REZA Y COMPARTE
PAPA
FRANCISCO
Capítulo tercero
LA MIRADA PUESTA EN JESÚS: VOCACIÓN DE LA FAMILIA
LA MIRADA PUESTA EN JESÚS: VOCACIÓN DE LA FAMILIA
Sacramento del Matrimonio
73. «El don recíproco
constitutivo del matrimonio sacramental arraiga en la gracia del bautismo, que establece la alianza
fundamental de toda persona con Cristo en la Iglesia. En la acogida mutua, y con la gracia de Cristo, los
novios se prometen entrega
total, fidelidad y
apertura a la vida, y además reconocen como elementos constitutivos del
matrimonio los dones que Dios les ofrece, tomando en serio su mutuo compromiso,
en su nombre y
frente a la Iglesia.
Ahora bien, la fe permite asumir los bienes del matrimonio como compromisos que
se pueden sostener mejor mediante la ayuda de la gracia
del sacramento [...] Por lo tanto, la mirada de la Iglesia se dirige a
los esposos como al corazón de toda la familia, que a su vez dirige su mirada hacia Jesús»[65].
El sacramento no es una «cosa» o una «fuerza», porque en realidad Cristo mismo «mediante el
sacramento del matrimonio, sale
al encuentro de los esposos cristianos (cf. Gaudium et spes, 48). Permanece con ellos, les
da la fuerza de seguirle tomando su cruz, de levantarse después de sus
caídas, de perdonarse
mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros»[66].
El matrimonio cristiano es un signo que no sólo indica cuánto amó Cristo a su
Iglesia en la Alianza sellada en la cruz, sino que hace presente ese amor en la comunión de los esposos.
Al unirse ellos en una sola carne, representan el desposorio del Hijo de Dios con la naturaleza
humana. Por eso «en las
alegrías de su amor y de
su vida familiar les da, ya aquí, un gusto anticipado del banquete de
las bodas del Cordero»[67].
Aunque «la analogía entre la pareja
marido-mujer y Cristo-Iglesia» es una «analogía imperfecta»[68],
invita a invocar al Señor
para que derrame su propio amor en los límites de las relaciones conyugales.

74. La unión
sexual, vivida de modo humano y santificada por el sacramento, es a su vez camino de crecimiento en
la vida de la gracia para los esposos. Es el «misterio nupcial»[69].
El valor de la unión de los cuerpos está expresado en las palabras del
consentimiento, donde se aceptaron y se entregaron el uno al otro para
compartir toda la vida. Esas palabras otorgan un significado a la sexualidad y
la liberan de cualquier ambigüedad. Pero, en realidad, toda la vida en común de los esposos, toda
la red de relaciones que tejerán entre sí, con sus hijos y con el mundo, estará
impregnada y fortalecida
por la gracia del sacramento que brota del misterio de la Encarnación y de la
Pascua, donde Dios expresó todo su amor por la humanidad y se unió íntimamente
a ella. Nunca estarán solos con sus propias fuerzas para enfrentar los desafíos
que se presenten. Ellos están
llamados a responder al don de Dios con su empeño, su creatividad, su
resistencia y su lucha cotidiana, pero siempre podrán invocar al Espíritu Santo que ha
consagrado su unión, para que la gracia recibida se manifieste nuevamente en
cada nueva situación.


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"Alegría del Amor 13" nos presenta este fragmento para la reflexión, refrescar algunas ideas sobre el sacramento, recordar nuestra experiencia y reavivar el amor entre los esposos y con los hijos. ¿Te sirve para esto y más cosas? Dínoslo. Será interesante.
ResponderEliminar"Ellos están llamados a responder al don de Dios con su empeño, su creatividad, su resistencia y su lucha cotidiana, pero siempre podrán invocar al Espíritu" A Dios rogando y con el mazo dando ¿verdad?
ResponderEliminar«El don recíproco constitutivo del matrimonio sacramental arraiga en la gracia del bautismo, que establece la alianza fundamental de toda persona con Cristo en la Iglesia" La gracia del Bautismo y del sacramento del Matrimonio fortalece esa unión. Pedimos la fidelidad de los esposos.
ResponderEliminar"En la acogida mutua, y con la gracia de Cristo, los novios se prometen entrega total, fidelidad y apertura a la vida" Un camino de entrega, de fidelidad mutua, y de vida. Apoyados en el sacramento y en Jesús todo será posible.
ResponderEliminarAunque «la analogía entre la pareja marido-mujer y Cristo-Iglesia» es una «analogía imperfecta», invita a invocar al Señor para que derrame su propio amor en los límites de las relaciones conyugales".Revivimos el compromiso de entrega de los esposos y pedimos por ellos.
ResponderEliminar"Permanece con ellos, les da la fuerza de seguirle tomando su cruz, de levantarse después de sus caídas, de perdonarse mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros» Es el camino de la vida con altos y bajos. Confiados en el Señor, todo es más fácil.
ResponderEliminar"Al unirse ellos en una sola carne, representan el desposorio del Hijo de Dios con la naturaleza humana".Jesús, Hijo de Dios, unido a la naturaleza humana. Lo podemos contemplar: su amor dado a la humanidad.
ResponderEliminar"siempre podrán invocar al Espíritu Santo que ha consagrado su unión, para que la gracia recibida se manifieste nuevamente en cada nueva situación". Nos unimos a este oración, para todas las familias.
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