viernes, 4 de febrero de 2022

LA TIERRA LLENA DE TU GLORIA


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LA TIERRA LLENA DE TU GLORIA

 GUÍA DE ORACIÓN 06-02-22   Domingo 5º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

GUÍA: La tierra está llena de tu gloria. Lo oímos en nuestro interior y lo comprobamos en la vida, en la naturaleza, en las personas. Nos unimos a esa gloria y alabamos tu nombre. Eres grande, Padre, y nos colmas de tu grandeza, de tu misericordia y tu bondad. Te reconocemos Señor y creador de cuanto existe. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE ACEPTACIÓN, DE RECONOCIMIENTO.

Lectura del libro de Isaías (6,1-2a.3-8):

EL año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.

Junto a él estaban los serafines, y se gritaban uno a otro diciendo:

«¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!».

Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.

Yo dije:

«Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo».

Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano, que había tomado de! altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:

«Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado».

Entonces escuché la voz del Señor, que decía:

«A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?».

Contesté:

«Aquí estoy, mándame».

GUÍA: Somos purificados por tu gracia. Tu fuego limpio nuestro pecado. Agradecemos tu presencia y acogemos tus dones. Sigues diciendo: ¿ A quién enviaré?. Todo es posible para ti. Dispón nuestro corazón y que vayamos a donde tu nos envías. Fortalece nuestra voluntad para seguir tus mandatos. SILENCIO DE APERTURA, DE ILUMINACIÓN, DE RESPUESTA.

Sal 137  R/. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios (15,1-11):

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados,

y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.

Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.

GUÍA: Cristo murió por nuestros pecados, resucitó al tercer día. Lo hemos recibido, lo hemos creído y lo transmitimos. Aviva nuestra fe. Fortalece nuestro ser cristianos, Danos avanzar en el conocimiento de tu ser y tu verdad. Impulsa nuestra vida cristiana. Lo pedimos en nuestro interior y nos abrimos al compromiso. SILENCIO DE CERCANÍA, DE FE, DE IDENTIFICACIÓN.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11):

En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes.

Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.

Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca».

Respondió Simón y dijo:

«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes».

Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:

«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».

Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Y Jesús dijo a Simón:

«No temas; desde ahora serás pescador de hombres».

Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

GUÍA: Estamos con Pedro, con Jesús. Oímos las palabras y seguimos allí con curiosidad. Jesús ha enseñado desde la barca y luego dice a Pedro: Echa la red, navega mar a dentro. Él echa la red en tu nombre. La pesca surge, se llena la barca. Estamos admirados. Confiamos en tu palabra y también nosotros echamos las redes. SILENCIO DE CONFIANZA, DE ESPERA, DE DISPONIBILIDAD.  

HACEMOS SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: LAS PALABRAS QUE TE QUEDAN SON…

AGRADECEMOS, ADORAMOS, OFRECEMOS.

INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.

CON JESÚS, NOS DIRIGIMOS AL PADRE: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS

Tú has venido a la orilla,

No has buscado ni a sabios ni a ricos.

Tan sólo quieres que yo te siga.

Señor, me has mirado a los ojos,

Sonriendo has dicho mi nombre.

En la arena he dejado mi barca:

Junto a Ti buscaré otro mar.

Tú necesitas mis manos,

Mis cansancios que a otros descanse,

Amor que quiero seguir amando.

Tú sabes bien lo que quiero,

En mi barca no hay oro ni espadas,

Tan sólo redes y mi trabajo.

Tú, pescador de otros lagos,

Ansia eterna de almas que esperan.

Amigo bueno que así me llamas.

https://www.youtube.com/watch?v=M-OmFIVUXsM

5 comentarios:

  1. "La tierra está llena de tu gloria" Nos guía en la oración y estimula nuestra fe. Unidos a Jesús seguimos su labor. buen día.

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  2. "santo es el Señor del universo!». Nos unimos al grito de gloria para él, ensalzado en sus criaturas. Visualizamos y adoramos.

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  3. «A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?». Lo oye Isaías y da su respuesta. Escuchamos en nuestro interior el envío a donde se nos necesita. Pedimos su bendición.

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  4. "Junto a Ti buscaré otro mar". Caminar contigo, para llegar a otros lugares. Fortalece nuestra fe y amor.

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  5. «Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado». El pecado queda perdonado en las manos del Padre, por la entrega de Cristo. Lo contemplamos, nos sentimos perdonados.

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