viernes, 11 de octubre de 2019

¡GRACIAS!



REZA Y COMPARTE

¡GRACIAS!

GUÍA DE ORACIÓN 13-10-19

GUÍA: Gracias, Padre, que miras nuestras heridas y las sanas, nos liberas de ellas. Gracias, Padre, por  la salvación y la libertad frente a toda esclavitud. Nos sentimos curados y queremos dar las gracias por ello. Líbranos del mal y danos un corazón nuevo. Espíritu Santo, ilumina nuestra mente y calienta nuestro corazón para que esta oración sea como tú quieres. SILENCIO DE FE, DE PETICIÓN, DE GRACIAS.

 Del segundo libro de los Reyes (5,14-17):
EN aquellos días, el sirio Naamán bajó y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra de Eliseo, el hombre de Dios, Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio de su lepra.
Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel. Recibe, pues, un presente de tu siervo».
Pero Eliseo respondió:
«Vive el Señor ante quien sirvo, que no he de aceptar nada».
Y le insistió en que aceptase, pero él rehusó.
Naamán dijo entonces:
«Que al menos le den a tu siervo tierra del país, la carga de un par de mulos, porque tu servidor no ofrecerá ya holocausto ni sacrificio a otros dioses más que al Señor».

GUÍA: Naamán bajó al Jordán para lavarse, como le había dicho Eliseo. Obedece y en su obediencia es curado. Reconoce al Dios de Israel. No quiere ya adorar a otros dioses. Agradecido vuelve hasta Eliseo. Nos unimos a la escena. Reconocemos nuestra culpa y pedimos la curación. Acogemos la salud, la salvación y alzamos nuestra ofrenda agradecida. SILENCIO DE PERDÓN, DE CONFIANZA, DE OBEDIENCIIA.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,8-13):

Querido hermano:
Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre ¡os muertos, nacido del linaje de David, según mi evangelio, por el que padezco hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.
Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús.
Es palabra digna de crédito: Pues si morimos con él, también viviremos con él;
si perseveramos, también reinaremos con él;
si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel,
porque no puede negarse a sí mismo.

GUÍA: Acuérdate de Jesucristo, el Señor. La Palabra de Dios no está encadenada. Él nos libera de la muerte y nos da la salvación. Si morimos con él, viviremos con él. Cuida, Jesús, nuestra cercanía y únenos a ti, para una nueva vida. Lo reflexionamos y ofrecemos todo lo que nos separa de ti y tu nueva vida. SILENCIO DE AMISTAD, COMPROMETIDO Y FIEL.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,11-19):

Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».
Al verlos, les dijo:
«Id a presentaros a los sacerdotes».
Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.
Este era un samaritano.
Jesús, tomó la palabra y dijo:
«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».
Y le dijo:
«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

GUÍA: Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros. Te lo decimos con los leprosos que piden compasión. También tienes compasión hoy y limpias nuestra lepra. Que sepamos ser agradecidos al sentirnos curados. Que volvamos a Jesús y nos unamos a su camino. Que nuestra fe nos lleve a proclamarlo como salvador. SILENCIO DE ACOGIDA, DE LIBERACIÓN, DE UNIÓN.

SINTETIZAMOS LA ORACIÓN: UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDAR.

PROLONGAMOS NUESTROS SENTIMIENTOS: FE, AMOR, PERDÓN, GRACIAS, EMPEÑO.

INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE Y MAESTRA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE, CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS:
1. Si miro al cielo o miro al mar,
si observo en mi interior, si atento estoy,
si sé escuchar, podré sentir tu voz.
¿Dónde está la razón?
¿Dónde está la fuerza misteriosa que nos da su calor?
La respuesta es el amor.
2. Si veo a un hombre en su dolor
sabiendo sonreir,
sufriendo en él te veo a ti,
y quiero ser mejor.
3. Si veo la mirada azul
de un alma sin maldad,
yo sé que Tú en ella estás,
me miras, Tú, Jesús.
4. Aquel te ofrece su cantar,
y éste su dolor.
El joven su ilusión de amar
y el niño su candor.
5. Si un hombre lucha sin cesar
sirviendo a los demás,
latiendo en él la fuerza está:
tu Espíritu la da.
https://www.youtube.com/watch?v=OcXocsczzOM




martes, 8 de octubre de 2019

PAPA FRANCISCO: MISIONES 2, 19


REZA Y COMPARTE

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2019
Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo
Fragmento 2
La Iglesia está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las
cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los

horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente; la caridad, que
pregustamos en los sacramentos y en el amor fraterno, nos conduce hasta los confines de la
tierra (cf. Mi 5,3; Mt 28,19; Hch 1,8; Rm 10,18). Una Iglesia en salida hasta los últimos confines
exige una conversión misionera constante y permanente. Cuántos santos, cuántas mujeres y
hombres de fe nos dan testimonio, nos muestran que es posible y realizable esta apertura
ilimitada, esta salida misericordiosa, como impulso urgente del amor y como fruto de su intrínseca
lógica de don, de sacrificio y de gratuidad (cf. 2 Co 5,14-21). Porque ha de ser hombre de Dios
quien a Dios tiene que predicar (cf. Carta apost. Maximum illud).
Es un mandato que nos toca de cerca: yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión;
todo bautizado y bautizada es una misión. Quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo,
es atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida. Para el amor de Dios nadie es
inútil e insignificante. Cada uno de nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor
de Dios. Aun cuando mi padre y mi madre hubieran traicionado el amor con la mentira, el odio y la
infidelidad, Dios nunca renuncia al don de la vida, sino que destina a todos sus hijos, desde
siempre, a su vida divina y eterna (cf. Ef 1,3-6).
Esta vida se nos comunica en el bautismo, que nos da la fe en Jesucristo vencedor del pecado y
de la muerte, nos regenera a imagen y semejanza de Dios y nos introduce en el cuerpo de Cristo
que es la Iglesia. En este sentido, el bautismo es realmente necesario para la salvación porque

nos garantiza que somos hijos e hijas en la casa del Padre, siempre y en todas partes, nunca
huérfanos, extranjeros o esclavos. Lo que en el cristiano es realidad sacramental cuyo
cumplimiento es la eucaristía, permanece como vocación y destino para todo hombre y mujer
que espera la conversión y la salvación. De hecho, el bautismo es cumplimiento de la promesa
del don divino que hace al ser humano hijo en el Hijo. Somos hijos de nuestros padres naturales,
pero en el bautismo se nos da la paternidad originaria y la maternidad verdadera: no puede tener
a Dios como padre quien no tiene a la Iglesia como madre (cf. San Cipriano, La unidad de la
Iglesia católica, 4).
Así, nuestra misión radica en la paternidad de Dios y en la maternidad de la Iglesia, porque el
envío manifestado por Jesús en el mandato pascual es inherente al bautismo: como el Padre me
ha enviado así también os envío yo, llenos del Espíritu Santo para la reconciliación del mundo (cf.
Jn 20,19-23; Mt 28,16-20). Este envío compete al cristiano, para que a nadie le falte el anuncio de
su vocación a hijo adoptivo, la certeza de su dignidad personal y del valor intrínseco de toda vida
humana desde su concepción hasta la muerte natural. El secularismo creciente, cuando se hace
rechazo positivo y cultural de la activa paternidad de Dios en nuestra historia, impide toda
auténtica fraternidad universal, que se expresa en el respeto recíproco de la vida de cada uno.
Sin el Dios de Jesucristo, toda diferencia se reduce a una amenaza infernal haciendo imposible
cualquier acogida fraterna y la unidad fecunda del género humano.
2
El destino universal de la salvación ofrecida por Dios en Jesucristo condujo a Benedicto XV a
exigir la superación de toda clausura nacionalista y etnocéntrica, de toda mezcla del anuncio del
Evangelio con las potencias coloniales, con sus intereses económicos y militares. En su Carta
apostólica Maximum illud, el Papa recordaba que la universalidad divina de la misión de la Iglesia
exige la salida de una pertenencia exclusiva a la propia patria y a la propia etnia.
 La apertura de la

