viernes, 20 de julio de 2018

"LE DIO LÁSTIMA"


REZA Y COMPARTE
GUÍA DE ORACIÓN 22-07-18
GUÍA: Aquí estamos, Señor. Un sitio tranquilo donde tú te manifiestas, nos acompañas y escuchas nuestro corazón. También queremos escucharte y seguir tu voz. Gracias, Padre, por tu presencia y encuentro. Gracias, porque cuidas de tus hijos y los animas en el bien. Con Jesús y con el Espíritu, te alabamos, te adoramos con toda la humanidad. Te necesitamos y damos gracias. SILENCIO DE ENCUENTRO, ESCUCHA Y ALABANZA
Del libro de Jeremías (23,1-6):

Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño –oráculo del Señor–.
Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones –oráculo del Señor–. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá –oráculo del Señor–. Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia.»

GUÍA: Dispersasteis a mis ovejas. Dios se queja de los pastores que no hacen bien su encargo. El mismo Señor reunirá a las ovejas y no dejará que ninguna se pierda.
Cada persona tiene alguna responsabilidad de los otros. Como a Caín se nos puede  preguntar dónde está tu hermano. Analizamos nuestros comportamientos y actitudes, para cuidar el rebaño de Dios. SILENCIO DE ANÁLISIS Y COMPROMISO.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,13-18):

Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

GUÍA: Estáis en Cristo Jesús. Él ha hecho de dos pueblos,  uno solo. Ha creado un solo hombre nuevo. Nuevo en la paz y en la reconciliación. Podemos acercarnos al Padre con el mismo Espíritu. Hagamos nuestras estas palabras. Que calen en nuestro corazón y sintamos la paz y la cercanía de Dios. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE UNIÓN AL PADRE Y DE ACCIÓN DE GRACIAS.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
GUÍA: Volvieron de sus trabajos de predicación. Jesús invita a los apóstoles a descansar en un lugar tranquilo. Se va con ellos, pero la gente se les adelanta. Y Jesús ve a todos como ovejas sin pastor. Le da lástima.
Si extiende su mirada hoy, ¿qué dirá de nuestro mundo, de  nuestra gente, de nosotros? Hablemos con él y pidamos energía, confianza y fe para compartirla entre todos. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, ESCUCHA Y ENTREGA
SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN, UNA FRASE NOS AYUDARÁ.
ESCUCHAMOS, PEDIMOS, OFRECEMOS.
INVOCAMOS A MARÍA, MADRE GENEROSA Y COMPASIVA.
NOS DIRIGIMOS AL PADRE UNIDOS A JESÚS: PADRE NUESTRO
CANTAMOS
El Señor es mi pastor, nada me falta: / en verdes praderas me hace recostar; / me conduce hacia fuentes tranquilas / y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre. / Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas conmigo: / tu vara y tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la cabeza con perfume, / y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida, / y habitaré en la casa del Señor / por años sin término. R.

martes, 17 de julio de 2018

ALEGRÍA DEL AMOR 14


REZA Y COMPARTE

PAPA FRANCISCO

Capítulo tercero

LA MIRADA PUESTA EN JESÚS: VOCACIÓN DE LA FAMILIA
Semillas del Verbo y situaciones imperfectas
76. «El Evangelio de la familia alimenta también estas semillas que todavía esperan madurar, y tiene que hacerse cargo de los árboles que han perdido vitalidad y necesitan que no se les descuide»[73], de manera que, partiendo del don de Cristo en el sacramento, «sean conducidos pacientemente más allá hasta llegar a un conocimiento más rico y a una integración más plena de este misterio en su vida»[74].

