GUÍA: Buenos días,
Señor. Aquí estoy, estamos, necesitados de tu paz. Pacifica nuestra
vida. Ahora, es el ahora. No hay otro tiempo. Y Tú pacificando las
olas y los corazones. Tu presencia nos llena de paz. Tu amor nos
recupera del movimiento de la semana. Queremos hacer silencio y
reconocerte en nuestro interior. Darte gracias por la vida, por la
amistad y el amor. Darte gracias por todo lo que pones en mi, en
nosotros. Que todo sea para tu gloria. Silencio reflexivo.
Del
libro de los Proverbios (9,1-6):
La Sabiduría se ha construido su casa plantando siete columnas, ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto la mesa; ha despachado a sus criados para que lo anuncien en los puntos que dominan la ciudad: «Los inexpertos que vengan aquí, quiero hablar a los faltos de juicio: "Venid a comer de mi pan y a beber el vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia."»
GUÍA:
Qué hermosa la presentación de la Sabiduría: Construye su casa. En
cada uno de nosotros quiere construir su casa. ¿Vamos dejando
espacio? Ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto la mesa.
¿Somos ese banquete, ese vino y la mesa puesta? En ese espacio que
la sabiduría toma en nuestra vida, saboreemos el vino de la alegría
y de la prudencia. Envía a los criados para que inviten a todos, a
su banquete. Los faltos de juicio, los inexpertos son llamados a la
prudencia. ¿Dónde estamos nosotros? Silencio
de escucha, de observación, de apertura, de decisión y puesta en
marcha.
De
la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5,15-20):
Fijaos
bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos, aprovechando
la ocasión, porque vienen días malos. Por eso, no estéis
aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere. No os emborrachéis
con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu.
Recitad, alternando, salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y
tocad con toda el alma para el Señor. Dad siempre gracias a Dios
Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
GUÍA:
Junto con la sabiduría del libro de los Proverbios, Pablo hace una
llamada a ser sensatos. Una llamada a aprovechar la ocasión, el
momento presente, no aturdidos. ¿Estamos aturdidos? ¿Aprovechamos
cada momento para llenarlo de la presencia de Dios, de su amor
misericordioso? Dejaos llenar del Espíritu. Nuestra oración puede
abrir los cerrojos de nuestro corazón y dejar que el agua del
Espíritu nos inunde. ¿Cómo podemos hacerlo?. Dad gracias al Señor
por todo, en nombre de Jesucristo. Puede ser que no sepamos hacerlo
por nosotros solos, pero en nombre de Jesús, resultará más
efectivo, más pleno. Acojamos la Palabra de Dios. Silencio
acogedor y adorador.
Del santo
evangelio según san Juan (6,51-58):
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron;,el que come este pan vivirá para siempre.»
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron;,el que come este pan vivirá para siempre.»
GUÍA:
Hemos tenido la llamada de la sabiduría, la llamada a la sensatez.
Ahora Jesús nos dice: Yo soy el pan de vida. Nos hace caer en la
cuenta de que Él está con nosotros y su pan nos fortalece para el
camino que tenemos que recorrer. El que come de este pan vivirá para
siempre. Asimilemos estas palabras. ¿Qué nos dicen en nuestro
interior? ¿Son pan de vida para nosotros?. Habita en mi y yo en él.
Otra realidad para acoger con intensidad. Habita en nosotros, actúa
en nosotros. Pidamos al Espíritu que nos fortalezca para acoger esta
Palabra de Dios. Silencio
amoroso y acogedor.
HACEMOS
NUESTRAS PETICIONES
COMPARTIMOS
la oración
Nos
unimos a todos los cristianos en el rezo del PADRE
NUESTRO
INVOCAMOS a
nuestra madre, a nuestro lado, en el camino de la vida.
”Mientras recorres la
vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María
va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”
"La Sabiduría se ha construido su casa" ¿Se la va construyendo en nosotros? Dejemos que nos llene de su gracia y colme la vida de todos con sencillez y alegría.
ResponderEliminar"Gustad y ved qué bueno es el Señor" el Salmo nos hace pensar en el Señor que nos cubre con su mirada. ¿Podemos decir con el salmista, gustad y ved qué bueno es el Señor? Nuestra experiencia o contacto con Dios nos lleva a reconocerle y vivir en su presencia.
ResponderEliminar"Queremos hacer silencio y reconocerte en nuestro interior. Darte gracias por la vida, por la amistad y el amor" Hoy de nuevo te buscamos y Tú nos vas conduciendo hacia Ti. Ven Señor y haz que te reconozcamos en nuestra vida. Bendice a la humanidad.
ResponderEliminar"Venid a comer de mi pan y a beber el vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia."» Jesús nos llama a comer su pan y vino. Él nos dará la experiencia y la vida. Nos espera en la Eucaristía.
ResponderEliminar"nuestra madre, a nuestro lado, en el camino de la vida."Ella sigue siendo la Madre de los seguidores de Jesús. Nos encomendamos a Ella y esperamos su protección. Va delante de Jesús. Confiemos que preparará el camino.
ResponderEliminar