REZA Y
COMPARTE
JUSTO POR SU FE VIVIRÁ
GUÍA DE
ORACIÓN 05-10.25 XXVII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C
GUÍA: Estamos aquí, Señor. Buscamos tu
rostro. Limpia nuestras faltas y llénanos de tu misericordia. Guardamos en el corazón
tu Palabra y haz que la llevemos a la vida de cada día. En el interior te
reconocemos como Padre, te acogemos como Hijo y te esperamos como Esíritu
Santo. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE PERDÓN, DE ESPERANZA.
Lectura
de la profecía de Habacuc (1,2-3;2,2-4):
¿Hasta
cuándo, Señor,
pediré
auxilio sin que me oigas,
te gritaré:
¡Violencia!,
sin que me
salves?
¿Por qué me
haces ver crímenes
y contemplar
opresiones?
¿Por qué
pones ante mí
destrucción
y violencia,
y surgen
disputas
y se alzan contiendas?
Me respondió
el Señor:
Escribe la
visión y grábala
en
tablillas, que se lea de corrido;
pues la
visión tiene un plazo,
pero llegará
a su término sin defraudar.
Si se
atrasa, espera en ella,
pues llegará
y no tardará.
Mira, el
altanero no triunfará;
pero el
justo por su fe vivirá.
GUÍA: Tú, Señor, acudirás en mi auxilio.
Me acoges en la fe y me fortaleces. El justo vive por la fe, dices. Es la fe la
que conduce los pasos por el camino recto. Tú enderezas todas las acciones si
se apoyan en la fe. Tu Espíritu nos alienta, y transforma la vida. Confiamos en
ti. SILENCIO DE CONFIANZA, DE FE, Y ESPERANZA.
SALMO
R/. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
V/. Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos a
su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos. R/.
V/. Entrad,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros
su pueblo,
el rebaño
que él guía. R/.
V/. Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día
de Masa en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque
habían visto mis obras». R/.
Lectura
de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1,6-8.13-14):
Querido
hermano:
Te recuerdo
que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues
Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de
templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de
mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el
Evangelio, según la fuerza de Dios.
Ten por
modelo las palabras sanas que has oído de mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el precioso depósito con la ayuda del
Espíritu Santo que habita en nosotros.
GUÍA: Que reavives el don de Dios que hay
en ti. Dios no te ha dado un espíritu de cobardía sino de fortaleza, amor y
templanza. Pablo se lo dice a Timoteo que está al frente de su comunidad. El
don de Dios parte de él pero cuenta con nosotros, no poner obstáculos y
avivarlo en la práctica de la fe y la caridad. Lo interiorizamos y vemos situación en relación a su don. SILENCIO
DE CONOCIMIENTO, DE VALORACIÓN, DE VIDA.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (17,5-10):
En aquel
tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos
la fe».
El Señor
dijo:
«Si
tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
“Arráncate
de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
¿Quién de
vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del
campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le
diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y
después comerás y beberás tú”?
¿Acaso
tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo
vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
“Somos
siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».
GUÍA: Auméntanos la fe. Te lo decimos como
entonces. Y también escuchamos tu respuesta. Un granito de fe sería capaz de
trasladar montañas. Nos sentimos
cubiertos con tu protección y tu presencia. Nos unimos a tu reflexión: hemos
hecho lo que teníamos que hacer. Fortalece nuestra fe y confianza. SILENCIO
DE ESCUCHA, DE FE, DE CONFIANZA.
RECOGEMOS
LOS SENTIMIENTOS DE NUESTRA ALMA ANTE LA PRESENCIA DE JESÚS Y ANTE LA PRESENCIA
DEL PADRE.
INVOCAMOS
A MARÍA QUE NOS ACOMPAÑE EN DESCUBRIR AL SEÑOR Y VOLVERNOS A ÉL.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN QUE JESUS NOS ENSEÑA.
CANTAMOS
Peregrino,
¿a dónde vas?
Si no
sabes a dónde ir.
Peregrino,
por un camino que va a morir.
Si el
desierto es un arenal,
el
desierto de tu vivir,
¿Quién te
guía y te acompaña en tu soledad?
/Sólo Él, mi Dios, que me dio la libertad;
sólo Él,
mi Dios, me guiará /2
Peregrino
que a veces vas
sin un
rumbo en tu caminar,
Peregrino
que vas cansado de tanto andar.
Busca
fuentes para tu sed,
y un
rincón para descansar,
¡vuelve,
amigo! que aquí en Egipto lo encontrarás.
/Sólo Él, mi Dios, que me dio la libertad;
sólo Él, mi Dios, me guiará /2
Fuente:https://youtu.be/Q39VtnfwNpI