martes, 8 de octubre de 2019

PAPA FRANCISCO: MISIONES 2, 19


REZA Y COMPARTE

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2019
Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo
Fragmento 2
La Iglesia está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las
cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los

horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente; la caridad, que
pregustamos en los sacramentos y en el amor fraterno, nos conduce hasta los confines de la
tierra (cf. Mi 5,3; Mt 28,19; Hch 1,8; Rm 10,18). Una Iglesia en salida hasta los últimos confines
exige una conversión misionera constante y permanente. Cuántos santos, cuántas mujeres y
hombres de fe nos dan testimonio, nos muestran que es posible y realizable esta apertura
ilimitada, esta salida misericordiosa, como impulso urgente del amor y como fruto de su intrínseca
lógica de don, de sacrificio y de gratuidad (cf. 2 Co 5,14-21). Porque ha de ser hombre de Dios
quien a Dios tiene que predicar (cf. Carta apost. Maximum illud).
Es un mandato que nos toca de cerca: yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión;
todo bautizado y bautizada es una misión. Quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo,
es atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida. Para el amor de Dios nadie es
inútil e insignificante. Cada uno de nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor
de Dios. Aun cuando mi padre y mi madre hubieran traicionado el amor con la mentira, el odio y la
infidelidad, Dios nunca renuncia al don de la vida, sino que destina a todos sus hijos, desde
siempre, a su vida divina y eterna (cf. Ef 1,3-6).
Esta vida se nos comunica en el bautismo, que nos da la fe en Jesucristo vencedor del pecado y
de la muerte, nos regenera a imagen y semejanza de Dios y nos introduce en el cuerpo de Cristo
que es la Iglesia. En este sentido, el bautismo es realmente necesario para la salvación porque

nos garantiza que somos hijos e hijas en la casa del Padre, siempre y en todas partes, nunca
huérfanos, extranjeros o esclavos. Lo que en el cristiano es realidad sacramental cuyo
cumplimiento es la eucaristía, permanece como vocación y destino para todo hombre y mujer
que espera la conversión y la salvación. De hecho, el bautismo es cumplimiento de la promesa
del don divino que hace al ser humano hijo en el Hijo. Somos hijos de nuestros padres naturales,
pero en el bautismo se nos da la paternidad originaria y la maternidad verdadera: no puede tener
a Dios como padre quien no tiene a la Iglesia como madre (cf. San Cipriano, La unidad de la
Iglesia católica, 4).
Así, nuestra misión radica en la paternidad de Dios y en la maternidad de la Iglesia, porque el
envío manifestado por Jesús en el mandato pascual es inherente al bautismo: como el Padre me
ha enviado así también os envío yo, llenos del Espíritu Santo para la reconciliación del mundo (cf.
Jn 20,19-23; Mt 28,16-20). Este envío compete al cristiano, para que a nadie le falte el anuncio de
su vocación a hijo adoptivo, la certeza de su dignidad personal y del valor intrínseco de toda vida
humana desde su concepción hasta la muerte natural. El secularismo creciente, cuando se hace
rechazo positivo y cultural de la activa paternidad de Dios en nuestra historia, impide toda
auténtica fraternidad universal, que se expresa en el respeto recíproco de la vida de cada uno.
Sin el Dios de Jesucristo, toda diferencia se reduce a una amenaza infernal haciendo imposible
cualquier acogida fraterna y la unidad fecunda del género humano.
2
El destino universal de la salvación ofrecida por Dios en Jesucristo condujo a Benedicto XV a
exigir la superación de toda clausura nacionalista y etnocéntrica, de toda mezcla del anuncio del
Evangelio con las potencias coloniales, con sus intereses económicos y militares. En su Carta
apostólica Maximum illud, el Papa recordaba que la universalidad divina de la misión de la Iglesia
exige la salida de una pertenencia exclusiva a la propia patria y a la propia etnia.
 La apertura de la

cultura y de la comunidad a la novedad salvífica de Jesucristo requiere la superación de toda
introversión étnica y eclesial impropia. También hoy la Iglesia sigue necesitando hombres y
mujeres que, en virtud de su bautismo, respondan generosamente a la llamada a salir de su
propia casa, su propia familia, su propia patria, su propia lengua, su propia Iglesia local. Ellos son
enviados a las gentes en el mundo que aún no está transfigurado por los sacramentos de
Jesucristo y de su santa Iglesia. Anunciando la Palabra de Dios, testimoniando el Evangelio y
celebrando la vida del Espíritu llaman a la conversión, bautizan y ofrecen la salvación cristiana en
el respeto de la libertad personal de cada uno, en diálogo con las culturas y las religiones de los
pueblos donde son enviados. La missio ad gentes, siempre necesaria en la Iglesia, contribuye así
de manera fundamental al proceso de conversión permanente de todos los cristianos. La fe en la
pascua de Jesús, el envío eclesial bautismal, la salida geográfica y cultural de sí y del propio
hogar, la necesidad de salvación del pecado y la liberación del mal personal
REFLEXIÓN:
 De la lectura de este fragmento vamos sacando algunas conclusiones:
Envío, conversión, cumplimiento de la promesa, apertura, salvación, liberación. Con estas palabras entramos en la misión que Dios quiere para el ser humano.
 ¿Cuál es nuestra respuesta?



7 comentarios:

  1. "Papa Francisco: Misiones 2, 19" Una entrada para escuchar al Papa y a Jesús, en su deseo de "llevad la buena Noticia a todas las naciones". Iglesia en misión, cristianos en salida. Todos podemos colaborar. Que no falte tu sí, lejos o cerca. Feliz día.

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  2. "La Iglesia está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios" ¿Lo ves así? Es lo que transmite la Iglesia. Y somos Iglesia. Que crezcamos en la fe, Señor.

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  3. "tú eres siempre una misión;todo bautizado y bautizada es una misión." El Papa nos recuerda la misión del cristiano: anunciar a Jesucristo, y ser hermanos.

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  4. "salida misericordiosa, como impulso urgente del amor y como fruto de su intrínseca
    lógica de don, de sacrificio y de gratuidad" Es salida que parte de la fe y se realiza en el amor, siempre con Jesús. Pedimos por los misioneros y todas las personas comprometidas con el Bautismo.

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  5. " La apertura de la cultura y de la comunidad a la novedad salvífica de Jesucristo requiere la superación de toda introversión étnica y eclesial impropia" Importante que la misión es de cada persona, cada bautizado y de todos juntos. Sentimos esta unión y la apoyamos. ¿Estás de acuerdo?

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  6. "nos introduce en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia." Pertenecemos al cuerpo místico de Cristo. Nos unimos a Él para seguir su acción misionera.

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  7. "Lo que en el cristiano es realidad sacramental —cuyo cumplimiento es la eucaristía—, permanece como vocación y destino para todo hombre y mujer que espera la conversión y la salvación"...

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