77. Asumiendo la enseñanza bíblica, según la cual todo fue creado por Cristo y para Cristo (cf. Col 1,16), los Padres sinodales recordaron que «el orden de la redención ilumina y cumple el de la creación. El matrimonio natural, por lo tanto, se comprende plenamente a la luz de su cumplimiento sacramental: sólo fijando la mirada en Cristo se conoce profundamente la verdad de las relaciones humanas. “En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado [...] Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (Gaudium et spes, 22). Resulta particularmente oportuno comprender en clave cristocéntrica [...] el bien de los cónyuges (bonum coniugum[75], que incluye la unidad, la apertura a la vida, la fidelidad y la indisolubilidad, y dentro del matrimonio cristiano también la ayuda mutua en el camino hacia la más plena amistad con el Señor. «El discernimiento de la presencia de los semina Verbi en las otras culturas (cf. Ad gentes divinitus, 11) también se puede aplicar a la realidad matrimonial y familiar. Fuera del verdadero matrimonio natural también hay elementos positivos en las formas matrimoniales de otras tradiciones religiosas»[76], aunque tampoco falten las sombras. Podemos decir que «toda persona que quiera traer a este mundo una familia, que enseñe a los niños a alegrarse por cada acción que tenga como propósito vencer el mal —una familia que muestra que el Espíritu está vivo y actuante— encontrará gratitud y estima, no importando el pueblo, o la religión o la región a la que pertenezca»[77].

78. «La mirada de Cristo, cuya luz alumbra a todo hombre (cf. Jn 1,9; Gaudium et spes, 22) inspira el cuidado pastoral de la Iglesia hacia los fieles que simplemente conviven, quienes han contraído matrimonio sólo civil o los divorciados vueltos a casar. Con el enfoque de la pedagogía divina, la Iglesia mira con amor a quienes participan en su vida de modo imperfecto: pide para ellos la gracia de la conversión; les infunde valor para hacer el bien, para hacerse cargo con amor el uno del otro y para estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan [...] Cuando la unión alcanza una estabilidad notable mediante un vínculo público —y está connotada de afecto profundo, de responsabilidad por la prole, de capacidad de superar las pruebas— puede ser vista como una oportunidad para acompañar hacia el sacramento del matrimonio, allí donde sea posible»[78].

79. «Frente a situaciones difíciles y familias heridas, siempre es necesario recordar un principio general: “Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones” (Familiaris consortio, 84). El grado de responsabilidad no es igual en todos los casos, y puede haber factores que limitan la capacidad de decisión. Por lo tanto, al mismo tiempo que la doctrina se expresa con claridad, hay que evitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y hay que estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condición»[79].


80. El matrimonio es en primer lugar una «íntima comunidad conyugal de vida y amor»[80], que constituye un bien para los mismos esposos[81], y la sexualidad «está ordenada al amor conyugal del hombre y la mujer»[82]. Por eso, también «los esposos a los que Dios no ha concedido tener hijos pueden llevar una vida conyugal plena de sentido, humana y cristianamente»[83]. No obstante, esta unión está ordenada a la generación «por su propio carácter natural»[84]. El niño que llega «no viene de fuera a añadirse al amor mutuo de los esposos; brota del corazón mismo de ese don recíproco, del que es fruto y cumplimiento»[85].

 No aparece como el final de un proceso, sino que está presente desde el inicio del amor como una característica esencial que no puede ser negada sin mutilar al mismo amor. Desde el comienzo, el amor rechaza todo impulso de cerrarse en sí mismo, y se abre a una fecundidad que lo prolonga más allá de su propia existencia. Entonces, ningún acto genital de los esposos puede negar este significado[86], aunque por diversas razones no siempre pueda de hecho engendrar una nueva vida.

81. El hijo reclama nacer de ese amor, y no de cualquier manera, ya que él «no es un derecho sino un don»[87], que es «el fruto del acto específico del amor conyugal de sus padres»[88]. Porque «según el orden de la creación, el amor conyugal entre un hombre y una mujer y la transmisión de la vida están ordenados recíprocamente (cf. Gn 1,27-28). De esta manera, el Creador hizo al hombre y a la mujer partícipes de la obra de su creación y, al mismo tiempo, los hizo instrumentos de su amor, confiando a su responsabilidad el futuro de la humanidad a través de la transmisión de la vida humana»[89].
82. Los Padres sinodales han mencionado que «no es difícil constatar que se está difundiendo una mentalidad que reduce la generación de la vida a una variable de los proyectos individuales o de los cónyuges»[90]. La enseñanza de la Iglesia «ayuda a vivir de manera armoniosa y consciente la comunión entre los cónyuges, en todas sus dimensiones, junto a la responsabilidad generativa. Es preciso redescubrir el mensaje de la Encíclica Humanae vitae de Pablo VI, que hace hincapié en la necesidad de respetar la dignidad de la persona en la valoración moral de los métodos de regulación de la natalidad [...] La opción de la adopción y de la acogida expresa una fecundidad particular de la experiencia conyugal»[91]. Con particular gratitud, la Iglesia «sostiene a las familias que acogen, educan y rodean con su afecto a los hijos diversamente hábiles»[92].

