viernes, 18 de septiembre de 2015

ORACIÓN 20-09-15


ORACIÓN 20-09-15




GUÍA: Hacemos silencio interior. Saludamos al Señor que está dentro de nosotros y nos impulsa a la oración. Observamos nuestros sentimientos. Ponemos nuestra vida ante Dios y dejamos que la purifique con su mirada. ¿Cómo te encuentras después de esta semana vivida en la actividad?. La mirada de Dios nos hace conocer mejor nuestros sentimientos, deseos, situaciones. Repasando algunas circunstancias comprendemos el momento, a las personas, las necesidades. El Espíritu de Dios nos acoge, nos ilumina y fortalece para seguir sus inspiraciones. Dejamos tiempo en silencio para reconocerle.

Del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):

Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»

GUÍA: Acechar al justo. Hay veces que sucede. Hay justos perseguidos. Nuestro mundo sufre de persecución en ocasiones. Dejemos que la paz de Dios habite en nuestros corazones. Que se ocupe de nuestra vida si nos vemos perseguidos. Confiemos en su palabra de fidelidad a los oprimidos. Procuremos no perseguir. Dios es quien juzga las acciones. No estar al acecho para ver la paja en el ojo ajeno. Vivir con la libertad de los hijos de Dios. Pedimos perdón si nos sentimos perseguidores. Silencio de confianza, examen  y perdón.

De la carta del apóstol Santiago (3,16–4,3):

Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.

GUÍA: El apóstol Santiago nos hace un buen examen. Dejemos que su palabra nos ilumine y haga reconocer nuestras actitudes. Contrapone las envidias y rivalidades con la sabiduría. Ésta es pura, comprensiva, amante de la paz. Está la lucha del hombre viejo y el hombre resucitado, el hombre nuevo. ¿Cómo nos vemos reflejados en el texto? ¿A cuál de las parte pertenecemos? Que la sabiduría de Dios nos lleve a vivir según ella quiere. Silencio meditativo y reverente.  

 Del Evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a
mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

GUÍA: Jesús va de camino, enseña a sus discípulos. Pero no entendían. También  nos pasa a nosotros, a veces. Oímos la Palabra pero luego discutimos de ser importantes. ¿Es así?. Dejemos que Jesús nos convierta el corazón y que podamos ser sencillos para buscar la fraternidad y la unidad.  Acogiendo a los pequeños acogemos al mismo Jesús. Habrá que hacer ejercicio en este programa. Silencio de acogida, encuentro, petición.

La frase que queremos recordar es…

Presentamos nuestras peticiones al  Padre

Nos unimos a la oración de Jesús y de toda la Iglesia:
Padre nuestro.

Pedimos a María, la Madre de Jesús, que nos acompañe en la vida.


ESTRELLA Y CAMINO
(Espinosa)
CORO
Estrella y camino, prodigio de amor.
De tu mano, Madre, hallamos Dios.
Todos los siglos están mirando hacia Tí,
todos escuchan tu voz temblando en un sí.
Cielos y tierra se dan en tu corazón,
como un abrazo de paz, ternura y perdón.
CORO
Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal,
en tu regazo lo ven el rey y el zagal.
Tú nos lo diste en la cruz, altar de dolor,
muerto en tus brazos está un Dios Redentor.
CORO
Toda la Iglesia con fe eleva un clamor,
puestos los ojos en Tí, la Madre de Dios.
Puente y sendero de amor, sublime misión,
la de traernos a Dios en tu corazón.
CORO

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8 comentarios:

  1. "La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura". Buscar la verdad, el amor, la belleza nos hace más generosos y fuertes. Pedimos por todos los que buscan el bien y compartamos con ellos la vida.

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  2. "lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»Puede haber quien dice estas palabras. Esperemos que no nos toquen. Pero a Jesús le tocaron. Dios cuida de cada uno de nosotros en los momentos buenos y malos. Confiemos en su amor generoso y su defensa ante el peligro. Estamos en tus manos, confiamos en Tí. Cuida de las personas perseguidas. Que no seamos nunca perseguidores.

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  3. "la sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras", Santiago nos invita a tener y obrar de acuerdo con esa sabiduría de dios que nos lleva a la paz y a la misericordia. Padre educa nuestro corazón en esta sabiduría, para que seamos capaces de actuar según tu quieres.

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  4. «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»Acoger al niño, al pequeño. Es el tiempo de reconocerle en cada uno de nuestros semejantes. Acoger a Jesús y acoger al Padre que le envía. Veamos a la noche, si lo hemos reconocido y acogido en este día. Abramos la puerta.

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  5. El Espíritu de Dios nos acoge, nos ilumina y fortalece para seguir sus inspiraciones. Seguimos la semana uniéndonos a los que compartimos esta oración. Confiamos en la venida del Espíritu que ha sido derramado en nuestros corazones como nos dice la fe.

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  6. «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»Ser el primero significa para Jesús servir. Ser el servidor de todos. El Papa decía estos días que quien no vive para servir, no sirve para vivir.
    Muy fuertes las dos afirmaciones. Tenemos que aprender a servir y a vivir. ¿Verdad?

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  7. Ponemos nuestra vida ante Dios y dejamos que la purifique con su mirada. ¿Lo hemos hecho a lo largo de la semana? Dejemos lo que somos ante él y que nos confirme en la fe, en la esperanza, en el amor. Seguimos pidiendo por el Papa Francisco en su viaje a Cuba y Estados Unidos. Que tenga la fortaleza y luz necesaria para llevar el mensaje de Jesús a todos los pueblos.

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