sábado, 19 de noviembre de 2022

CRISTO REY

 

REZA Y COMPARTE

CRISTO REY


GUÍA DE ORACIÓN Domingo 34º del Tiempo Ordinario. Jesucristo Rey del Universo - Ciclo C

 

GUÍA: Este 34º Domingo, es el Domingo de Cristo Rey. Termina el Año Litúrgico. Ponemos a Jesucristo por encima de todas las cosas y del mundo. Él, que venció al mal y a la muerte nos invita a resucitar y seguir su camino de salvación para toda la humanidad. Un nuevo empuje para la conversión interior y para la vida nueva que va completando el Padre Dios con los rasgos de su Hijo. SILENCIO DE COMPRENSIÓN, DE ADMIRACIÓN, DE UNIÓN. 

Lectura del segundo libro de Samuel (5,1-3):

 

En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y le dijeron:

«Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”».

Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.

GUÍA: Visualizamos la escena. Es el momento de escoger y nombrar al rey. Todos participan: Las tribus y los ancianos representantes del pueblo. Nos sentimos incluidos en este nombramiento dirigido a David y después a Jesucristo. Visualizamos a la humanidad eligiendo al Rey de su vida y del mundo. Ofrecemos lo que somos y lo que queremos ser. Nos hacemos disponibles para su reinado. SILENCIO DE VISUALIZACIÓN, DE IDENTIFICACIÓN, DE DOCILIDAD AL ESPÍRITU.

Sal 121,1-2.4-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor.

 

V/. Qué alegría cuando me dijeron:

¡«Vamos a la casa del Señor»!

Ya están pisando nuestros pies

tus umbrales, Jerusalén. R/.

 

V/. Allá suben las tribus, las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,

a celebrar el nombre del Señor;

en ella están los tribunales de justicia,

en el palacio de David. R/

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (1,12-20):

 

Hermanos:

Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,

y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor,

por cuya sangre hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.


Él es imagen del Dios invisible,

primogénito de toda criatura;

porque en él fueron creadas todas las cosas:

celestes y terrestres, visibles e invisibles.

Tronos y Dominaciones,

Principados y Potestades;

todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo,

y todo se mantiene en él.

Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas,

las del cielo y las de la tierra,

haciendo la paz por la sangre de su cruz.

GUÍA: Nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz, nos dice Pablo. Compartir la herencia del Hijo, Jesucristo. Nos introducimos  en el hecho y recibimos con fe y agradecimiento su entrega. Reconocemos la plenitud de Dios y de su Hijo, hecho uno de nosotros. Reconocemos el don de la reconciliación que el Padre nos da en Jesús. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE CONFIANZA, DE SERES RECONCILIADOS.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (23,35-43):

 

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:

«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».

Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:

«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».

Había también por encima de él un letrero:

«Este es el rey de los judíos».

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:

«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».

Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:

«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha hecho nada malo».

Y decía:

«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

Jesús le dijo:

«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

GUÍA: Miramos la escena del Calvario: Jesús crucificado que ha tomado sobre si el pecado del mundo. Su reino no es de este mundo, dice. Jesús, estamos aquí. Queremos como el ladrón reconocerte y que te acuerdes de nosotros en tu reino. SILENCIO DE ADORACIÓN, DE GRACIAS Y DE PERDÓN

 

RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN.

RECONOCIMIENTO, UNIÓN, DISPONIBILIDAD, ESJPERANZA.

INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y MAESTRA.

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO…

CANTAMOS:

TAN CERCA DE MI

Tan cerca de mí, tan cerca de mí

que hasta lo puedo tocar

Jesús está aquí.

 

No busques a Cristo en lo alto

ni lo busques en la oscuridad

muy dentro de ti, en tu corazón

puedes adorar a tu Señor.

 

Le hablaré sin miedo al oído

le contaré las cosas que hay en mí

y que sólo a El, le interesarán

El es más que amigo para mí.

 

Míralo a tu lado por la calle

caminando entre la multitud

muchos no lo ven, porque ciegos son

ciegos de ceguera espiritual.

https://www.youtube.com/watch?v=_eTl7Vu88ek

 


6 comentarios:

  1. "Cristo rey" del mundo y de los corazones. Celebramos esta fiesta unidos a todos los cristianos y reconociéndole como cabeza de la Iglesia y apoyo del mundo. Extendemos la mirada y vemos a todos los que esperan su amor y su encuentro. Ruega al Padre por nosotros.

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  2. "Todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia." Interiorizamos estas palabras. Sostenidos y mantenidos en él. Somos parte de su accíón. Agradecemos y confiamos.

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  3. “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”» Son palabras dirigidas a David y que los primeros cristianos dirigieron a Jesús. Nos sentimos dirigidos y pastoreados por Jesús salvador de la humanidad. Nos unimos a él.

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  4. "Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo." Contemplamos a Jesús, resucitado de entre los muertos, presente en el mundo y salvador de cada persona. Agradecemos.

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  5. "Allá suben las tribus, las tribus del Señor, ... a celebrar el nombre del Señor;" subimos, con todo el pueblo, al monte del Señor para celebrar su gloria, Interiorizamos y cantamos su bondad y misericordia. Gracias por siempre.

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