viernes, 29 de mayo de 2015

TRINIDAD




TRINIDAD

ORACIÓN 31-05-15

GUÍA: Celebramos el domingo de  la Santísima Trinidad. Toda la Iglesia celebra al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Nosotros también nos ponemos ante este Dios que lo llena todo y nos llama hacia Él. En nuestro interior,  en el silencio, adoramos al único Dios. Admiramos su grandeza en el universo, en la persona humana varones y mujeres, en todo lo que existe. Su belleza y grandiosidad en lo pequeño, su acción en Jesús de Nazaret, su presencia en toda la humanidad y en cada uno de nosotros. Le alabamos y damos gracias. Ahí en nuestro ser Adoramos, alabamos, damos gracias al Padre, al Hijo, al Espíritu. Silencio orante

Dt.4,32-34.39-40

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos? Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.

GUÍA: La lectura por medio de Moisés, nos pone ante Dios que actúa con poder. Pregunta al pueblo si hay otro Dios como el suyo. Les  invita a guardar sus mandatos, para ser felices. Eso mismo podemos oír nosotros en el corazón. Dejémonos interrogar, envolver por la presencia del Dios viviente. Silencio orante.

Rm.8,14-17

Hermanos: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.

GUÍA: Pablo habla a los Romanos entusiasmado por su mensaje. También nosotros tenemos motivos para el entusiasmo. Leamos despacio la lectura. Sintamos la verdad de la Palabra en nuestra vida. Démonos cuenta de que llevados por el Espíritu somos hijos adoptivos de Dios. No esclavos sino hijos. Que con Cristo seremos glorificados, si con Él vivimos y morimos. Gritemos Padre, sintámonos hijos; adoremos y abramos la mirada al mundo, nuestros hermanos que le necesitan. Silencio orante.

Evangelio:Mt.28,16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» 

GUÍA: Jesús está ahí con los apóstoles. Estamos nosotros con ellos. Escuchamos su palabra. Haced discípulos de todos los pueblos. Nos invita a seguir su labor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu. Y se compromete a estar con nosotros. Dejamos espacio para saborear sus palabras, para hacer presencia de ellas en nuestro ambiente, para compartir nuestras impresiones. Alabamos al Padre, al Hijo, al Espíritu. Silencio orante

Escogemos alguna frase y la compartimos.


PEDIMOS por las necesidades que conocemos…

PADRE NUESTRO  con Jesús, unidos a todos los cristianos.

GUÍA: Nos unimos a María y le pedimos su compañía
Cantamos esta canción, concentrados en lo que decimos.

Katherinne Martínez

 Padre yo te adoro, yo te ofrezco mi alma y vida, cómo te amo.
2. Jesucristo yo te adoro, yo te ofrezco mi alma y vida, cómo te amo.
3. Espíritu Santo yo te adoro, yo te ofrezco mi alma y vida, cómo te amo.
4. Trinidad Santa yo te adoro, yo te ofrezco mi alma y vida, cómo te amo.

9 comentarios:

  1. Honramos a la Santçisima Trinidad. Hagamos nuestra oración con cariño Nos unimos a todos los creyentes que la comparten

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  2. Un día para adorar y dar gracias por tanto amor que derrama por nuestro mundo. Pidamos que nos convierta al amor y la paz.

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  3. Gloria y alabanza al Padre, al Hijo y al Espíritu. Ellos nos hablan de unión y familia trinitaria. Que su comunión se derrame sobre toda la tierra y el cielo.

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  4. Toda la Iglesia celebra al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Nosotros también nos ponemos ante este Dios que lo llena todo y nos llama hacia Él. Hoy un día para alabar a Dios y bendecir su nombre.Gloria a Él.

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  5. Ahí en nuestro ser Adoramos, alabamos, damos gracias al Padre, al Hijo, al Espíritu. Habremos recordado y hecho presente al Padre, al Hijo y al Espíritu. Les confiamos nuestro mundo para que su paz y amor unan a todos los habitantes de la Tierra.

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  6. "medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro".
    El reconocer al Padre Dios es un don que Él nos hace. reconocerle en nosotros en la vida, en las personas.como el gran activador de la humanidad.

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  7. "por el Espíritu somos hijos adoptivos de Dios. No esclavos sino hijos" Sentirse hijo amado del Padre nos produce alegría y nos empuja a ser agradecidos. Ojala crezcamos en ese conocimiento y amor de Dios.

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  8. "sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" Confiar en su palabra y reconocerle con nosotros, nos da la verdadera alegría y ánimo para vivir y seguir adelante también en las dificultades

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  9. "haced discípulos de todos los pueblos", El Señor nos envía para que seamos discípulos suyos, vivamos su palabra. ¿Podemos decir, cuenta con nosotros?

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