REZA Y
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HIJO DE
DAVID
GUÍA: DE
ORACIÓN 28-03-21 Domingo de Pasión -
Ciclo B
Lectura
del libro de Isaías (50,4-7):
Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una
palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los
iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí
la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no
me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no
sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no
quedaría defraudado.
GUÍA: El Señor me abrió el oído; y yo no
resistí ni me eché atrás. .. El Señor me ayuda, no quedaré defraudado. Siguiendo esta escena de Isaías, que se
cumple en Jesús, nos sentimos afectados por tanto dolor. Admiramos los hechos y
a Jesús ocmo cordero llevado al matadero. Él, ofrenda de propiciación, suple
los sacrificios antiguos y se hace víctima pascual, por todos los pecados del
mundo. Perdón, Jesús, por tanta maldad acumulada sobre tu ser y descartada por tu pasión y muerte. SILENCIO
DE PERDÓN, DE LIBERACIÓN, DE REDENCIÓN.
Sal 21,8-9.17-18a.19-20.23-24 R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando
por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta
someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó
sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre
de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda
lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
GUÍA: ¿Qué podemos decirte, Jesús? Todos
unidos a ti en tu muerte para ser parte de tu resurrección. Te rebajaste hasta
la muerte ignominiosa. El Padre te acoge como víctima inocente. Suples nuestros
malos momentos y desvaríos. Gracias, Jesús. Gracias, Padre por tu perdón. Que
tu resurrección nos lleve a confesarte
Señor y Rey, para gloria del Padre. SILENCIO DE RECONCILIACIÓN, DE HIJOS
PECADORES, DE GRACIAS.
Pasión de
nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (15,1-39):
C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas
y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron
a Pilato. Pilato le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Él respondió:
+ «Tú lo dices.»
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de
nuevo:
S. «¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.»
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la
fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal
Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta.
La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:
S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»
C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero
los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de
Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?»
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. «¡Crucifícalo!»
C. Pilato les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho?»
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. «¡Crucifícalo!»
C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús,
después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
GUÍA: Visualizamos el momento. El tumulto
de la gente. La condena de Pilato, ¿Qué decimos nosotros? ¿De qué lado
estamos?. Cuántas veces te dejamos solo, nos dejamos llevar por los otros,
gritamos o disimulamos pasando de lejos, ante tus sufrimientos y los del
prójimo. Ayúdanos, Jesús, a creer en ti, en tu entrega y a ser fieles contigo y
con nuestros hermanos. Perdón por nuestras miserias y desganas. SILENCIO DE
TOMA DE CONCIENCIA, DE ARREJPENTIMIENTO, DE CONVERSIÓN.
RECOGEMOS
LA ORACIÓN HECHA, SINTETIZAMOS UNA FRESE. PARA RECORDAR.
SILENCIIO,
ADORACIÓN, AGRADECIMIENTO, PERDÓN.
INVOCAMOS
A MARÍA, MADRE DE JESÚS Y NUESTRA.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO
CANTAMOS:
¡Hosanna, hosanna al Hijo de David!
¡Hosanna, hosanna al Hijo de David!
Bendito el que viene en nombre del
Señor
Bendito el Rey de Israel
Con ramos de olivo los hijos de
Israel
Clamaban: ¡Hosanna al Señor!
Con mantos vestían el paso del Señor
Tu eres el Rey, el Rey de Israel
Honor y Gloria a ti
Con palmas en manos el pueblo de
Israel
Clamaban: ¡Hosanna en el cielo!
Si ellos se callan las piedras
gritarán:
¡Hosanna al Hijo de Dios!
Fuente: Musixmatchhttps://www.youtube.com/watch?v=iEU56RF_mm8