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viernes, 21 de abril de 2017

¡NO SEAS INCRÉDULO!



GUÍA DE  ORACIÓN 23-04-17

GUÍA: La resurrección de Jesús cambió todo en Jerusalén y en el grupo de los discípulos. Nuestra oración también se siente  impactada por el hecho de la resurrección. ¿Qué efectos compruebas en ti mismo por este suceso? Repásalos en el silencio y contempla a Jesús que llega a ti con vida nueva y las señales de los clavos en sus manos. ¿Eres capaz de recibir su resurrección? SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE UNIÓN Y DE ENVÍO.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (2,42-47):

LOS hermanos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo estaba impresionado, y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.

GUÍA: Todos estaban impresionados por la muerte de Jesús, por su resurrección y por los signos que hacían los apóstoles en Jerusalén. ¿Qué nos impresiona a nosotros de la resurrección y su presencia en nuestra vida?¿Cuáles son tus sentimientos en todo el conjunto?. Deja que tu corazón se una a esa impresión, exprese lo mejor de sí mismo y escuche al resucitado que se te presenta y pide fe. SILENCIO DE ADHESIÓN A JESÚS, DE FE Y COMPROMISO.  

De la primera carta del apóstol san Pedro (1,3-9):

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible, reservada en el cielo a vosotros, que, mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un Poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas.

GUÍA: El Padre, por la resurrección de Jesucristo, nos ha hecho nacer a una esperanza viva. La fuerza de Dios nos custodia en la fe. La vida es manifestación de esta fuerza en la fe, y consecución de la salvación. ¿Cómo experimentas estas frases? Que estas palabras calen nuestra conciencia. Deja que ocupen tu ser un rato y veas cómo sucede todo eso en ti, en tu vida. SILENCIO DE FE, DE EXPERIENCIA, DE VIDA Y DE AMOR VIGILANTE.

Del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo: «Paz a vosotros».

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás: «Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

GUÍA: ¿Qué te llama la atención del evangelio? Piénsalo.
Hay dos apariciones. En la primera, ellos se alegran de ver al Señor. Jesús les desea la paz, les enseña las manos y el costado. Les da el Espíritu Santo, los envía y les da el poder de perdonar los pecados. Tomás no está y cuando se lo comunican, no cree. Quiere tocar y ver. En la segunda aparición está Tomás. Jesús se dirige a él para que toque y meta su dedo y su mano en sus heridas. Esto le produce un gran acto de fe: Señor mío y Dios mío. Aquí estamos nosotros ¿Con quién nos identificamos? Que sépalos llegar al acto de fe de Tomás. SILENCIO CONTEMPLATIVO QUE ESCUCHA A JESUS Y CONFIESA  SU FE.

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN. Recordamos una frase.

OFRECEMOS, ALABAMOS , DAMOS GRACIAS AL PADRE

QUEREMOS…

CON MARÍA ACOGEMOS AL ESPÍRITU.

PADRE NUESTRO CON JESÚS


CANTAMOS

CREO EN JESÚS. CREO EN JESÚS.
EL ES MI AMIGO, ES MI ALEGRÍA.
CREO EN JESÚS. CREO EN JESÚS
EL ES MI SALVADOR.

1. El llamó a mi puerta,
me invitó a compartir su heredad,
seguiré a su lado,
llevaré su mensaje de paz.

2. Día y noche (creo en Jesús),
él está a mi lado (creo en Jesús),
sigo sus palabras (creo en Jesús),
doy por él la vida (creo en Jesús),
es mi Salvador.

3. Enseñó a Zaqueo
a partir su hacienda y su pan,
alabó a la viuda
porque dio cuanto pudo ella dar.

4. Aleluya (creo en Jesús),
El es mi Mesías (creo en Jesús),
El es mi esperanza (creo en Jesús),
Vive para siempre (creo en Jesús),
Es mi Salvador.