REZA Y
COMPARTE
MURMURABAN
CONTRA MOISÉS
GUÍA DE
ORACIÓN 04-08-24 XVIII Domingo del Tiempo Ordinario
GUÍA: El Éxodo nos relata la murmuración
contra Moisés y contra Dios. El Señor les da un pan nuevo en el desierto. Visualizamos
el camino del desierto, el hambre de la multitud, las quejas y la
condescendencia de Moisés y del Señor. Un cuadro que se repite en la historia
de la salvación en muchas ocasiones. Sentimos al pueblo y oímos a Dios que da
respuesta. Contemplamos nuestras situaciones y cómo se resuelven. SILENCIO
DE COMPRENSIÓN, DE BÚSQUEDA, DE DAR GRACIAS.
Lectura
del libro del Éxodo (16,2-4.12-15):
En aquellos
días, en el desierto, comenzaron todos a murmurar contra Moisés y Aarón, y les
decían: «¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos
junto a las ollas de carne, y comíamos hasta hartarnos; pero vosotros nos
habéis traído al desierto para matarnos a todos de hambre.»
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva comida del cielo.
La gente saldrá a diario a recoger únicamente lo necesario para el día. Quiero
ver quién obedece mis instrucciones y quién no.»
Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «He oído murmurar a los israelitas.
Habla con ellos y diles: «Al atardecer comeréis carne, y por la mañana comeréis
hasta quedar satisfechos. Así sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios.»»
Aquella misma tarde llegaron codornices, las cuales llenaron el campamento; y
por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Después que el
rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la
superficie del desierto.
Los israelitas, no sabiendo qué era aquello, al verlo se decían unos a otros:
«¿Y esto qué es?»
Moisés les dijo: «Éste es el pan que el Señor os da como alimento.»
GUÍA: Dios da pan y comida al pueblo en
el desierto: Maná y codornices. Nos postramos agradecidos ante el hecho y
admiramos cómo sacia el hambre de la gente. La providencia de Dios cuida de sus
hijos. Pedimos por las necesidades que nos rodean y confiamos en su bondad para
el bien de todos. SILENCIO DE CONFIANZA, DE UNIÓN, DE PRESENCIA.
Salmo Sal 77
R/. El Señor les dio un trigo
celeste
Lo que oímos
y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R/.
Dio orden a
las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R/.
Y el hombre
comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R/.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,17.20-24):
En el nombre
del Señor os digo y encargo que no viváis más como los paganos, que viven de acuerdo
con sus vanos pensamientos. Pero vosotros no conocisteis a Cristo para vivir de
ese modo, si es que realmente oísteis acerca de él; esto es, si de Jesús
aprendisteis en qué consiste la verdad. En cuanto a vuestra antigua manera de
vivir, despojaos de vuestra vieja naturaleza, que está corrompida por los malos
deseos engañosos. Debéis renovaros en vuestra mente y en vuestro espíritu, y
revestiros de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se manifiesta
en una vida recta y pura, fundada en la verdad.
GUÍA: No viváis como los paganos, en
vanos pensamientos. Habéis conocido a Cristo y aprendisteis en qué consiste la
verdad. Ese reconocimiento de la situación de los Efesios nos hace pensar en nuestras situaciones. Hemos
conocido a Cristo, hemos de vivir conforme él quiere. Que el Espíritu de Dios
nos fortalezca y confirme en la fe y en el amor. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO
PERSONAL, DE VIVEZA EN LA FE, DE FORTALEZA EN LA VIDA.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (6,24-35):
En aquel
tiempo, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas
y se dirigió en busca suya a Cafarnaún.
Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les dijo: «Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las
señales milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por
la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna.
Ésta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha
puesto su sello en él.»
Le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de
Dios?»
Jesús les contestó: «La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado.»
«¿Y qué señal puedes darnos –le preguntaron– para que, al verla, te creamos?
¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto,
como dice la Escritura: «Dios les dio a comer pan del cielo.»»
Jesús les contestó: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del
cielo. ¡Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que
Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo.»
Ellos le pidieron: «Señor, danos siempre ese pan.»
Y Jesús les dijo: «Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más
tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed.»
GUÍA: Le
buscaban porque se habían saciado en la multiplicación de los panes. Jesús se
presenta como el verdadero pan del cielo, dado por el Padre. Comamos de ese
pan. Saciemos la sed y el hambre con su palabra de vida. Interiorizamos,
agradecemos con toda la multitud que desea ese pan. SILENCIO DE ADORACIÓN,
DE COMPRENSIÓN, DE BÚSQUEDA.
RECOGEMOS
NUESTRA ORACIÓN: Una frase nos ayuda a recordarla.
AVIVAMOS
NUESTROS SENTIMIENTOS CON FE, ESPERANZA, AMOR.
INVOCAMOS
A MARÍA, MADRE Y AMIGA, QUE NOS AYUDE.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE COMO JESÚS: PADRE NUESTRO…
CANTAMOS
Tú eres
Señor el pan de vida
Tú eres
Señor el pan de vida,
Mi vida sin tí, no sería vida,
El pan que yo os daré, ha de ser mi propia carne,
contigo viviré cuando coma de tu pan.....
Aquél que cree en mí tiene la vida eterna,
Si como de tu pan, de tu vida gozaré......
Mi padre quien os da verdadero pan del cielo,
Y la tierra bajó, para el mundo alimentar.....
tú eres señor el pan de vida,
mi vida sin tí no sería vida......
Quien come de tu pan, no padecerá hambre
quien bebe mi sangre,
no tendrá sed jamás,
tú eres señor el pan de vida,
mi vida sin
ti no será vida......
"Murmuraban" La oración nos pone ante el hecho de la queja y murmuración. Lo constatamos en nuestra vida y hacemos camino hacia la confianza.
ResponderEliminar"Quien come de tu pan no tendrá más hambre " Danos el pan de vida y que recupera nuestras fuerzas y alegría.
ResponderEliminar"Quien come de tu pan no tendrá más hambre " Danos el pan de vida y que recupera nuestras fuerzas y alegría.
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