83. En este contexto, no puedo dejar de decir que, si la familia es el santuario de la vida, el lugar donde la vida es engendrada y cuidada, constituye una contradicción lacerante que se convierta en el lugar donde la vida es negada y destrozada. Es tan grande el valor de una vida humana, y es tan inalienable el derecho a la vida del niño inocente que crece en el seno de su madre, que de ningún modo se puede plantear como un derecho sobre el propio cuerpo la posibilidad de tomar decisiones con respecto a esa vida, que es un fin en sí misma y que nunca puede ser un objeto de dominio de otro ser humano. La familia protege la vida en todas sus etapas y también en su ocaso. Por eso, «a quienes trabajan en las estructuras sanitarias se les recuerda la obligación moral de la objeción de conciencia. Del mismo modo, la Iglesia no sólo siente la urgencia de afirmar el derecho a la muerte natural, evitando el ensañamiento terapéutico y la eutanasia», sino también «rechaza con firmeza la pena de muerte»[93].
84. Los Padres quisieron enfatizar también que «uno de los desafíos fundamentales frente al que se encuentran las familias de hoy es seguramente el desafío educativo, todavía más arduo y complejo a causa de la realidad cultural actual y de la gran influencia de los medios de comunicación»[94]. «La Iglesia desempeña un rol precioso de apoyo a las familias, partiendo de la iniciación cristiana, a través de comunidades acogedoras»[95]. Pero me parece muy importante recordar que la educación integral de los hijos es «obligación gravísima», a la vez que «derecho primario» de los padres[96].

 No es sólo una carga o un peso, sino también un derecho esencial e insustituible que están llamados a defender y que nadie debería pretender quitarles. El Estado ofrece un servicio educativo de manera subsidiaria, acompañando la función indelegable de los padres, que tienen derecho a poder elegir con libertad el tipo de educación —accesible y de calidad— que quieran dar a sus hijos según sus convicciones. La escuela no sustituye a los padres sino que los complementa. Este es un principio básico: «Cualquier otro colaborador en el proceso educativo debe actuar en nombre de los padres, con su consenso y, en cierta medida, incluso por encargo suyo»[97]. Pero «se ha abierto una brecha entre familia y sociedad, entre familia y escuela, el pacto educativo hoy se ha roto; y así, la alianza educativa de la sociedad con la familia ha entrado en crisis»[98].
85. La Iglesia está llamada a colaborar, con una acción pastoral adecuada, para que los propios padres puedan cumplir con su misión educativa. Siempre debe hacerlo ayudándoles a valorar su propia función, y a reconocer que quienes han recibido el sacramento del matrimonio se convierten en verdaderos ministros educativos, porque cuando forman a sus hijos edifican la Iglesia[99], y al hacerlo aceptan una vocación que Dios les propone[100].
ACCIÓN:

VER: lo que dice. Entresaca algunas ideas que te gustan y te parecen importantes.

JUZGAR: ¿Qué piensas de ello, y cómo se viven hoy esas ideas o relaciones?
 
ACTUAR: ¿Cómo vivir en la familia el valor del sacramento?

Comparte alguna idea en los comentarios y envía un mensaje. Puede favorecer el diálogo.




viernes, 13 de julio de 2018

"PROFETIZA A MI PUEBLO"



REZA Y COMPARTE

"PROFETIZA A MI PUEBLO"

GUÍA DE ORACIÓN 15-07-18

GUÍA:  Ha pasado la semana, hemos conectado con Dios en la oración. Ahora estamos ante ti, Padre Dios, Hijo Jesús, Espíritu Santo. El silencio de tu templo, de la naturaleza. de nuestro ser,  nos atrae y acerca a tu palabra. ¿Qué queremos decirte? ¿Qué mensaje  traemos de   nuestro mundo, de nuestros compañeros y compañeras? ¿Qué experiencia tenemos de tu presencia y cercanía? ¿Qué interrogantes se nos presentan? Pedimos al Espíritu nos ayude y actúe en nosotros. SILENCIO DE CONFRONTACIÓN, BÚSQUEDA, PRESENCIA

Lectura de la profecía de Amós (7,12-15):

En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.»
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel."»

