosas. Cabeza del
cuerpo de la Iglesia. Cada una de
estas afirmaciones nos ayuda a conocerle
mejor, a profundizar. SILENCIO VALORATIVO, MEDITATIVO.
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (10,25-37):
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.»
Él le dijo: «Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?»
Jesús dijo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él, y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?»
Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús: «Anda, haz tú lo mismo.»
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.»
Él le dijo: «Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?»
Jesús dijo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él, y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?»
Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús: «Anda, haz tú lo mismo.»
GUÍA: La parábola del Samaritano recoge con detalles todo lo que la persona
comprometida lleva a cabo. Unos pasan de largo pero él le recoge, le lleva a la
posada, paga los gastos. Se encarga de de aquel hombre. ¿Con cuál de los
personajes podemos identificarnos? ¿Nos hacemos cargo de la
persona que está a nuestro lado y salimos al paso de sus necesidades? Ya
preguntó Dios a Caín ¿Dónde está tu hermano? Dejémonos preguntar y vayamos
viendo las respuestas que damos. SILENCIO
DE BÚSQUEDA Y COMPROMISO.
RECOGEMOS los sentimientos de la oración.
OFRECEMOS las respuestas.
PETICIONES
PADRE NUESTRO con Jesús
y María
CANTAMOS
Danos
un corazón grande para amar,
danos
un corazón fuerte para luchar.
1.
Hombres nuevos, creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad;
hombres
nuevos que viven la existencia,
como
riesgo de un largo caminar.
2. Hombres nuevos luchando en esperanza,
caminantes
sedientos de verdad.
Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas,
hombres
libres que exigen libertad.
3.
Hombres nuevos, amando sin fronteras,
por
encima de razas y lugar.
Hombres nuevos, al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan....