viernes, 3 de junio de 2016

ORACIÓN 05-06-16




  


GUÍA: Vamos caminando en el año. La liturgia nos acompaña. Padre, estamos aquí. Nos llamas a la oración y queremos entrar en el interior para silenciar todo y estar contigo. Jesús acompáñanos y danos tus sentimientos de Hijo. Espíritu Santo, ilumina nuestra mente, transforma nuestro corazón, conviértenos a Tí.  La semana está finalizando. Te ofrecemos todo lo que ha ido envolviendo y tocando nuestra vida. Ahora danos la capacidad de encontrarte y oír tu Palabra.
Hacemos SILENCIO DE CONCENTRACIÓN EN LO QUE HACEMOS. SILENCIO CREYENTE.

Del primer libro de los Reyes:

En aquellos días, cayó enfermo el hijo de la señora de la casa. La enfermedad era tan grave que se quedó sin respiración. Entonces la mujer dijo a Elías: «¿Qué tienes tú que ver conmigo? ¿Has venido a mi casa para avivar el recuerdo de mis culpas y hacer morir a mi hijo?» Elías respondió: «Dame a tu hijo.» Y, tomándolo de su regazo, lo subió a la habitación donde él dormía y lo acostó en su cama. Luego invocó al Señor: «Señor, Dios mío, ¿también a esta viuda que me hospeda la vas a castigar, haciendo morir a su hijo?» Después se echó tres veces sobre el niño, invocando al Señor: «Señor, Dios mío, que vuelva al niño la respiración.» El Señor escuchó la súplica de Elías: al niño le volvió la respiración y revivió. Elías tomó al niño, lo llevó al piso bajo y se lo entregó a su madre, diciendo: «Mira, tu hijo está vivo.» Entonces la mujer dijo a Elías: «Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad.»

GUÍA: Elías se encuentra en apuros. Se dirige a Dios con fe y con miedo de no ser escuchado. Pero vence la fe y el niño es curado. La madre reconoce al profeta y al Dios de Israel. A veces podemos estar en el límite. Nos parece que todo falla. Dios siempre  está ahí y estimula nuestra fe. En la duda, en el dolor Él nos acompaña. Confiemos y sigamos firmes en la fe. Aunque no veamos los resultados. SILENCIO DE FE, DE CONFIANZA Y SEGURIDAD.

 De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas:

Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.
Habéis oído hablar de mi conducta pasada en él judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas, y me quedé quince días con él.
Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor.
GUÍA: Pablo se comunica con los Gálatas. Está convencido de que recibió la revelación de Jesucristo. Dios se digno revelar a su Hijo en él. Reconoce la acción de Dios en el proceso de su fe. Echemos una mirada al cómo hemos ido evolucionando nosotros, en esa fe en Jesús, en el Padre y en el Espíritu. Es una mirada pacificadora y que nos indica los pasos que vamos dando y dónde estamos. Acojamos el don de Dios y compartámoslo. Pablo se entrega totalmente.  ¿Cuál es nuestra forma de hacerlo? En SILENCIO dialogamos con Jesús y le escuchamos. Le pedimos aumenta nuestra fe.
 Del evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.


GUÍA: Vemos el dolor de la madre. Jesús se conmueve. Muchacho, levántate. Y todos daban gloria a Dios. ¿Hemos visto dar gloria a Dios desde los corazones favorecidos y confiados? ¿Descubrimos esa acción de Dios cerca de nosotros? 

En SILENCIO, Recorremos momentos en que nos sentimos agradecidos y en los que nuestra fe se  ha fortalecido. Alabamos a Dios por su misericordia.

En la paz del corazón, AGRADECEMOS, OFRECEMOS.

INVOCAMOS a María como Madre.

PADRE NUESTRO con Jesús y todas las personas del mundo.


CANTAMOS
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
Espíritu Santo ven ven,
En el nombre del señor
 
Acompáñame ilumíname 
toda la vida
Acompáñame ilumíname
Espíritu Santo, ven, ven
 
Alcemos los brazos al cielo
Alcemos los brazos al cielo
Y pidámosle a Dios
su paz su gracia y su perdón
 Y pidámosle a Dios
 su paz su gracia y su perdón.
 
Espíritu Santo ven ven,
En el nombre del Señor
Espíritu Santo ven ven.


9 comentarios:

  1. La vida es un regalo de Dios. Cada día, agradecemos el privilegio de ser vivientes.

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  2. Es verdad, somos privilegiados por este don de la vida. Sembremos esperanza para que todos los vivientes nos sintamos agradecidos y la usemos confiando en el poder y misericordia de Dios que nos acompaña.

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  3. " me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí" Abrir nuestra vida al Espíritu de Dios nos ayuda a reconocerle en su camino con nosotros. Va revelando al Hijo en nosotros. Gracias, Padre.

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  4. "Espíritu Santo ven ven, En el nombre del señor" Tu Espíritu nos llena de paz, nos fortalece en la fe y nos conforta en la esperanza. Cambia nuestro corazón y haz que caminemos hacia Tí.

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  5. "Dios ha visitado a su pueblo" Aquellos hombres y mujeres lo aclamaban así. También hoy hay muchas personas que pueden decirlo porque lo ven presente en sus vidas. Cada día preguntémonos cómo ha pasado Dios hoy por mi, cómo me ha visitado. Agradezcamos su presencia y escuchemos atentamente su voz.

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  6. «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!»A veces necesitamos la voz de Jesús que nos dice "levánte". Si confiamos en Él, seguro que podremos levantarnos, volver a la vida con energía y llevar a otros la alegría de esa vida de Dios que hemos recibido y que nuestros talentos den fruto abundante. La Eucaristía recibida con verdad y amor cada día, nos dice el "levántate" que necesitamos.

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  7. «No llores.» Le dice Jesús a la madre del joven. Y le devuelve al hijo vivo. Responder a las necesidades de cada persona, pasa por la compasión y llega a ser eficaz aportando lo que cada uno puede. Pedimos por tantas necesidades que hay en el mundo y procuramos ofrecer nuestra respuesta personal.

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  8. "Que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel" La confianza de Elías, en Dios, es grande y le pide que se manifieste como Dios de Israel. Nuestra fe también puede llegar a fiarnos del Dios que nos salva a pesar de nuestra indeferencia. Padre, aquí estamos y nuestros problemas son grandes. Alivia nuestras situaciones. Confiamos en Tí.

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  9. "Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios" La acción de Dios se manifiesta de muchas maneras. ¿Cómo nos llega a nosotros? ¿Damos gloria a Dios por su acción en nuestra vida y a nuestro alrededor? Jesús, actúa en nuestro mundo, en nosotros. Que te descubramos presente en los hechos de la vida y demos gloria a Dios, Padre. Que colaboremos, que sembremos gestos de amor y darán fruto.

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