viernes, 27 de agosto de 2021

LA LEY QUE OS DOY


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LA LEY QUE OS DOY

GUÍA DE ORACIÓN 29-08-21,    Domingo 22º del Tiempo Ordinario - Ciclo B

GUÍA: La Ley que hoy os doy, es del Señor, dice Moisés. Ante ti la reconocemos, la acogemos y cumplimos. Es justa y defiende derechos y deberes. Nos acercamos a ella como señal de respeto y acogida. Que la pongamos por obra y cubra todas las acciones del pueblo. Te admiramos en sus normas. Tus preceptos nos defienden de los pueblos que no son tuyos. Visualizamos el momento. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE OBEDIENCIA, DE RESPETO.

Lectura del libro del Deuteronomio (4,1-2.6-8):

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?»

GUÍA: Moisés presenta la Ley del Señor. La defiende de todo atropello, la implanta como baluarte que los libra de injusticias, de ignorancia y de olvido del Señor. Es el derecho que instala para defensa del pueblo, de las costumbres, y de los derechos. Interiorizamos el valor de la Ley. Es el Señor que se hace presente en sus mandatos. Él los hace una gran nación. ¿Qué valor damos a nuestras leyes? ¿Somos respetuosos con ellas? SILENCIO DE VALORACIÓN, DE CUMPLIMIENTO, DE ACOGIDA.

R/. Señor, ¿Quién puede hospedarse en tu tienda? 

Lectura de la carta del apóstol Santiago (1,17-18.21b-22.27):

Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

GUÍA: Todo don perfecto viene del Padre. La Palabra de la verdad nos engendró. Le adoramos y damos gracias. Esa Palabra ha sido plantada en vosotros y es capaz de salvaros. Sentimos la realidad de la Palabra, de la Ley, cumplida en cada  uno, que purifica y nos une a él.  Palabra que agrada al Padre en la convivencia justa y fraterna. ¿Nos sentimos unidos en el don de la palabra y de la verdad? SILENCIO DE VERDAD, DE LIBERTAD, DE UNIÓN.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,1-8.14-15.21-23):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)

Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»

Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.»

Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

GUÍA: ¿Qué hace al hombre o la mujer, impuro? Lo que sale del corazón es lo que hace impuro al ser. Las costumbres y normas no son tan importantes. Los malos propósitos y toda clase de injusticias es lo que  mancha las manos y la persona. Reflexionamos sobre nuestras actitudes. ¿Qué sale de nuestro corazón? SILENCIO MEDITATIVO, DE CONOCIMIENTO Y DE PRÁCTICA.

RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA.

PRESENCIA, PERDÓN, CONFIANZA, COMPROMISO.

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y MAESTRA DE ORACIÓN.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO

https://www.youtube.com/watch?v=ZTqxSjaL00E

6 comentarios:

  1. "La Ley que os doy" Guía para hacer oración, admirar al señor, alegrarnos con él. Nos cuida y defiende por medio de la Ley que escribe en el corazón. Es una Ley de unión, respeto y amor para todos. ¿La cumplimos?

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  2. "Escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir" Oímos la Palabra y la acogemos en el corazón. Recorrer los caminos rectos según la voluntad de Dios, nos eleva hasta su corazón y compañía. Confiamos en él.

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  3. "¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?» lo pregunta Moisés. La Ley de Dios es recta y endereza la actuación de todos, si la seguimos. Nos unimos a ella, agradecemos su presencia entre nosotros y por medio de nosotros. Interiorizamos.

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  4. Moisés presenta la Ley del Señor. La defiende de todo atropello, la implanta como baluarte que los libra de injusticias, de ignorancia y de olvido del Señor. ¿La reconocemos así?

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  5. "Poned por obra sus mandatos, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos". Hermoso el reconocer la fuerza de Dios en la vida de cada persona que cumple y ama al Padre Dios.

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