REZA Y COMPARTE
EVENTO Soy el Señor tu Dios
Este es el resumen
hecho entre todos para unirnos en la oración.
Cada uno de vosotros es un eslabón para unir al mundo con Dios. Todos
podemos colaborar en este empeño.
2.“No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos,”
La fuerza de dios nos quiere libres y amados por su misericordia. Los ídolos
quitan algo al Dios que nos hizo, nos redime y nos salva. Ayúdanos a servirte
con todo el corazón, y con toda el alma. Que vaya abriendo nuestro camino en tu
caminar. Te adoramos, te damos gracias.
3. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso.
Tus mandatos nos hacen ver cómo es importante para ti todo lo que hacemos.
Nuestras acciones son ofrenda para ti. Nuestras palabras sean complacencia a tu
corazón. El respeto a ti y todo lo tuyo nos encamina al bien, a la justicia y
al amor. Límpianos y quedaremos transformados para el amor y la misericordia.
4. Descansarás, santificarás las fiestas. Otro mandato que
te honra y nos favorece. Trabajo y descanso dignifican a la persona humana.
Hiciste la creación, te sentiste satisfecho de tu obra. Compartiste el descanso
del crear con tus hijos. El trabajo y la transformación de la naturaleza nos
hace partícipes del esfuerzo y del descanso. Que todo nos sirva para tu gloria.
Queremos vivir en la paz, en el orden y en el cuidado de la naturaleza, las
personas y todo viviente.
5. Otros mandatos nos igualan en el respeto de toda persona,
de sus posesiones, de su dignidad. Nos hacen iguales, con derechos y deberes.
En esta oración intensificamos esos mandatos y los vivimos con alegría y
perseverancia. ¿Cómo lo vivimos?¿Son elementos transformadores hacia el bien y
el amor?
6. Cristo llega como un Mesías que es fuerza de Dios y
sabiduría de Dios. ¿Le acogemos así? Él nos acerca a la verdad y nos lleva al
Padre Dios. Que tu fuerza se manifieste en nosotros y en todos. Que su
sabiduría nos aleccione y conduzca por el camino del bien. Le pedimos lo que
necesitamos.
7. En Jerusalén limpia el templo de toda falsedad, de toda torpeza. Hoy nos limpia de lo que nos aleja de él. Escuchamos su sabiduría y nos dejamos visitar por su verdad. El signo que piden los fariseos queda fijado en sí mismo, muerto y resucitado, exaltado hasta el Padre. Te adoramos en tu ser y tus acciones. Te confesamos Señor y compañero de camino.
8. Ponemos en tus manos el trabajo y el descanso, la luz y
las tinieblas, el temor y la esperanza de nuestra vida. Lo unimos a tu vida y pedimos por toda la
humanidad, santificada por un mismo Espíritu. Agradecemos y nos alegramos en
ti, Jesús, y nuestro ser hijos contigo.
Hacemos síntesis de lo más importante. Sacamos alguna conclusión y abrimos
camino de futuro en tu nombre. Vamos
terminando, ofreciendo y amando. Preparamos nuestra respuesta a tanto don.
Gracias Padre.
Un nuevo momento para
vivir el amor de Dios y transmitirlo en nuestro mundo. ¿Te ha servido? Aporta tu comentario y coméntalo con otros. Saludos.