cultura y de la comunidad a la novedad salvífica de Jesucristo requiere la superación de toda
introversión étnica y eclesial impropia. También hoy la Iglesia sigue necesitando hombres y
mujeres que, en virtud de su bautismo, respondan generosamente a la llamada a salir de su
propia casa, su propia familia, su propia patria, su propia lengua, su propia Iglesia local. Ellos son
enviados a las gentes en el mundo que aún no está transfigurado por los sacramentos de
Jesucristo y de su santa Iglesia. Anunciando la Palabra de Dios, testimoniando el Evangelio y
celebrando la vida del Espíritu llaman a la conversión, bautizan y ofrecen la salvación cristiana en
el respeto de la libertad personal de cada uno, en diálogo con las culturas y las religiones de los
pueblos donde son enviados. La missio ad gentes, siempre necesaria en la Iglesia, contribuye así
de manera fundamental al proceso de conversión permanente de todos los cristianos. La fe en la
pascua de Jesús, el envío eclesial bautismal, la salida geográfica y cultural de sí y del propio
hogar, la necesidad de salvación del pecado y la liberación del mal personal
REFLEXIÓN:
 De la lectura de este fragmento vamos sacando algunas conclusiones:
Envío, conversión, cumplimiento de la promesa, apertura, salvación, liberación. Con estas palabras entramos en la misión que Dios quiere para el ser humano.
 ¿Cuál es nuestra respuesta?



lunes, 7 de octubre de 2019

SEMILLAS SEPTIEMBRE 19

CONSULTA

REZA Y COMPARTE
SEMILLAS SEPTIEMBRE 19

Gracias a los que participáis en los comentarios- Semillas. Repasa algunos y únete a su oración. Son pequeñas dosis de Palabra de Dios, reflexión, oración. Te pueden ayudar para acercarte a Dios a lo largo del día. ¿Haces la prueba?

Domingo y Eucaristía van unidos para el cristiano. Jesús se ofrece al Padre por la salvación de todos sus hermanos y da gloria al Padre, en el Espíritu. Su resurrección sigue actuando en nosotros/as. Alegría para ti y los tuyos.
2.            Rosa Roja2 de septiembre de 2019, 6:00
"El Espíritu de Dios está sobre mí" Esta Palabra se ha cumplido hoy, dice Jesús. Nos unimos a su constatación: Se ha cumplido. Qué maravilla su verdad en Jesús.
De San Gregorio Magno se ha dicho: "Contemplaba constantemente el amor de Dios a sus criaturas". Hacemos algún ejercicio en esta práctica. Realmente nos acercará a Dios y a los hermanos tan amados por él.
4.            Rosa Azul4 de septiembre de 2019, 5:22
Le traían los enfermos para que los curara. Jesús ponía su mano sobre ellos y los iba curando. Muchas veces vamos a Jesús con dolencias y males. Él los toca, y va transformándolos, y transformándonos. Nos cura la vida, y el corazón. La oración es una forma de llegar a él. Aumenta nuestra fe, Señor.
5.            Rosa Azul4 de septiembre de 2019, 5:31
Acompañamos al Papa en su viaje a África. Rezamos para que el Padre bendiga su trabajo y dé fruto abundante.
"Hemos bregado toda la noche y no hemos cogido nada... pero en tu nombre echaré las redes" Lo dice Pedro y lograron una gran redada de peces. Nos hace pensar en nosotros, nuestros trabajos. Digamos con Pedro:"En tu nombre echaré las redes". Avivemos la fe, la confianza. Jesús sigue actuando.
"Para el vino nuevo, odres nuevos". Que seamos odres nuevos para el vino nuevo de Dios. Él sabe transformarlos para una vida nueva.
8.            Rosa Roja7 de septiembre de 2019, 3:38
"El Hijo del hombre es Señor del sábado" El Reino de Dios está por encima de todos nuestros líos. Que él nos dé libertad interior para estar y ser sus testigos en el mundo que nos toca vivir.

