ORACIÓN
14-06-15
GUÍA: La Palabra de Dios nos convoca de nuevo.
Aquí estamos, Señor. La semana ha pasado te hemos tenido presente a veces.
Ahora nos paramos un reto a escucharte. Habla Señor. En nuestro interior le
reconocemos, en nuestra vida y en la vida de alrededor. Le adoramos en ese silencio que nos envuelve.
Un buen ejercicio es descubrirle en la vida, descubrir las semillas de Dios y
decir Gracias. Seguimos en silencio ejercitándonos en estos pasos de la
oración.
Del
Profeta Ezequiel (17,22-24):
Esto dice el Señor Dios: «Arrancaré una rama del alto
cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré
en la cima de un monte elevado; la plantaré en la montaña más alta de Israel;
para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble. Anidarán en él aves
de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los árboles silvestres
sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles
humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo,
el Señor, lo he dicho y lo haré.»
GUÍA: Dios
mismo cogerá una rama nueva del cedro noble y la plantará para renovar la casa
de Israel. Es su pueblo y no se rinde en su trabajo de avivar la llama, de
regenerar la vida, de impulsar nuevos brotes. Sabrán que Yo soy el señor.
Escuchémoslo como dicho a nosotros, a nuestra situación particular.
Confiemos en su palabra y dejemos que
actúe también en nosotros.
De la segunda carta de San Pablo a los Corintios (5,6-10):
Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos
desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía.
Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. Por eso procuramos agradarle, en el
destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el
tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.
GUÍA: Una llamada a la respuesta
personal. Dios espera esa respuesta. ¿Cómo nos sentimos ante estas palabras?.
En la lectura anterior veíamos que Dios no se rinde ante nuestros olvidos. Veamos
qué espera de nosotros y confiemos en su amor misericordioso que nos acoge. Nos
mira con misericordia y nos espera. Silencio meditativo
Del Santo Evangelio según San Marcos (4,26-34):
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.»
Les dijo también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra.»
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.»
Les dijo también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra.»
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
GUÍA: Jesús habla del Reino de
Dios. Se parece a la semilla. Una vez sembrada, crece, hace su camino y sale a
flor, da fruto.Sintámonos esa tierra donde la semilla del Reino crece, va
formándose, ¿Dejamos que crezca en nosotros? ¿Cuáles son los obstáculos? Escuchemos qué nos dice el
corazón. Ofrezcamos alguna respuesta válida. ¿Nuestras ramas van creciendo?
Comentamos
alguna
frase que nos ha gustado. Lo podemos hacer en grupo y también en rezaycomparte,blogspot.com
.
SILENCIO
AGRADECIDO
Presentamos nuestra oración de perdón, de acción de
gracias, de alabanza y adoración, de petición para nosotros y todas las
necesidades que conocemos. Pedimos por los cristianos perseguidos , por los que
dudan de su fe, por los que necesitamos que el Reino de Dios se extienda en
nuestra vida.
PADRE
NUESTRO: Nos unimos a todos los creyentes, en la oración que
Jesús nos enseñó.
GUÍA:
Hacemos presente a María y la imploramos en esta canción
Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo
por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven.
(bis) / Aunque digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo,
lucha por la verdad. Ven./ Si por el mundo los hombres sin conocerse van, no
niegues nunca tu mano al que contigo está./ Ven con. Aunque parezcan tus pasos
inútil caminar, tú vas haciendo camino, otros los seguirán. Ven
" Los Árboles silvestres sabrán que Yo soy el Señor". Dios se hace presente a los grandes y a los pequeños. Él nos ama y expresa su misericordia con cada uno de nosotros como para el mejor de sus hijos.¿Cómo respondemos?
ResponderEliminarLa semilla crece con la fuerza se Dios. Seamos disponible a su presencia y acojamos se amor.
ResponderEliminar"Te adoramos en ese silencio que nos envuelve". Cuánto silencio pero también cuánto ruido. En todo se ve la mano de Dios. Adorar y dar gracias en la creación, en el universo, en las personas, en nosotros mismos.¿Hacemos ejercicio de esto? Unidos con todos la humanidad.
ResponderEliminarEl Reino de Dios se puede comparar a la semilla de mostaza, muy pequeña pero llega a cobijar a muchos pájaros y a dar sombra. Somos parte de ese Reino de Dios. nos toca acoger y repartir la misericordia en nuestro mundo. Que el Espíritu nos haga buenos instrumentos en sus manos, hoy.
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