Capítulo
primero
A LA LUZ DE LA PALABRA
A LA LUZ DE LA PALABRA
La
biblia presenta a la familia por una parte idílica en los puntos anteriores.
Por otra parte, la que veremos hoy, tiene sus
dificultades. Los números 19 al 23 nos
hablan de la presencia del dolor, del mal, de la
violencia que rompen la vida de la familia y su íntima comunión de vida y de
amor.
Habla
de ansia y dominio en la pareja.
Jesús en el Evangelio presenta situaciones familiares,
algunas dificultades y el enfoque que Dios da.
Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni
dolor» (Ap 21,4).
La vida está envuelta en el trabajo, el
medio empleado para sobrevivir y dominar la tierra.
Un
sendero de sufrimiento y de sangre
19. El
idilio que manifiesta el Salmo 128 no niega una realidad amarga que marca todas
las Sagradas Escrituras. Es la presencia del dolor, del mal, de la violencia
que rompen la vida de la familia y su íntima comunión de vida y de amor. Por
algo el discurso de Cristo sobre el matrimonio (cf. Mt 19,3-9)
está inserto dentro de una disputa sobre el divorcio. La Palabra de Dios es
testimonio constante de esta dimensión oscura que se abre ya en los inicios
cuando, con el pecado, la relación de amor y de pureza entre el varón y la
mujer se transforma en un dominio: «Tendrás ansia de tu marido, y él te
dominará» (Gn 3,16).
20. Es un
sendero de sufrimiento y de sangre que atraviesa muchas páginas de la Biblia, a
partir de la violencia fratricida de Caín sobre Abel y de los distintos
litigios entre los hijos y entre las esposas de los patriarcas Abraham, Isaac y
Jacob, llegando luego a las tragedias que llenan de sangre a la familia de
David, hasta las múltiples dificultades familiares que surcan la narración de
Tobías o la amarga confesión de Job abandonado: «Ha alejado de mí a mis
parientes, mis conocidos me tienen por extraño [...] Hasta mi vida repugna a mi
esposa, doy asco a mis propios hermanos» (Jb 19,13.17).
21. Jesús
mismo nace en una familia modesta que pronto debe huir a una tierra extranjera.
Él entra en la casa de Pedro donde su suegra está enferma (Mc 1,30-31),
se deja involucrar en el drama de la muerte en la casa de Jairo o en el hogar
de Lázaro (cf. Mc5,22-24.35-43); escucha el grito desesperado de la
viuda de Naín ante su hijo muerto (cf. Lc 7,11-15), atiende el
clamor del padre del epiléptico en un pequeño pueblo del campo (cf. Mt 9,9-13; Lc 19,1-10.
Encuentra a publicanos como Mateo o Zaqueo en sus propias casas, y también a
pecadoras, como la mujer que irrumpe en la casa del fariseo (cf. Lc 7,36-50).
Conoce las ansias y las tensiones de las familias incorporándolas en sus
parábolas: desde los hijos que dejan sus casas para intentar alguna aventura
(cf. Lc15,11-32) hasta los hijos difíciles con comportamientos
inexplicables (cf. Mt 21,28-31) o víctimas de la violencia
(cf. Mc 12,1-9). Y se interesa incluso por las bodas que
corren el riesgo de resultar bochornosas por la ausencia de vino (cf. Jn 2,1-10)
o por falta de asistencia de los invitados (cf. Mt 22,1-10),
así como conoce la pesadilla por la pérdida de una moneda en una familia pobre
(cf. Lc15,8-10).
22. En
este breve recorrido podemos comprobar que la Palabra de Dios no se muestra
como una secuencia de tesis abstractas, sino como una compañera de viaje
también para las familias que están en crisis o en medio de algún dolor, y les
muestra la meta del camino, cuando Dios «enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya
no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor» (Ap 21,4).
23. Al
comienzo del Salmo 128, el padre es presentado como un trabajador, quien con la
obra de sus manos puede sostener el bienestar físico y la serenidad de su
familia: «Comerás del trabajo de tus manos, serás dichoso, te irá bien» (v. 2).
Que el trabajo sea una parte fundamental de la dignidad de la vida humana se
deduce de las primeras páginas de la Biblia, cuando se declara que «Dios tomó
al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo
cultivara» (Gn 2,15). Es la representación del trabajador que
transforma la materia y aprovecha las energías de lo creado, dando luz al «pan
de vuestros sudores» (Sal 127,2), además de cultivarse a sí mismo.
ACCIÓN
¿Cómo
enfocamos estos problemas en nuestro
proyecto vital?
¿Cómo
afectan a nuestro vivir?
·
La familia ideal y las dificultades.
·
Haz tu descripción de la familia ideal.
·
Habla con Dios Padre, Hijo y Espíritu.
·
Exprésale tus necesidades al respecto.
La Alegría del Amor que nos ha ofrecido el Papa Francisco nos sigue presentando la historia de la familia humana. Una hermosa aventura de la humanidad a lo largo de los siglos. Ha ido evolucionando y se transforma. Avanza con el desarrollo de la persona. Que la construyamos de acuerdo con el proyecto de Dios para el ser humano y dejémosle el espacio que se merece.
ResponderEliminarLa familia es la base del amor, de la sociedad y del futuro que Dios nos acompañe.
ResponderEliminar"Que el trabajo sea una parte fundamental de la dignidad de la vida humana se deduce de las primeras páginas de la Biblia" Creced y multiplicaos... Los colocó en el Edén para que lo guardaran y lo cultivaran». Ser capaces de transformar la tierra. Un reto de la humanidad, pero junto con el Dios de la vida. ¿No?
ResponderEliminar"sendero de sufrimiento y de sangre que atraviesa muchas páginas de la Biblia" Mucho amor y también presencia del dolor. Pedimos por todas las familias del mundo. Que superen sus dificultades y sientan el amor de Dios cerca de ellos.
ResponderEliminar"Habla con Dios Padre, Hijo y Espíritu. Exprésale tus necesidades". Que nos dejemos abrazar por el amor de Dios.
ResponderEliminar"La vida está envuelta en el trabajo, el medio empleado para sobrevivir y dominar la tierra". Es presencia de Dios, colaboración con su obra. Pedimos por el mundo del trabajo.
ResponderEliminar"Jesús mismo nace en una familia modesta que pronto debe huir a una tierra extranjera"El Papa Francisco nos invita a marchar a las periferias urbanas o existenciales para llevar amor y alegría. ¿Cómo lo hacemos?
ResponderEliminarDios «enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor» Estamos llamados a crear y colaborar en la transformación de este mundo para hacer realidad el deseo de Dios. Que no le fallemos.
ResponderEliminar..."la violencia que rompe la vida de la familia y su íntima comunión de vida y de amor". Jesús, ayuda a las familias. Que tu amor supere toda dificultad, que sepamos perdonar y olvidar. Que los corazones tengan la paz que necesitan.
ResponderEliminar"la presencia del dolor, del mal, de la violencia que rompen la vida de la familia" Sembremos respeto, amor, concordia para que el mal sea vencido. Ven Señor, Jesús, a nuestras familias.
ResponderEliminar«Comerás del trabajo de tus manos, serás dichoso, te irá bien»El hombre y la mujer llamados a transformar al tierra. Aquí parece que se le presenta con esperanza en la felicidad. La superación personal, la propia realización en el mandato del Señor nos produce safisfacción. Caminemos en sus mandatos.
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