GUÍA: Profetiza puede significar: Cumple, sé mi portavoz, habla al pueblo en mi nombre. En nuestro interior escuchamos ese ¡profetiza!. En silencio, nos encontramos con Dios que nos llama, nos envía y que se une a nosotros para ser salvación, liberación, compromiso. Cada día un paso en este camino que une el cielo y la tierra.

Amós ha oído al Señor. Quieren hacerle callar pero él sigue escuchando al Señor. Es enviado con fuerza irresistible. ¿Cuál es nuestra experiencia de escucha?  SILENCIO DE ENCUENTRO, DE APERTURA, DE FIDELIDAD.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,3-14):

Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.

GUÍA: Nos eligió en la persona de Cristo, para que seamos santos e irreprochables ante él por el amor. Elegidos … para ser santos. Hemos de reconocer esa elección. Pedimos su gracia para crecer como personas. Dejamos que la Palabra entre en nuestro interior y vaya haciendo realidad su don en nosotros. SILENCIO    DE  ACOGIDA, DE VERDAD, DE PETICIÓN.


Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13):

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.


GUÍA: “ Profetiza”, escuchó Amós.  Jesús prepara a los Doce para predicar, los envía de dos en dos. Les daba autoridad sobre los espíritus inmundos. Acogemos esta preparación para ser testigos del Evangelio. No dejemos que se olviden las palabras y los compromisos del Bautismo, de la Comunión, Confirmación. Hablamos con Jesús sobre nuestros deseos y los suyos. SILENCIO DE ESCUCHA, DE RENOVACIÓN DE NUESTROS PROPÓSITOS, DE PAZ.

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN, RECORDAMOS UNA FRASE

ACOGEMOS, OFRECEMOS, DAMOS GRACIAS

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS:PADRE NUESTRO

CANTAMOS               Autor: Emilio Vicente Matéu

1. Has recibido un destino de otra palabra más fuerte:
es tu misión ser profeta, palabra de Dios viviente.
Tú irás llevando a luz en una entrega perenne,
que tu voz es voz de Dios y la voz de Dios no duerme.

VE POR EL MUNDO, GRITA A LA GENTE
QUE EL AMOR DE DIOS NO ACABA,
NI LA VOZ DE DIOS SE PIERDE.
VE POR EL MUNDO, GRITA A LA GENTE
QUE EL AMOR DE DIOS NO ACABA,
NI LA VOZ DE DIOS SE PIERDE.

2. Sigue tu rumbo, profeta, sobre la arena caliente,
sigue sembrando en el mundo
que el fruto se hará presente.
No temas si nuestra fe ante tu voz se detiene
porque huímos del dolor y la voz de Dios nos duele.

3. Sigue cantando, profeta, cantos de vida o de muerte,
sigue anunciando a los hombres
que el Reino de Dios se viene.
No callarán esa voz y a nadie puedes temerle,
que tu voz viene de Dios y la voz de Dios no muere.

https://www.youtube.com/watch?v=PBD7E5U_5xs
 







martes, 10 de julio de 2018

POESÍA: HUMANIZAR LA HUMANIDAD



  REZA Y COMPARTE 
POESÍA

  Humanizar la humanidad

Vivimos acelerados,
cada día un poco más,
no hay tiempo de hablar con nadie,
y se vive en soledad.
No hay tiempo para los padres
que mayores se hallan ya,
¡cuántos hay viviendo solos,
esperando una visita!
¿llegará al atardecer,
o quizás vendrá mañana?

¿Qué te dice la  palabra,
de quien vive en soledad?
¿qué te dice su silencio,
cuando ya no puede hablar?
Un robot no puede hacerlo
es  máquina y nada más,
carece de sentimientos,
su misión no es la de amar.

Jesús nos sale al camino
y nos habla al corazón,
nos dice aquello que importa
y  que nos pueden ayudar,
a mejorar nuestra vida
junto a la de los demás.
Será la mejor manera
de humanizar, la Humanidad.
María


¿QUÉ VEMOS?

Acelerados, soledad, palabra, Jesús.

Sentimientos que representan acciones, situaciones  y una respuesta para humanizar la humanidad.