9.            Rosa Azul8 de septiembre de 2019, 3:21
Seguimos con el Papa, apoyamos su presencia en África y la presencia de Jesús resucitado allí y en nuestro mundo. ¡Ánimo!
"De Dios viene mi salvación y mi gloria" Salmo 61 Nos unimos al salmista para reconocer el bien que Dios hace en nosotros y por nosotros. Gracias, Padre Dios. Lo compartimos con los que tenemos alrededor.
El Evangelio nos habla de la elección de los apóstoles por Jesús. Los va nombrando. Ha orado toda la noche. Luego los elige. En nuestra oración visualizamos a Jesús, en relación con el Padre. Nos sentimos llamados a su amistad, a estar con él. ¿Cómo respondemos?
"Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados". Jesús felicita a los hambrientos. Les da la seguridad de ser saciados. Pobres en el espíritu, pobres de otras maneras, seréis saciados. Sentimos nuestras pobrezas y esperamos en el Señor. Cada uno, en lo que puede, hemos de hacer que se cumpla.
Si prestáis a quienes esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis?. Nos pide gratuidad. Hacer algún ejercicio de esto nos dará libertad interior.
Exaltación de la Santa Cruz. "Elevado ... para que todo el que cree en él tenga la vida eterna" Nos unimos a toda la humanidad y adoramos al Salvador...
Tenemos cita con Jesús en la Eucaristía: Encuentro, banquete, sacrificio, ofrenda. Una gran riqueza. Nos unimos a ti, Jesús, para gloria del Padre y la salvación de los hermanos.
No el odio y la venganza, no el ojo por ojo, sino el perdón. El Padre Dios, perdona y quiere que perdonemos también nosotros. Líbranos del mal, Señor.
"No escuchasteis a Juan y tampoco al Hijo del Hombre" Nos puede pasar a nosotros. Ponemos tantas disculpas...

"Hoy voy a tu casa" y Mateo cambió su trabajo por el de pescador de hombres, con el Maestro. Lo celebramos y felicitamos su transformación. Buen día también, a los Mateos y Mateas.
Programa de domingo. ¿Tenemos un espacio para Dios que nos acaricia con la vida, con su amor, con la fe y la esperanza? En la Eucaristía cogemos fuerzas y agradecemos. Aportamos nuestros pasos y compromisos.
"Nadie enciende una luz para taparla, sino para que ilumine sobre el candelero" Las cualidades que tenemos no son para ocultarlas sino para hacerlas fructificar en favor de todos. Entre todos construimos la sociedad.
"Mi madre y mis hermanos son los que oyen la Palabra de Dios y la cumplen". Lo dice Jesús. Aviva nuestra fe y fortaleza para cumplir tus palabras.
"Los envió a predicar el reino de Dios y a curar" Esta actividad sigue viva para los cristianos. Él cura los corazones en la reconciliación y su reino se extiende por el Espíritu Santo. Acojámoslo.
Herodes oía hablar de Jesús. Se hacía preguntas y tenía ganas de conocerle personalmente. Si vamos con Jesús, que no sea sólo por curiosidad y de paso. Danos, Señor, tu luz y tu verdad, tu amor.
¿Quién dice la gente que soy yo? Nos lo dice Jesús y hemos de dar una respuesta. ¿Cuál es?
"El Hijo del hombre será entregado" Jesús lo tiene presente. Nos unimos a su dolor de entonces y al dolor de hoy en las personas tratadas de manera injusta. Cambia, Señor, nuestros corazones.

REFLEXIÓN
Ya ves, son  pequeñas semillas para regar y asimilar.
A ver si encuentran buena tierra y dan fruto abundante.
¿Te gustan? Escribe la tuya.