GUÍA DE ORACIÓN 12-03-17
GUÍA: ¡Buenos días,
Padre Dios! Un nuevo día nos ponemos ante ti.
Estamos en tu presencia, buscamos tu rostro, vamos hacia ti. Ha pasado
la semana y te encontramos cercano, para
comunicarte con la persona humana. Sigues llamando, buscando a los hijos
perdidos y a los próximos. Quieres corazones renovados que te acojan en su
casa. En silencio nos disponemos a la escucha, al encuentro. Habla, Señor, que
tu siervo escucha. SILENCIO DE
ESCUCHA, ENCUENTRO, ADORACIÓN.
Del libro
del Génesis (12,1-4a): En aquellos días, el Señor dijo a Abrán: «Sal de tu tierra y de la casa de tu
padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te
bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te
bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas
las familias del mundo.»
Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
GUÍA: Estamos a
la escucha, Señor. Abrahán oye tu voz que le dice: Sal de tu tierra. Él sale, escogiéndote
a Ti, en esperanza de una tierra nueva. Es modelo de nuestra forma de responder.
¿Salimos de nuestra tierra, de nuestra comodidad, egoísmo?¿Cuál es nuestra
tierra? ¿Hacia qué tierra vamos? Padre, condúcenos a la tierra de la promesa,
de la salvación, de la felicidad. Colma nuestras esperanzas, sácianos de ti. SILENCIO ESPERANZADO, ENTREGADO, CONFIADO.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo
(1,8b-10):
Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio.
Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio.
GUÍA: Amigo, “Toma
parte en los duros trabajos del evangelio, según la fuerza que Dios te dé.” Has
oído bien. Te lo dice a ti. Gracias, Señor. Jesús, tú que viviste la entrega al
pueblo con toda intensidad, destruyes la muerte y haces brillar la vida
inmortal. Condúcenos por caminos de resurrección. Vente con nosotros a los
caminos de la vida. SILENCIO DE PRESENCIA,
APERTURA Y COMPROMISO
Del santo evangelio según san Mateo (17,1-9):
Del santo evangelio según san Mateo (17,1-9):
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y
se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su
rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la
luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Sí quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.» Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Sí quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.» Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto.
Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levantaos, no temáis.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
GUÍA: Jesús, apareces
transfigurado. Tus amigos dieron gloria a Dios, contigo. Hoy, en nuestro
interior, vemos tu gloria de resucitado. Gracias, por tu amor, por tu presencia. Te transfiguras en el pan
eucarístico, en la Palabra, en el hermano necesitado. Guárdanos en tu paz, en
tu presencia. Que te reconozcamos en tu luz y en tu debilidad. SILENCIO QUE ADORA, DE GRACIAS Y SE ENTREGA.
RECOGEMOS LO MÁS IMPORTANTE para recordar.
AGRADECEMOS, OFRECEMOS, PEDIMOS, DAMOS GLORIA A DIOS
INVOCAMOS A MARÍA
PADRE NUESTRO con todo el universo
CANTAMOS
No sé como
alabarte ni que decir Señor,
confío en tu mirada que me abre el corazón.
Toma mi pobre vida que es sencilla ante ti,
quiere ser alabanza por lo que haces en mí.
GLORIA, GLORIA A DIOS, GLORIA, GLORIA A DIOS
GLORIA, GLORIA A DIOS, GLORIA, GLORIA A DIOS
Siento en mí tu presencia,
soy como Tú me ves
bajas a mi miseria, me llenas de tu paz.
indigno de tus dones, más por tu gran amor
tu Espíritu me llena, gracias te doy Señor.
confío en tu mirada que me abre el corazón.
Toma mi pobre vida que es sencilla ante ti,
quiere ser alabanza por lo que haces en mí.
GLORIA, GLORIA A DIOS, GLORIA, GLORIA A DIOS
GLORIA, GLORIA A DIOS, GLORIA, GLORIA A DIOS
Siento en mí tu presencia,
soy como Tú me ves
bajas a mi miseria, me llenas de tu paz.
indigno de tus dones, más por tu gran amor
tu Espíritu me llena, gracias te doy Señor.