Haz un comentario con lo que te sugiere. Será bonito.







viernes, 6 de julio de 2018

HUBO UN HOMBRE PROFETA



 
REZA Y COMPARTE

HUBO  UN  HOMBRE  PROFETA

GUÍA DE ORACIÓN 08-07-18

GUÍA: La oración nos habla de Dios, el profeta y el pueblo. En nuestro interior, nos dirigimos a Dios  Padre, Hijo y Espíritu.




¿Cuáles son nuestros sentimientos? Pedimos luz, presencia, verdad. Dejamos que nuestras palabras expresen lo que siente el corazón y la fe.  Escuchemos qué nos hace sentir el Padre, qué nos comunica Jesús, Palabra del Padre, el Hijo;  cómo se hace presente el  Espíritu. SILENCIO DE PRESENCIA, RECONOCIMIENTO, ESCUCHA

De la profecía de Ezequiel (2,2-5):

En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía: «Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envío para que les digas: "Esto dice el Señor." Ellos, te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos.»

 GUÍA: “Sabrán que hubo un profeta en medio  de ellos”. Dios se manifestó por medio de hombres y mujeres. Dios y el profeta llaman a la conversión. El pueblo ha de reconocer esta llamada y reconocer al Dios vivo, recibir su anuncio y transformar la propia vida, según los mandatos dados.
El Espíritu de Dios entra en el profeta y le envía al pueblo de Dios.
Estamos aquí, ante el Dios vivo. Recibimos también su palabra como parte de ese pueblo que ha de convertirse.
La recibimos como profeta enviado. Todos somos pueblo y somos enviados. ¿Qué podemos decir o hacer en cada uno de los dos casos? SILENCIO DE TOMA DE CONCIENCIA, DE CONVERSIÓN, DE ENVÍO

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,7b-10):

Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.» Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

GUÍA: San Pablo, gran anunciador del Evangelio, siente en sí la fuerza de Cristo y la debilidad experimentada cada día.  Fuerza de Dios y negatividad de la persona: su gente, relaciones y vida personal. Todo un reflejo del campo en que se mueve. Pero la fuerza de Cristo habita en él. Confía: Te basta mi gracia.
Nuestra vida de fe y de Evangelio, posiblemente, se vea reflejada aquí. Escuchamos y confiamos. SILENCIO DE ATENCIÓN, IDENTIFICACIÓN, CONFIANZA.


Del santo evangelio según san Marcos (6,1-6):

En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?»
Y esto les resultaba escandaloso.
Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.»
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

 GUÍA: Jesús ve que desconfían de él.  Visualizamos: No puede hacer milagros, por su falta de fe. Sigue curando y enseñando.
Analizamos nuestra vida, nuestra  situación de fe, de escucha, en lo que se refiere a la relación con Jesús, en nuestra respuesta y aceptación de su palabra. SILENCIO DE ANÁLISIS, ACEPTACIÓN, RESPUESTA.

¿CON QUÉ NOS QUEDAMOS? UNA FRASE PARA RECORDARLO.

AGRADECEMOS, OFRECEMOS, PEDIMOS, ALABAMOS

INVOCAMOS A MARÍA AUXILIADORA DE LA HUMANIDAD

NOS DIRIGIMOS AL PADRE JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO

CANTAMOS: El viñador

1. Por los caminos sedientos de luz,
levantándose antes que el sol,
hacia los campos que lejos están
muy temprano se va el viñador.

No se detiene en su caminar
No le asusta la sed ni el calor.
Hay una viña que quiere cuidar
Una viña que es todo su amor

DIOS ES TU AMIGO, EL VIÑADOR
EL QUE TE CUIDA DE SOL A SOL
DIOS ES TU AMIGO, EL VIÑADOR
EL QUE TE PIDE FRUTOS DE AMOR

2. Él te protege con un valladar
Levantado en tu derredor
Quita del alma las piedras del mal
Y ha elegido la cepa mejor

Limpia los surcos con todo su afán
Y los riega con sangre y sudor
Dime si puede hacer algo más
Por su viña el viñador. [ESTRIBILLO]

3. Por los caminos sedientos de luz
Levantándose antes que el sol
Hacia los campos que lejos están
Muy temprano se va el viñador

Sólo racimos de amargo sabor
Ha encontrado en tu corazón
Dime si puede hacer algo más
Por su viña el viñador.[ESTRIBILLO]